Del Monte en quiebra: ¿De cuánto es la deuda de la empresa de comida enlatada?
Del Monte se declara en bancarrota en EE. UU. tras años de deuda insostenible, intereses crecientes y una reestructuración polémica que terminó en colapso

Del Monte Foods, uno de los nombres más reconocidos en el sector de alimentos procesados, se declaró en bancarrota en Estados Unidos al acogerse al Capítulo 11, atribuyendo su colapso financiero a una deuda acumulada que se volvió insostenible. La histórica firma, con 135 años de operaciones, enfrenta obligaciones financieras que exceden su capacidad operativa tras varios años de deterioro en su salud fiscal.
La compañía informó que su deuda garantizada ronda los mil 245 millones de dólares y que el costo de su servicio financiero se disparó por el encarecimiento del crédito, con pagos de intereses que pasaron de 66 millones de dólares en 2020 a 125 millones en el año fiscal 2025. En documentos judiciales presentados en Nueva Jersey, Del Monte reveló que sus activos y pasivos se encuentran en un rango estimado de entre mil y 10 mil millones de dólares, y que sus acreedores podrían superar los 25 mil.
Del Monte Foods ya había realizado en 2024 una reestructuración de deuda que fue duramente cuestionada por acreedores excluidos del acuerdo, quienes señalaron irregularidades en la transferencia de activos que, presuntamente, los dejó sin respaldo. La empresa utilizó esos activos como garantía para conseguir nueva financiación, lo que priorizó a prestamistas selectos mediante canjes de deuda que generaron jerarquías en los pagos.
Deuda estructural acumulada desde su adquisición
La raíz del problema se remonta a la adquisición de Del Monte por parte de Del Monte Pacific Limited (DMPL), un holding con sede en Singapur, que financió la compra con deuda cargada directamente a la filial estadounidense. Esta carga estructural generó desde entonces una presión creciente sobre su balance, que se agravó tras la pandemia de COVID-19 y el incremento de las tasas de interés en los últimos tres años.
Jonathan Goulding, director de reestructuración de la empresa, detalló que la deuda “excede ampliamente las ganancias proyectadas antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización”, lo que ha dejado a Del Monte sin espacio para maniobrar. “Nuestra liquidez ha sido severamente limitada, y los pagos de intereses absorben una porción significativa de nuestro flujo de caja”, agregó.
El colapso se produce pese a que la empresa es propietaria de marcas reconocidas como Del Monte, College Inn y Joyba. Según la empresa, las operaciones continuarán durante el proceso de bancarrota gracias a la obtención de 912.5 millones de dólares en financiamiento adicional, sumados a otros 165 millones ya asegurados con anterioridad mediante garantías. Con esta liquidez, la compañía busca mantener sus operaciones y servicios a clientes mientras lleva a cabo un proceso de venta supervisado por la corte.
El director ejecutivo, Greg Longstreet, sostuvo que la bancarrota representa una decisión estratégica tras evaluar todas las opciones posibles. “Estamos enfocados en acelerar una venta ordenada que permita fortalecer la estructura financiera de Del Monte Foods y asegurar su viabilidad futura”, señaló en un comunicado.
Las filiales fuera de Estados Unidos no se encuentran incluidas en el proceso del Capítulo 11 y continuarán operando normalmente, precisó la compañía.
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