¿Qué tanta culpa tiene el Gobierno de México en el colapso de la México-Querétaro?

El colapso de la autopsita México-Querétaro, que comenzó el pasado 20 de noviembre tras un accidente y derrame de combustible, sigue generando caos vial con largas filas de vehículos atrapados a lo largo de varios kilómetros.

Este incidente pone en el centro del debate las responsabilidades gubernamentales a nivel federal y estatal. Aquí te presentamos algunos puntos para analizar los principales factores que podrían implicar al Gobierno de México en esta problemática.

1. Mantenimiento y supervisión

Falta de mantenimiento preventivo

El gobierno de Claudia Sheinbaum tiene la responsabilidad de garantizar el mantenimiento periódico de las carreteras. Si bien el accidente no es responsabilidad directa de las autoridades, el deterioro de la infraestructura —incluyendo baches, socavones y coladeras abiertas— ha agravado la situación. Los conductores, al intentar esquivar estas fallas, se exponen a mayores riesgos, lo que implica una omisión del Estado en sus deberes de conservación.

Supervisión de concesionarios

Aunque la carretera México-Querétaro no está completamente concesionada, Caminos y Puentes Federales (CAPUFE) gestiona parcialmente su operación y mantenimiento. La supervisión gubernamental para asegurar el cumplimiento de las obligaciones por parte de los concesionarios es crucial y, en este caso, parece haber sido insuficiente.

2. Planeación y construcción

Deficiencias en diseño o materiales

Si las fallas en la carretera son consecuencia de un diseño deficiente o el uso de materiales de baja calidad durante su construcción, el gobierno podría ser responsable por aprobar proyectos inadecuados o por la falta de supervisión en el proceso constructivo.

Sin embargo, los problemas de esta carretera no siempre están relacionados con los materiales, sino con la falta de aplicación adecuada de normativas de construcción y mantenimiento.

Condiciones geográficas

El desconocimiento o la falta de consideración de las condiciones del terreno —como deslaves, hundimientos o vulnerabilidades climáticas— también podría apuntar a una falta de planeación estratégica.

3. Gestión de recursos

Recortes presupuestarios

Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el presupuesto destinado a infraestructura vial sufrió una reducción del 29% en términos reales en comparación con el gobierno de Enrique Peña Nieto. Esta disminución afectó la conservación de carreteras federales, caminos rurales y alimentadores, incrementando la vulnerabilidad de las vías principales como la México-Querétaro.

• EPN: 90 mil millones de pesos anuales al desarrollo de infraestructura carretera. En total, su gobierno invirtió 540 mil millones de pesos en infraestructura carretera, de acuerdo con El País.

Corrupción

En algunos casos, la corrupción en la asignación de contratos o la supervisión de obras puede derivar en construcciones de baja calidad, aumentando los riesgos de incidentes.

4. Emergencias y respuesta inmediata

Gestión de crisis

Tras el colapso, la respuesta gubernamental ha sido lenta y desorganizada, lo que ha amplificado las críticas. Una gestión eficaz habría implicado reparaciones inmediatas y medidas de seguridad para evitar mayores afectaciones a los usuarios.

¿Qué debe hacer el gobierno?

Para abordar esta crisis y prevenir futuros incidentes, el Gobierno de México debe implementar un plan de acción que incluya medidas inmediatas y estrategias de largo plazo:

Gestión inmediata

• Seguridad y evacuación: Asegurar la zona afectada, establecer desvíos bien señalizados y garantizar rutas alternas para mitigar el impacto.

• Comunicación transparente: Informar al público sobre las causas preliminares del colapso y actualizar constantemente el progreso de las soluciones.

• Evaluación técnica: Realizar análisis estructurales detallados con expertos independientes para identificar las causas específicas y garantizar imparcialidad.

Soluciones a largo plazo

• Aumentar el presupuesto para el mantenimiento y la modernización de infraestructura vial.

• Supervisar estrictamente a los concesionarios y contratistas para asegurar la calidad de las obras.

• Implementar normativas más estrictas para la planeación y construcción de carreteras, considerando factores geográficos y climáticos.

El colapso de la México-Querétaro es un recordatorio de la importancia de contar con infraestructura adecuada y una gestión eficiente.

La responsabilidad del gobierno no solo recae en prevenir estos incidentes, sino en garantizar respuestas rápidas y efectivas cuando ocurren. Solo a través de una gestión responsable y transparente se podrá recuperar la confianza de los ciudadanos y garantizar la seguridad en las carreteras del país.

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