¿Por qué siguen existiendo los “ladys” y “lords”? Lo que los escándalos virales revelan de México

Alejandra Jiménez 17 julio, 2025

Casos recientes como los de Lady Racista y Lady Tamales reavivan el debate sobre las profundas desigualdades y tensiones sociales que persisten en México

 ©Especial - Estos casos reavivan la conversación sobre el clasismo, la discriminación y el abuso de poder cotidiano en México.

En pleno 2025, México sigue siendo escenario de un fenómeno que combina viralidad, escándalo y crítica social: los llamados “lords” y “ladys”. Aunque muchos los ven como simples personajes de redes sociales que estallan en furia frente a una cámara, su proliferación y permanencia revelan un problema más complejo: la normalización del clasismo, el racismo y el abuso de poder en la vida cotidiana del país.

Lady Racista y Lady Tamales: las nuevas caras del clasismo

Hace unos días, un video captado en la colonia Condesa de la Ciudad de México mostró a una mujer agrediendo verbalmente a un policía, con insultos como “negro” y “odio a los negros”. El video, ampliamente compartido en redes sociales, desató indignación nacional. Fue bautizada como Lady Racista, y su caso escaló hasta convertirse en tema de discusión pública sobre discriminación estructural.

Días después, una mujer de nacionalidad peruana insulta y escupe a dos empleados de seguridad de un edificio de la Colonia Narvarte, momento que se viralizó de inmediato en redes sociales y por el cual, la mujer fue bautizada como 'Lady Peruana'

Ambos casos comparten un patrón que se ha repetido durante más de una década: actitudes prepotentes, desprecio hacia personas de clases sociales bajas y un intento de imponer privilegios reales o percibidos. Son escenas que, para muchos mexicanos, no son nuevas, sino cotidianas.

Un reflejo de las grietas sociales

El fenómeno de los lords y ladys no es nuevo. Desde las Ladies de Polanco en 2011 hasta Lady Tamales, que destrozó el puesto de tamales de una vendedora en Guadalajara, estos episodios han evidenciado el uso del poder —económico, social o simbólico— para violentar a otros.

“Estos casos visibilizan la desigualdad, pero también el resentimiento que existe entre clases”, explicó Luz María Garay, profesora de Comunicación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a BBC Noticias. “Lo que vemos en Lady Racista no es solo un insulto al otro, sino una defensa de una supuesta superioridad social y racial, profundamente arraigada”.

La viralidad cumple una doble función: denuncia pública y escarnio. “Las redes sociales democratizan la justicia simbólica”, señala el investigador Fernando Sandoval, autor de un estudio sobre lords y ladys. “Hoy, cualquiera puede grabar a alguien prepotente, subirlo a TikTok y provocar consecuencias reales. Pero esto también tiene un lado oscuro: linchamientos digitales, pérdida de empleos y, a veces, daños psicológicos”.

El poder del celular como igualador social

Una constante en todos estos casos es el uso de un celular como arma de denuncia. “No importa si vives en la calle o trabajas en una oficina: si alguien te graba siendo violento, el internet no perdona”, dice Sandoval. En ese sentido, el fenómeno también habla de una nueva forma de justicia social en la era digital.

No obstante, la sobreexposición también puede salirse de control. El caso de Lydia Cumming, conocida como Lady Reportera en 2016, es un ejemplo: perdió su empleo por una imagen viral sacada de contexto.

¿Racismo y clasismo viral o entretenimiento?

La popularización de los términos lord y lady también se ha vuelto parte del lenguaje popular. Pero detrás del sarcasmo, hay un problema estructural: la normalización del racismo, la discriminación, el machismo y la exclusión.

“En México, decirle ‘naco’ o ‘gata’ a alguien sigue siendo socialmente aceptado en muchos círculos”, dice Garay. “Y cuando estos insultos vienen de alguien en una zona como la Condesa o en un fraccionamiento privado, se refuerza la idea de que el poder da permiso de humillar”.

La “venganza digital” que ejercen los usuarios no siempre viene de una búsqueda de justicia, sino, a veces, de un sentimiento de hartazgo o resentimiento social. Dicho por especialistas, se convierte en una válvula de escape.

Una radiografía incómoda

Los “lords” y “ladys” pueden parecer solo contenido viral, pero son síntomas visibles de las fracturas que persisten en México: el desprecio hacia el otro, la discriminación, el clasismo, el abuso del privilegio, la impunidad y la violencia cotidiana.

“Mientras exista desigualdad, seguirá habiendo ladys y lords”, concluye Sandoval. “La diferencia es que hoy ya no pueden esconderse. Los estamos viendo todos. Y todos tenemos una cámara”.

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