¿Podría haber un apagón mundial? Estas serían las causas que lo harían factible
El apagón en la Península Ibérica revela vulnerabilidades en las redes eléctricas globales y reabre el debate sobre los riesgos de un colapso energético a gran escala

El 28 de abril de 2025, un apagón masivo dejó sin electricidad a gran parte de la Península Ibérica, afectando a España, Portugal y el sur de Francia durante varias horas. Este suceso reavivó temores sobre la posibilidad de un apagón mundial y expuso la fragilidad de las infraestructuras eléctricas modernas.
Mientras los equipos técnicos trabajan para restablecer completamente el suministro, surgen las primeras teorías sobre el origen de la falla. Según los operadores, incluido REN en Portugal, la causa más probable es una fuerte oscilación en el sistema eléctrico europeo, originada por un fenómeno atmosférico raro conocido como vibración atmosférica inducida. Esta condición podría requerir hasta una semana para que los sistemas afectados vuelvan a operar con normalidad.
Vibración atmosférica
Los expertos explican que la vibración atmosférica inducida se produce cuando coinciden condiciones meteorológicas particulares y características estructurales de las líneas eléctricas. Esta interacción puede generar vibraciones intensas que dañan cables, provocan fallos en las conexiones y desencadenan desconexiones masivas.
En este incidente específico, tres factores habrían jugado un papel fundamental:
Diseño del cable: La forma, el diámetro y el estado de la superficie de los cables afectan la intensidad del campo eléctrico y el umbral de “inicio de corona”, un fenómeno que puede debilitar la infraestructura.
Condiciones meteorológicas: Factores como la humedad, la presión atmosférica y la contaminación aumentan la probabilidad de ionización del aire, facilitando fallos eléctricos.
Tensión de la línea: Cuanta mayor sea la tensión, mayor es el gradiente eléctrico en los cables, elevando el riesgo de fallos por descarga de corona.
Apagones: gran amenaza
Aunque inicialmente se descartaron ciberataques o sabotajes, el evento recuerda que las redes eléctricas modernas son cada vez más vulnerables a diversas amenazas. Desde 2021, Austria ha advertido sobre el riesgo de un gran apagón. La ministra de Defensa, Klaudia Tanner, afirmó que “la cuestión no es si habrá un gran apagón, sino cuándo”, mientras que el ministro del Interior, Karl Nehammer, lo calificó como “una de las mayores amenazas para un Estado moderno”.
El teniente coronel Pierre Kugelweis, de las Fuerzas Armadas de Austria, destacó la importancia de mantener operativos los servicios de emergencia durante un apagón, ya que el impacto social podría ser devastador.
Factores de riesgo
Si bien un apagón eléctrico global es improbable, los expertos alertan sobre varios factores de riesgo:
Ataques cibernéticos: Amenazas a la infraestructura crítica podrían desestabilizar los sistemas a nivel internacional.
Eventos geomagnéticos extremos: Tormentas solares podrían sobrecargar y destruir componentes esenciales de las redes.
Fallas en infraestructura interconectada: Una avería significativa podría generar un efecto dominó en distintas regiones.
Ataques físicos coordinados: Actos de sabotaje simultáneos a subestaciones estratégicas podrían colapsar la red.
Desastres naturales: Terremotos, erupciones volcánicas o fenómenos meteorológicos severos afectarían la infraestructura crítica.
La creciente interconexión de las redes eléctricas, diseñada para mejorar la eficiencia y estabilidad, también amplifica los riesgos de fallas globales. Ante este escenario, gobiernos y operadores energéticos trabajan en estrategias de resiliencia para evitar un apagón total que paralice la vida moderna.
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