“Orinaba una vez al día”: Exresidente rompe el silencio sobre la UMAE 25 tras la muerte de Abraham Reyes

Luis Ángel LM, quien dice ser exresidente de urología en la Clínica 25 (UMAE 25) del IMSS en Nuevo León, decidió hablar. Lo hizo tras el fallecimiento de Luis Abraham Reyes Vázquez, médico residente de cardiología que, según sus compañeros, se quitó la vida el pasado 1 de junio, en un contexto de presunto acoso laboral, sobrecarga y abandono institucional.

"Conocí a Abraham", escribió Luis Ángel en su testimonio publicado en Facebook. “No fuimos los mejores amigos, pero siempre me saludaba con una sonrisota. Contagiaba alegría. Jamás imaginé que estuviera pasando por algo tan difícil”.

No quiso quedarse callado. No para aprovecharse del dolor, dijo, sino para denunciar lo que también él vivió dentro del hospital. Un sistema, afirma, que convierte los sueños médicos en una pesadilla.

“Desde el primer día me recibieron con amenazas”

Luis Ángel comenzó su residencia en urología en marzo de 2025. Desde el primer día —cuenta— fue recibido con amenazas. Le advirtieron que si quería hacer las cosas conforme a la enseñanza oficial, lo castigarían: tendría menos quirófano, ningún día libre, y jornadas extenuantes que comenzaban a las 03:00 horas y se extendían, sin hora fija, hasta pasadas las 21:00 horas de la noche.

“No contábamos con tiempo para comer. Si tenías un momento libre, era porque ya no tenías pendientes, y para los R+ eso era imposible. Ni siquiera podías bajar al Oxxo o a la cafetería por agua. Bajé 9 kilogramos en un mes debido que no podía ir por comida. Orinaba una vez al día debido a que no podía ir por agua”.

Lo peor no fue solo el desgaste físico. Fue el maltrato psicológico, las humillaciones sistemáticas y el miedo constante a ser castigado por cualquier razón.

“Vives todos los días con amenazas. Castigos que iban desde quitarte quirófano, dejarte solo en consulta, hacer planas a mano, o simplemente dejarte guardado en el hospital sin justificación”.

“Me hizo pedir perdón llorando”: el día que todo se rompió

El 31 de marzo, relata, el doctor Marco Antonio López, R4 de urología en la UMAE 25, lo citó a la sala de entregas. Luis Ángel LM no sabía por qué. Le hicieron dejar su celular en la entrada y ahí comenzó una agresión verbal que no ha podido olvidar:

• “Lárgate ya. Toma tu mochila y vete. Tú no perteneces aquí. Eres un pendejo, y aunque salgas la especialidad todo mundo dirá que eres un pendej$. Yo soy amigo de los médicos de base, y en cuanto yo quiera te puedo correr”.

• “Yo no sé qué traumas te hicieron cuando eras pequeño que pareces un pendej$. Sempre estar sonriendo y eso te hace parecer un pendej$”.

• “Tú no tienes por qué decirle al hospital que te obligamos a que te cortaras el cabello, eso solo mancha nuestro servicio”.

• “El problema no es que comas, el problema es que tienes que pedir permiso para que te dejen ir a comer”

• “Yo aquí puedo hacer y deshacer lo que quiera”.

El motivo del regaño fue que Luis Ángel había comprado alimentos y lo había negado. Llorando, lo obligaron a pedir perdón frente a sus compañeros por "mentir".

Desde entonces, dice, comenzó a tener ataques de ansiedad cada vez que lo veía. Temblores, pesadillas, miedo de volver al hospital. Su sueño de ser urólogo comenzó a convertirse en una pesadilla.

“Llegué a pensar que la única forma de descansar era lastimarme. Pensaba: si me caigo por las escaleras tal vez me den un día libre. Si un carro me atropella, quizás podría descansar. Creí que la única salida era morirme. Porque no tenía el valor de renunciar a mi sueño”.

Finalmente lo hizo. Renunció. No sin antes intentar todas las vías: habló con la CNDH, con la delegación del IMSS, con su jefe de enseñanza. Intentó conseguir una permuta para continuar su formación en otro hospital. Nada funcionó.

“El único castigo que recibió mi agresor fue que lo obligaron a dar una charla sobre hostigamiento laboral. Pero ¿y yo? Yo tuve que renunciar a mi sueño. ¿Cuánta gente más tiene que denunciar para que esto cambie?”

Agradeció a su círculo cercano y a su familia. "Agradezco a mis círculo y a mi familia por darme el apoyo cuando más lo necesite, me ayudaron a salir de ahí. Yo pude salir a tiempo pero no todos podemos salir".

Con miedo a las represalias, decidió hacer público su testimonio. "Y aunque tenga miedo de qué me pase por contar mi experiencia, sé que tengo que hablar y exponer a mi agresor Marco Antonio López”, concluyó Luis Ángel LM.

La muerte de Abraham no debe ser en vano

Tras el fallecimiento de Abraham Reyes, médicos residentes del Hospital de Especialidades UMAE 25 del IMSS en Monterrey difundieron un comunicado donde denunciaron el ambiente tóxico que se vive en la institución: acoso, sobrecarga de trabajo, amenazas, humillaciones y abandono institucional.

“Con profunda tristeza, indignación y preocupación, nos pronunciamos públicamente. La muerte de nuestro compañero no debe ser minimizada ni encubierta. Si no se reconoce el vínculo con las condiciones laborales, se perpetuará el mismo sistema que lo llevó al límite”.

Exigieron la destitución del médico titular involucrado, la creación de canales anónimos para denunciar abusos, un programa obligatorio de salud mental con seguimiento real, y una comisión de ética con participación de residentes.

“No queremos mártires. Queremos justicia y cambio”.

El IMSS abre investigación

Tras la ola de denuncias públicas, el vocero del IMSS en Nuevo León, el doctor José María Sepúlveda Núñez, declaró que ya se abrió una investigación por el caso de Abraham Reyes.

“No tenía antecedentes de quejas por acoso laboral, pero aun así abrimos una investigación”, declaró.

Luis Abraham Reyes había llegado a Monterrey en marzo de 2025 para realizar su residencia en cardiología en la UMAE 25. Era originario de Chihuahua, donde se graduó como Médico Cirujano Partero. Su cuerpo fue hallado sin vida el 1 de junio.

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