División racial, género y educación: ¿Quién apoya a cada candidato en EE. UU.?
A medida que se acercan las elecciones, la contienda entre Trump y Harris sigue marcada por profundas divisiones
La carrera presidencial en EE. UU. entre Kamala Harris y Donald Trump está en una etapa decisiva. La "ventaja" que Harris obtuvo inicialmente, especialmente debido al entusiasmo y el impulso de su histórica candidatura como mujer negra y de ascendencia asiática, parece haberse equilibrado. Los sondeos ahora apuntan a una competencia sumamente ajustada, con niveles de popularidad y apoyo que varían solo marginalmente entre ambos candidatos, lo cual hace que cada detalle pueda marcar la diferencia en el resultado final.
La influencia de pequeños factores, como los debates finales, eventos en los estados clave y los temas de actualidad (por ejemplo, la economía, el sistema de salud y la política migratoria), probablemente sea crucial. Además, el papel de los votantes indecisos y las cuestiones de género y raza que caracterizan a esta elección pueden inclinar la balanza de uno u otro lado.
Este cierre tan ajustado en los sondeos refleja la polarización actual en Estados Unidos, donde temas de identidad y valores están desempeñando un papel importante en las decisiones de voto, con Harris apelando a un electorado diverso y progresista, y Trump consolidando su base en sectores más conservadores y religiosos.
Trump, el favorito entre los hombres blancos
Desde 2016, el voto masculino ha sido fundamental para Trump. Ese año, logró el 52% del voto masculino frente al 41% de Hillary Clinton. Entre los hombres blancos, la diferencia fue más notoria: un 62% votó por Trump, 30 puntos por encima de Clinton. En 2020, aunque Biden redujo esta brecha, Trump aún se quedó con el 50% del voto masculino general y un 57% entre hombres blancos.
Esta preferencia se basa, en gran medida, en la figura que representa Trump para sus seguidores: un líder protector, que critica la inmigración y defiende la "masculinidad tradicional". Su imagen es especialmente atractiva para los hombres sin educación universitaria que perciben su estilo como una respuesta a sus propias preocupaciones y resentimientos hacia una sociedad que, sienten, ha favorecido a otros grupos.
Dos modelos de masculinidad en conflicto
La contienda electoral entre Trump y Harris ha resaltado un choque entre dos modelos de masculinidad. Mientras que Trump proyecta una imagen de "hombre fuerte" y protector, criticando abiertamente a las mujeres y a las minorías, el equipo de Harris —que incluye figuras masculinas como su esposo Doug Emhoff— representa un tipo de masculinidad más colaborativa y menos tradicional. Este contraste pone en juego ideas de género y roles tradicionales, atrayendo o repeliendo a votantes según su visión de lo que significa ser un hombre en la sociedad actual.
Un estudio del Pew Research Center revela cómo estas diferencias ideológicas afectan la percepción de la masculinidad en EE. UU.: mientras que solo los hombres republicanos consideran que los hombres "masculinos" están mal vistos en el país, el resto de la población no comparte esta opinión. Además, el 60% de los encuestados opina que no se valora lo suficiente a los hombres empáticos. Estas diferencias reflejan la creciente polarización del electorado en torno a temas de género y cultura.
El apoyo de los evangélicos a Trump: ¿Religión o política?
El respaldo evangélico, crucial en las victorias republicanas, sigue siendo fuerte con Trump, aunque su vida y comportamiento no reflejen los valores religiosos tradicionales. Para el 82% de los protestantes evangélicos blancos, Trump representa su candidato ideal, gracias en gran medida a su postura contra el aborto, que consolidó al nominar jueces conservadores en la Corte Suprema. Este aspecto parece "absolverlo" de sus faltas a los ojos de sus seguidores religiosos, quienes lo consideran como un defensor de su identidad y valores en una sociedad cada vez más secular.
Este respaldo tiene un componente simbólico: en mítines, los seguidores de Trump exhiben mensajes como “Jesús es mi salvador; Trump, mi presidente”. Para muchos evangélicos, su lealtad a Trump no solo se debe a una coincidencia en posturas políticas, sino a una percepción de amenaza ante la secularización del país y el avance de derechos que consideran contrarios a su fe.
Cómo son los republicanos en cuatro datos
Según Pew Research Center:
Los votantes republicanos son abrumadoramente blancos, aunque menos que en el pasado.
Tienen más edad que los votantes en general.
El 81% se identifican con una confesión cristiana (frente al 67% del total de votantes).
La mayoría considera que la inmigración ilegal es uno de los principales problemas del país.
Son muy pesimistas sobre el estado de la economía estadounidense.
Están más divididos sobre el aborto que los demócratas.
Su hostilidad hacia los demócratas ha aumentado en las últimas décadas.
Las divisiones de género y raza en los votantes de Trump y Harris
Kamala Harris, por otro lado, atrae un electorado diverso y en su mayoría urbano, compuesto en gran parte por mujeres, jóvenes y personas con estudios universitarios. En las elecciones de 2020, el 57% de las mujeres votaron por Biden, y se espera que esta tendencia aumente con Harris, la primera mujer negra y asiática en competir seriamente por la presidencia. Sin embargo, Harris enfrenta desafíos para captar el voto masculino, especialmente entre los hombres afroamericanos y latinos, sectores donde Trump ha ganado terreno en los últimos años.
El voto afroamericano y latino sigue siendo clave en estados decisivos como Georgia y Michigan. Sin embargo, aunque la mayoría de estos votantes apoyan a Harris, los republicanos han incrementado su popularidad en estos grupos en los últimos años. La campaña de Trump ha logrado posicionarse como defensora de algunos valores tradicionales, atrayendo a votantes afroamericanos y latinos que ven en sus políticas de inmigración y seguridad una solución a sus inquietudes.
Harris recibirá más voto joven. Las nuevas generaciones se inclinan a favor de los demócratas. Pero para eso tienen que ir a votar y ese es el problema. Que lo hagan será crucial para las aspiraciones del partido del burro.
Cómo son los demócratas en cuatro datos
Según un informe de Pew Research Center:
Casi la mitad (46%) se identifican como no cristianos.
Los que tienen título universitario son casi el doble que en los 90.
La mayoría afirma que la violencia armada, los costes de la sanidad y el bloqueo partidista son los principales problemas nacionales.
Opinan mayoritariamente que el aborto debe ser legal.
Su hostilidad hacia el Partido Republicano ha aumentado en las últimas décadas.