10 frases icónicas de mamá mexicana: ¡la ocho te revivirá traumas!
De "porque lo digo yo" a "¿crees que nacía ayer?", te presentamos un recorrido por el repertorio materno

En TikTok han estado circulando una serie de videos en los que se critica a la crianza que se estilaba hace algunos años, en donde, las afirmaciones imperativas y los regaños eran el pan de cada día. Sin embargo, muchos usuarios han resaltado que, antes la maternidad era idealizada en un entorno hostil y machista donde, lejos de realizarse como mujeres, las madres tenían a su cargo demasiadas obligaciones, algo que las llevaba a no tener la mejor gestión de sus emociones.
Y, aunque en la actualidad se está fomentando la llamada "crianza respetuosa", no podemos dejar de lado que, si bien algunos infantes sufrieron de violencia verbal y física en diversas células familiares; la gran mayoría de los mexicanos hoy en día ve con humor las frases típicas de las madres mexicanas.
Por ello y con propósito del 10 de mayo, aquí te presentamos un top 10 de frases icónicas que te harán viajar a tu infancia y recordar cuando tu mamá se salía de sus casillas y sacaba su listado de respuestas que toda madre mexicana conoce y ha aplicado al menos una vez, ya sea en su mente o en su hogar.
10 frases típicas de las mamás mexicanas
Y si lo encuentro ¿qué te hago?
Un clásico cuando no lograbas localizar algo y cuestionabas a tu madre sobre su paradero, llegando a inferir que, tal vez había desaparecido "mágicamente", a lo cual, ella afirmaba cosas como: "las cosas no desaparecen solas" y "a ver quítate, lo busco yo".
O sea que si tus amigos se tiran de un puente ¿tú también?
Esta frase de mamá mexicana solía aparecer en la adolescencia, cuando nos daba por seguir modas y querer ir a fiestas hasta tarde, hacernos un tatuaje o una perforación, solo porque nuestros amigos ya tenían algo similar, ante lo cual, las mamás se negaban a que "fuéramos de borregos" a seguir a la multitud, fomentando la autenticidad.
¿Qué crees que nací ayer?
Cuando llegabas a querer "pasarte de listo" y ocultarle información a tu mamá, ella ya intuía que algo escondías e incluso emitía teorías que, nadie sabe cómo, pero eran bastante acertadas comprobando que "mientras nosotros íbamos por la leche, ellas ya venían con el queso".

¿Cómo, ya te mandas solo?
Y cuidadito en querer "hacer tu santa voluntad" porque entonces tu mamá ya comenzaba a emitir frases de este estilo, agregando el clásico: "Mientras vivas bajo mi techo, haces lo que yo te diga", dejando en claro que quien llevaba la batuta era ella.
¿Quieres que te de una razón para llorar?
No hay nada más frustrante para una mamá mexicana que ver llorar a sus hijos, en especial "por tonterías", por lo que, cuando te regañaba y comenzabas a llorar sin que si quiera te hubiera tocado, esta frase se hacía presente, aunque en la mayoría de los casos, nunca acababa con un golpe real.
"Porque lo digo yo" o "porque soy tu madre"
No necesitabas más explicación y si se te ocurría seguir cuestionando una decisión, lo más probable es que la discusión terminara con madre e hijo sin hablarse.
¿Me estás avisando o me estás pidiendo permiso?
Cuando entrabas en la edad de querer salir con tus amigos, era común que le pidieras permiso a tu mamá, pero ante la negativa constante, optabas por llegar muy seguro de ti mismo a contarle el plan, sin imaginar que ella te daría esta tajante respuesta, para después prohibirte salir, posiblemente porque no cumpliste con tus deberes o sacaste malas calificaciones.

¡Vas a ver cuando lleguemos a la casa!
¿Te acuerdas cuando ibas de visita a alguna casa y comenzabas a hacer desastres? La mirada penetrante de mamá se hacía presente y esta frase emergía de sus labios, algo que inmediatamente te hacía quedarte sentadito y sin moverte; sin duda una frase que revive traumas.
No se dice qué, se dice mande
Si llegabas de malas y cuando tu mamá te llamaba le decías "¿qué?" entonces las clases de buenos modales emergían, porque "por algo te mandaba a la escuela" y "ella no crío criminales".
Mientras vivas bajo mi techo, haces lo que yo te diga
Para cerrar con broche de oro, esta frase era el pan de cada día cuando comenzabas con la "edad de la punzada" y querías imponer tu voluntad, sin saber que, al salir del hogar materno comenzaría el verdadero reto de vivir, pues "mami ya no está para solucionar tus problemas".
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