La relación entre Trump y Milei con el ataque de Lex Ashton en CCH Sur

Estefanía Arreola 27 septiembre, 2025

De acuerdo a especialistas, el “performance político” nutre indirectamente la expansión de discursos incel en América Latina

 ©EFE/Especial - Donald Trump y Milei, promotores de la ultraderecha conservadora y de un modelo de masculinidad global.

El asesinato de un estudiante en el CCH Sur no es un hecho aislado. El caso de Lex Ashton, joven de 19 años que apuñaló hasta la muerte a un compañero dentro de la UNAM, ha encendido las alarmas sobre la expansión en México de los discursos incel —célibes involuntarios—, una subcultura que convierte la frustración masculina en odio hacia las mujeres y en violencia.

Expertas advierten que esta violencia no se entiende como un caso individual, sino como parte de una red de discursos globales que viajan a través de internet y se consolidan en comunidades virtuales donde los hombres encuentran un “sentido de pertenencia” a costa de culpar y violentar a las mujeres.

De acuerdo con Silvia Soler, directora interina del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB), este caso es un síntoma de cómo las masculinidades atraviesan por la “pérdida de certezas frente al futuro y la precarización de la vida”, en la que incluso la educación ha dejado de ser un “mecanismo de escalada social”, por ello, muchos jóvenes terminan por “resguardarse en las ideas de la masculinidad tradicional, convervadora”, declaró en entrevista sobre el caso a la agencia internacional EFE.

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El ataque ocurrido en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur exhibe cómo las narrativas que nacieron en foros de Norteamérica y Europa, cargadas de misoginia y resentimiento, ya están permeando en las aulas mexicanas. Ashton había dejado mensajes en redes donde se asumía como “escoria” y se quejaba de que los “chads” disfrutaran de las “foids”, términos propios del argot incel.

Pero este fenómeno no se limita a las redes sociales. Líderes políticos como Donald Trump, Javier Milei o Vladimir Putin también refuerzan, desde el poder, un modelo de “hipermasculinidad” basado en la fuerza, la violencia y el control. Para especialistas, este tipo de “performance político” nutre indirectamente la expansión de discursos incel en América Latina.

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La precarización de la vida y la falta de referentes positivos han generado que muchos jóvenes recurran a gurús digitales como influencers masculinistas, entre ellos El Temach en México, que promueven narrativas de victimización masculina frente a la autonomía femenina.

Una llamada de alerta para México

Las voces académicas consultadas subrayan que México necesita políticas públicas urgentes de despatriarcalización, educación con perspectiva de género y atención a la salud mental de los varones. De lo contrario, advierten, el país podría enfrentar una ola de violencia similar a la ya registrada en Estados Unidos o Canadá, donde los ataques vinculados a la cultura incel han dejado múltiples víctimas.

El caso Ashton, más allá de un crimen escolar, refleja cómo el eco global de los liderazgos ultraderechistas y los foros digitales de odio ha encontrado terreno fértil en México.