Así eran las colecciones más extrañas de Pablo Neruda, el poeta de lo cotidiano: FOTOS

Estefanía Arreola 15 diciembre, 2024

El prolífico poeta dejó rastro de su grandeza no sólo en palabras, sino también en cientos de objetos

 ©fundacionneruda.org - Neruda era amante de las mariposas.

Pablo Neruda, el reconocido poeta chileno y ganador del Premio Nobel de Literatura, no solo destacó por sus versos, sino también por su pasión por coleccionar objetos inusuales. Estas piezas, cuidadosamente seleccionadas, reflejaban su conexión con la vida cotidiana y su mirada artística hacia el mundo.

Entre las colecciones más curiosas de Neruda destacan las botellas de vidrio. El poeta las acumulaba en distintos tamaños, colores y formas, fascinado por las transparencias y diseños que, para él, eran pequeñas obras de arte. Estas botellas decoraban sus casas, especialmente la de Isla Negra, donde formaban parte del paisaje poético que tanto lo inspiró.

 ©fundacionneruda.org - Colección de máscaras de Neruda dentro de su casa de Isla Negra

Botellas, máscaras y caracolas: las obsesiones de Neruda

Otra de sus pasiones eran las máscaras. Neruda llegó a reunir más de 400 piezas provenientes de culturas de todo el mundo, desde máscaras africanas hasta ejemplares de rituales indígenas americanos. Para él, cada máscara guardaba un misterio único, una historia oculta que complementaba su imaginario literario.

No menos peculiar fue su fascinación por las conchas marinas. El océano, tan presente en su vida y obra, lo llevó a coleccionar caracolas y conchas de diversas formas y tamaños. Estas reliquias naturales no solo adornaban sus vitrinas, sino que también inspiraron poemas en los que expresaba su amor por el mar y su conexión con la naturaleza.

Más que objetos, fragmentos de su poesía

Además de estos tesoros, Neruda también coleccionaba mapas antiguos, relojes de péndulo y figuras de barcos en miniatura. Cada pieza no era solo un adorno, sino una fuente de inspiración que alimentaba su imaginación. Para Neruda, estos objetos representaban pequeñas maravillas de la vida cotidiana, un recordatorio de la belleza que se esconde en lo simple.

Hoy, las casas-museo del poeta, como las de Isla Negra, Valparaíso y Santiago de Chile, ofrecen una mirada íntima a su mundo. Estas colecciones siguen siendo una ventana a su sensibilidad, donde cada objeto cuenta una historia y susurra los versos del hombre que los reunió.

Con estas piezas, Pablo Neruda demostró que la poesía no solo está en las palabras, sino también en los detalles más cotidianos de la vida.