Los momentos que demuestran la sencillez del rey Carlos III

Desde su ascenso al trono en 2022, el rey Carlos III ha sorprendido a la gente en varias ocasiones por romper el estricto protocolo real, mostrando una faceta más sencilla y cercana con las personas que muy pocos conocían. Aunque ha recibido algunas críticas, la mayoría ha tomado bien este cambio en la realeza. Aquí recordamos algunos momentos en los que el rey ha sorprendido por su humildad.

Baile de danza samoana

Recientemente, el rey Carlos sorprendió al bailar danza samoana durante la celebración de la Diáspora de la Commonwealth en el Palacio de St. James, en Londres. Ante la mirada de unos 300 invitados, el monarca dejó de lado el protocolo y entregó su copa de vino a un asistente para unirse al baile del cónsul honorario de Samoa, Freddie Tuilagi. El gesto, aunque sorpresivo, fue bien recibido, y Tuilagi mencionó con humor que el rey "quiere aprender a bailar".

Abrazo grupal con la selección femenina de rugby

Otro de los momentos en los que ha roto el protocolo fue el pasado 12 de septiembre, cuando Carlos III participó en un abrazo grupal con la selección femenina de rugby de Inglaterra durante una recepción en el Palacio de Buckingham. Este gesto fue bien recibido por la gente, quienes celebraron que dejara atrás la solemnidad que a menudo rodea a la realeza.

Baile en un centro comunitario judío

En diciembre de 2022, el rey Carlos volvió a sorprender cuando asistió a un centro comunitario judío en Londres. Allí, acompañado por sobrevivientes del Holocausto, se unió a la celebración bailando el "Oseh Shalom", una canción que significa "quien hace la paz". Este gesto fue rápidamente viralizado en redes sociales, donde muchos destacaron su humildad.

Rey Carlos III con el calcetín roto

Otro momento que capturó la atención del público ocurrió durante un recorrido por una mezquita histórica en Brick Lane, Londres, en 2023. Al quitarse los zapatos, siguiendo la tradición musulmana, el rey dejó al descubierto un pequeño agujero en su calcetín derecho. Lo que podría haber sido motivo de crítica se convirtió en una anécdota divertida para muchos, quienes vieron en este "error de moda" una señal de que el monarca es como cualquier otra persona.

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