¿Qué son las rifas colombianas? El esquema de extorsión que aparece tras el asesinato de “El Prieto” en Zapopan
El ataque contra Alberto Prieto Valencia en Zapopan destapa las rifas colombianas: así operan en el Mercado de Abastos
La violencia volvió a sacudir los límites entre Guadalajara y Zapopan. Alberto Prieto Valencia, empresario y comerciante del Mercado de Abastos conocido como “El Prieto”, fue asesinado el lunes 29 de diciembre en una emboscada armada mientras se desplazaba por la zona. En el ataque murieron también su hija Sara, de 16 años, y uno de sus escoltas, Florencio; otras cuatro personas resultaron heridas.
El crimen, que incluyó el uso de armas de alto poder y dejó más de 200 casquillos percutidos, fue catalogado por las autoridades estatales como una agresión directa. La Fiscalía de Jalisco abrió de inmediato varias líneas de investigación para esclarecer el móvil y dar con los responsables materiales e intelectuales.
Entre esas líneas, una comenzó a cobrar fuerza en las horas posteriores al ataque: la posible relación del asesinato con las llamadas rifas colombianas, un esquema ilegal de fraude y extorsión que desde hace años opera en el Mercado de Abastos de Zapopan.
El secretario general de Gobierno de Jalisco, Salvador Zamora, confirmó públicamente que este mecanismo será considerado dentro de las indagatorias. Reconoció que existen antecedentes documentados en medios y denuncias que vinculan a comerciantes del mercado con estas prácticas, aunque aclaró que hasta el momento no se ha confirmado una relación directa entre Prieto Valencia y dichas actividades.
¿Qué son las rifas colombianas?
Las rifas colombianas son presentadas como sorteos entre locatarios del Mercado de Abastos. A simple vista, prometen premios atractivos: dinero en efectivo, electrodomésticos o incluso automóviles. Sin embargo, en la práctica, casi nunca hay ganadores reales.
De acuerdo con reportes periodísticos y testimonios de comerciantes, la compra de boletos no es voluntaria. Muchos locatarios son obligados a participar bajo amenazas veladas o directas, lo que convierte a estas rifas en una modalidad de extorsión sistemática. El dinero recaudado se concentra en manos de las células que controlan el esquema y, en los pocos casos en que se entrega algún premio, este representa apenas una fracción mínima de lo obtenido.
Otorgar premios ocasionales funciona como un gancho: mantiene la apariencia de legalidad y alimenta la expectativa de futuros sorteos, perpetuando el ciclo de cobro forzado.
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🔴 Las claves del asesinato de Alberto Prieto, “El Prieto”: el Lamborghini Urus y las rifas colombianas en Zapopan https://t.co/7V0Vj84zNK
— Guillermo Ortega Ruiz (@GOrtegaRuiz) December 30, 2025
Un esquema ligado a los préstamos “gota a gota”
Las autoridades han identificado que las rifas colombianas están estrechamente vinculadas con los préstamos conocidos como gota a gota. En este modelo, los comerciantes reciben dinero rápido, sin requisitos formales, pero con intereses diarios extremadamente altos.
Como condición adicional, los deudores son obligados a comprar boletos de las rifas. De esta forma, la deuda crece de manera acelerada y el control sobre las víctimas se refuerza mediante amenazas y presiones constantes. Este mecanismo permite la acumulación de grandes sumas de efectivo en lapsos cortos.
Aunque Jalisco ha sido uno de los focos más visibles de esta práctica, no es el único estado donde se ha detectado. Células de origen extranjero han replicado el esquema en distintas entidades, en algunos casos con presunta protección de grupos criminales locales debido al alto flujo de dinero que genera.
Un fenómeno difícil de erradicar
La Fiscalía de Jalisco ha recibido, de 2020 a la fecha, al menos 18 denuncias por usura relacionadas con este tipo de prácticas. Tan solo en 2025 se registraron tres quejas formales. No obstante, las autoridades reconocen que el esquema se adapta rápidamente para evadir operativos, lo que ha dificultado su erradicación total.
El perfil de Alberto Prieto y el contexto del ataque
Alberto Prieto Valencia contaba con una amplia trayectoria en el Mercado de Abastos. Era comerciante de granos y cereales y fundador de Transportes Odal, una empresa dedicada al traslado de mercancías con presencia estratégica en la región. Su actividad lo colocaba en un entorno de alta competencia económica y constante movimiento de efectivo.
El día del ataque, se desplazaba en un Lamborghini Urus acompañado de su hija y escoltas privados. Un comando armado bloqueó calles, utilizó varios vehículos y sostuvo un enfrentamiento que se prolongó durante aproximadamente 15 minutos. Hasta ahora, no se reportan personas detenidas.
Aunque no existe confirmación oficial de que Prieto Valencia estuviera involucrado directamente en las rifas colombianas, las autoridades analizan si su actividad empresarial, su posición en el mercado o una posible oposición a estos esquemas ilegales pudo convertirlo en objetivo.
Una investigación abierta
El asesinato de “El Prieto” abrió una investigación compleja que cruza negocios, violencia y redes de extorsión en uno de los centros de distribución de alimentos más importantes del occidente del país. Mientras la Fiscalía continúa recabando pruebas y testimonios, las rifas colombianas vuelven a colocarse bajo la lupa como un fenómeno que, más allá del fraude, ha sembrado miedo entre comerciantes y trabajadores del Mercado de Abastos.
Por ahora, el caso permanece abierto y sin detenidos, pero con una pregunta que sigue latente: si el crimen de Alberto Prieto fue un ajuste de cuentas, un mensaje o el reflejo de un sistema de extorsión que opera desde las sombras.
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