Cómo impacta en la economía de México la reconciliación entre Trump y Xi Jinping

Elena Martínez 29 octubre, 2025

El encuentro marca el cierre de una gira asiática de cinco días emprendida por Trump

 ©EFE. - Ambos mandatarios se reunieron para tratar diversos temas.

Después de seis años de distancia y tensiones acumuladas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder de China, Xi Jinping, se reunieron en la base aérea de Gimhae, en Busan, Corea del Sur, para sostener una conversación que podría marcar el rumbo de la relación entre las dos potencias más influyentes del planeta.

El ambiente del encuentro, según reportes de prensa, fue sorprendentemente cordial. Trump describió a Xi como “un gran líder de un gran país”, mientras que el mandatario chino dijo que era “un placer reencontrarse” con su homólogo estadounidense. Ambos coincidieron en que, pese a las diferencias, sus países tienen la responsabilidad de mantener el rumbo adecuado en sus relaciones bilaterales.

El encuentro marca el cierre de una gira asiática de cinco días emprendida por Trump, en la que ha buscado reactivar la diplomacia económica estadounidense tras años de sanciones y medidas unilaterales. Para Xi, la reunión representa la oportunidad de proyectar una imagen de liderazgo global estable y abierto al diálogo, en un momento en que China enfrenta presiones económicas internas y crecientes tensiones con sus vecinos del Indo-Pacífico.

Seis años de fricciones comerciales y tecnológicas

Desde el último cara a cara entre ambos mandatarios, en 2019, la relación entre Washington y Pekín se ha deteriorado profundamente. La guerra comercial desatada durante la administración Trump impuso cientos de miles de millones de dólares en aranceles, y la posterior competencia tecnológica por el control de sectores estratégicos, como los semiconductores y la inteligencia artificial, acentuó la rivalidad.

A ello se sumaron sanciones mutuas, bloqueos de exportaciones, prohibiciones a empresas chinas en territorio estadounidense y restricciones de Pekín sobre minerales críticos como las tierras raras, esenciales para la fabricación de componentes electrónicos. El resultado fue una economía mundial fragmentada, marcada por la incertidumbre y la reconfiguración de las cadenas de suministro. Por lo que un acuerdo entre ambos podría cambiar la economía de diversos países, incluido México.

Temas espinosos sobre la mesa

Fuentes diplomáticas han adelantado que los temas tratados van mucho más allá del comercio. Además de discutir los aranceles y los controles a las exportaciones, ambos líderes abordaron el papel de China en la producción y tráfico de fentanilo, una sustancia que ha causado una crisis de salud pública en Estados Unidos.

En el terreno geopolítico, Trump busca garantizar que China no refuerce su presencia militar en los mares de China Oriental y Meridional, donde su expansión ha generado alarma entre los aliados de Washington en la región, como Japón, Corea del Sur y Filipinas. Xi, por su parte, desea que Estados Unidos reduzca las sanciones y controles sobre empresas chinas, permitiendo un entorno más predecible para la recuperación de su economía.

De acuerdo con fuentes diplomáticas, los negociadores de ambas potencias trabajan en un marco para la gestión futura de sus relaciones, una especie de hoja de ruta que permita reducir fricciones y evitar escaladas innecesarias. No se espera un acuerdo definitivo ni una alianza duradera, pero sí un mecanismo que les permita administrar su rivalidad sin poner en riesgo la economía global.

Si el diálogo en Busan logra estabilizar las relaciones, el impacto se sentirá en prácticamente todos los sectores económicos del planeta. Una reducción de los aranceles y sanciones podría revivir el comercio internacional, estimular la inversión en manufactura y aliviar la inflación global. Las bolsas de valores, especialmente en Asia y Estados Unidos, podrían reaccionar con optimismo ante la perspectiva de una cooperación renovada.