Tren Maya bajará el precio de la gasolina: La apuesta energética de Sheinbaum en el sureste
Sheinbaum apuesta a que el Tren Maya abaratará el combustible gracias al trabajo de carga del Tren Maya
La afirmación de Claudia Sheinbaum de que el Tren Maya de carga permitirá reducir el precio de la gasolina en el sureste abrió un nuevo debate sobre el verdadero propósito logístico del proyecto ferroviario y su conexión con la política energética del país.
Durante una gira en Quintana Roo, la presidenta aseguró este 29 de noviembre que el tramo de carga —todavía en construcción y con una inversión inicial de 25.000 millones de pesos— facilitará la distribución de combustibles, una de las grandes deudas históricas en la región, donde los costos de transporte han encarecido la gasolina durante décadas.
Un problema viejo: combustibles caros por falta de infraestructura
El sureste ha dependido tradicionalmente de rutas marítimo-carreteras largas y costosas, lo que eleva el precio final de la gasolina. Expertos consultados en la industria han señalado que, sin terminales suficientes y sin una red logística robusta, los precios en estados como Quintana Roo o Chiapas se vuelven más vulnerables a fluctuaciones.
El tren de carga, según la visión presidencial, funcionaría como arteria principal para mover combustibles desde terminales estratégicas hacia zonas turísticas y urbanas, con un costo significativamente menor que por carretera.
¿Es viable bajar el precio? Lo que falta por aclarar
El anuncio genera dudas aún no resueltas:
¿Qué empresas moverán combustible por el tren?
¿Se construirán terminales de almacenamiento vinculadas a las nuevas estaciones?
¿El ahorro logístico realmente se trasladará al consumidor final?
La presidenta sostuvo que el objetivo es “que baje el precio de la gasolina en el sureste”, pero no detalló cómo ni cuándoocurriría ese impacto.
Un tren, dos megaproyectos y una disputa geopolítica
El Tren Maya de carga también estará conectado con el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, el proyecto insignia para competir con la ruta comercial del Canal de Panamá. La interconexión sugiere que el suministro de combustibles podría terminar teniendo alcance nacional e incluso internacional.
La pregunta ahora es si este nuevo tramo ferroviario será suficiente para romper la brecha energética entre el centro-norte del país y el sureste, que por décadas ha pagado la gasolina más cara pese a tener algunas de las zonas petroleras más importantes.
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