Un año sin Cristina Pacheco: rinden homenaje a la voz que humanizó el periodismo

A poco más de un año del fallecimiento de la periodista y cronista mexicana Cristina Pacheco (1941-2023), amigos, escritores y familiares se reunieron este jueves en la Casa Universitaria del Libro (Casul) de la Ciudad de México para recordar su invaluable legado.

En el evento, los escritores Xavier Velasco y José Luis Martínez, junto con la directora de Casul, Guadalupe Alonso, y Laura Emilia Pacheco, hija de Cristina y del poeta José Emilio Pacheco, destacaron la pasión, generosidad y talento que definieron su carrera.

El arte de la entrevista

Guadalupe Alonso abrió el homenaje recordando las palabras de Cristina Pacheco:
“Cada vez que empiezo una entrevista emprendo una travesía hasta donde se encuentra la otra persona. Es mi objetivo: alcanzarla y descubrir lecciones de vida”.

Pacheco, recordada por su programa ‘Aquí nos tocó vivir’ y su impecable conducción en ‘Conversando con Cristina’, dejó huella en la televisión mexicana con su estilo único de acercarse a sus entrevistados, capturando gestos, miradas y emociones con sensibilidad excepcional.

Memorias compartidas por Xavier Velasco

El escritor Xavier Velasco relató con cariño las experiencias de haber sido entrevistado por Pacheco en tres ocasiones, destacando su capacidad para conectar profundamente con los entrevistados:
“Con ella encontré al lector con el que uno sueña, ese que encuentra cosas buenas que uno hizo sin intención. Ella tenía el cuidado y el esmero de entrar al cuartito donde uno crea sus historias”.

Velasco recordó cómo Cristina lograba que los nervios se desvanecieran, creando un espacio de comodidad y confianza: “Se me olvidó que estábamos en vivo porque era como si comprendiera todo”.

Un mar de historias y disciplina

Laura Emilia Pacheco, hija de Cristina, destacó la labor de su madre al compilar los relatos que escribió durante tres décadas en su antología ‘Mar de historias’, un reflejo de la mirada sensible y humanista de la cronista.

José Luis Martínez, periodista y amigo cercano, también compartió anécdotas sobre la disciplina de Pacheco:
“Era una mujer incansable. Me contó que escribía cuentos semanalmente entre las 16:30 y las 20:00, una rutina que aprendió de Mario Vargas Llosa”.

El legado de una amiga entrañable

Los participantes coincidieron en que Cristina Pacheco era una amiga excepcional, siempre dispuesta a tratar con igualdad al más humilde y al más famoso, dejando una huella imborrable en el periodismo mexicano.

Este homenaje fue más que un recordatorio de su trayectoria; fue un tributo a su capacidad para capturar la esencia humana, a su dedicación incansable y al legado que dejó en cada entrevista, crónica y relato.