¿No superas los besos de tu ex? Esta podría ser la explicación científica

Estefani Salazar 6 agosto, 2025

Más allá del romanticismo, los besos activan complejos procesos biológicos y emocionales que explican por qué a veces es tan difícil olvidar una conexión del pasado

 ©Gemini - Desde neurotransmisores hasta la compatibilidad inmunológica, la ciencia te explica por qué aun recuerdas los besos de tu ex.

Si alguna vez te has sorprendido recordando los besos de tu ex con intensidad, no estás exagerando: un beso no solo involucra emociones, sino también procesos fisiológicos profundos que pueden dejar una huella duradera en tu cerebro y cuerpo.

De acuerdo con el profesor Manuel González Oscoy, de la Facultad de Psicología de la UNAM, besar es un acto que fusiona el placer, la biología y la compatibilidad entre dos personas.

Así que es posible que los besos con tu ex fueran tan adictivos debido a la conexión emocional que tenían o incluso porque tu sistema se sentía muy atraído a sus feromonas. De manera que no necesariamente sigues enamorado de él o ella. Simplemente, el vínculo biológico y psicológico que desarrollaron era tan fuerte que tu memoria aun almacena las sensaciones que experimentabas cuando se besaban.

 ©Gemini - Talvez no eran muy buenos, pero a ti esos besos te sabían a gloria.

Al respecto, el académico citado por UNAM Global indica que, “un beso erótico —de esos que incluyen intercambio de saliva— no solo genera placer y vínculo, también activa un mecanismo biológico inconsciente que compara los sistemas inmunes de quienes se besan”.

Tu sistema inmune también participa en el beso

Puede parecer extraño, pero al besar, tu cuerpo evalúa silenciosamente la compatibilidad inmunológica con la otra persona. Según González Oscoy, si los sistemas inmunes son muy similares o demasiado diferentes, puede generarse un rechazo biológico inmediato.

“Desde el beso no hay ‘clic’, no se despierta interés”, señala el académico. Esta evaluación inconsciente ocurre gracias a un código multisensorial que opera mientras besamos. No se trata solo de química emocional, sino también de química corporal real.

Feromonas, saliva y testosterona: el coctel invisible del deseo

El beso activa sustancias como la dopamina (asociada al placer inmediato), la serotonina (que genera bienestar) y la oxitocina, también conocida como “la hormona del apego”. Esta última es clave para entender por qué un beso puede generar un fuerte vínculo emocional:

“Antes se consideraba que era el instinto maternal, pero en realidad es el vínculo en general”, explica González Oscoy.
 ©Gemini - Talvez no eran sus besos... sino su aroma.

Además, durante el beso se intercambian feromonas —moléculas aromáticas imperceptibles al olfato consciente— a través del órgano vomeronasal, situado bajo la cavidad nasal. Estas sustancias se producen en zonas como las axilas, ingles y detrás de las orejas, y contribuyen al deseo.

A esto se suma la transferencia de testosterona mediante la saliva, lo que incrementa el deseo sexual y la conexión erótica.

Entonces… ¿por qué no puedes olvidar esos besos?

Todo este cóctel de neurotransmisores, feromonas y memorias sensoriales genera una especie de “huella emocional” que puede permanecer mucho después de que la relación haya terminado.

Por eso, los besos apasionados o frecuentes con una expareja no solo se recuerdan, sino que pueden activar memorias de apego difíciles de soltar.

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