Cárteles mexicanos y tráfico de migrantes, cuando la necesidad se encuentra con la crueldad

Mabel González 18 diciembre, 2024

Poco a poco los narcos han ganado terreno a los coyotes o hacen que trabajen para ellos

 ©Cuartoscuro. - Miles de migrantes son víctimas del crimen organizado en México.

México ha sido históricamente un país de puertas abiertas para los extranjeros, pero el crimen organizado hasta en eso ha hecho estragos, pues han visto en los migrantes una moneda de cambio que les reditúa grandemente, haciendo que su paso por el territorio mexicano sea un verdadero infierno. Poco a poco los cárteles de la droga han ganado terreno a los polleros o bien los han hecho sus aliados, ambos tienen en común una cosa: no ven a aquellos que dejan sus hogares en busca de una vida mejor como lo que son, personas, sino como mercancías a las que les pueden sacar mucho provecho. 

Miles de personas llegan a México en distintos puntos, huyen de la pobreza, violencia, falta de empleo o incluso destrucción de la naturaleza en sus países de origen. Durante años la migración es una constante y nuestro país un paso obligado para poder entrar a Estados Unidos, pero cruzar de manera ilegal no es nada fácil, nunca lo ha sido y ahora menos, la naturaleza hace su parte, la Patrulla Fronteriza estadounidense contribuye otro tanto y los traficantes de personas tal vez el peor.

Algunos migrantes los encuentran o contactan en la frontera norte, otros desde que ingresan al país por la frontera sur se encuentran con ellos. Antes eran los polleros, ahora también los narcos y como su nombre lo indica, crimen organizado, tienen códigos, símbolos e incluso se dividen toda la frontera por cárteles, donde opera uno, no se mete el otro. En medio de todo quedan las personas que lo único que quieren es lograr el sueño americano. 

Así operan los narcocoyotes

Quienes se topan con los narcos se topan con el “mismito diablo”, según han dicho las propias víctimas que logran sobrevivir, los sicarios de los cárteles los marcan, los maltratos, las humillaciones, pero lo que sus ojos ven durante el tiempo que pasan con ellos es algo que los sigue mucho tiempo, sino es que toda la vida. Para los polleros, coyotes, delincuentes o como se autonombren, ellos no son más que mercancía a la que pueden sacarle provecho. 

Algunos van con grupos desde algún estado sureño o céntrico, generalmente llevan pulseras de colores que los identifican como “propiedad” de un cártel, a ellos generalmente no los molestan, aunque a veces las cosas pueden cambiar. Los que no llevan brazaletes están libres, son la presa a atacar. Los halcones son los que dan el pitazo, así llegan miembros “más pesados” y los interceptan. 

Pero no, no llegan de manera amistosa y los llevan a su destino, los cárteles secuestran a los migrantes, pues muchos de ellos tienen familiares en Estados Unidos, les quitan sus teléfonos y pertenencias y cuál secuestro les llaman para pedirles un rescate. El tiempo que pasa entre la primera llamada y el depósito de dinero es eterno para las víctimas, de acuerdo con reportajes realizados por distintos medios, como Milenio, Telemundo, Univision y la BBC, los migrantes son llevados a casas de seguridad. 

No les dan alimentos ni agua, pero sí golpes y torturas, algunos llaman sus familiares, obligados por los sicarios, con llanto y gritos les suplican que paguen por su liberación. Pero no todos viven para contarlo. Ya sea de inanición o deshidratación, algunos cuerpos no resisten, pero otros mueren por los golpes o incluso asesinados.

Otros cárteles operan en los camiones que viajan a las ciudades fronterizas, suben a las unidades, piden papeles, una vez que identifican a los migrantes, les piden 1,500 pesos para dejarlos continuar su camino, sino llevan los levantan, relata la BBC en un reportaje. La detención de los autobuses puede durar horas, hasta que se les paga y les dejan continuar, no siempre con todos los pasajeros que salieron de la terminal. 

¿Qué pasa con quienes no tienen dinero? Hay muchas respuestas a esa pregunta, muchos son reclutados por el crimen organizado, pero no como sicarios pagados, sino como esclavos, algunos mueren durante su cautiverio. Las mujeres son violadas, en un reportaje de Telemundo una víctima relató haber sido abusada sexualmente más de 12 horas, quedó inconsciente de tanto dolor. 

Algunos migrantes, los que viajan con sus hijos y se quedan sin dinero, relatan que los narcos los amenazan con quitarle a sus niños y venderlos a alguien que esté buscando uno. Además, el terror psicológico está presente en cada momento.

Cárteles, los responsables de la disminución de migrantes a EE.UU. 

De acuerdo con un reportaje de Associated Press, a México entran miles de migrantes, pero un muy bajo porcentaje llega hasta la frontera norte, ¿la razón? Las autoridades estadounidenses aseguran que es por las acciones de su contraparte mexicana, pero la realidad es la operación de los cárteles. 

Muchos migrantes son cooptados desde Chiapas, allí se quedan varados, retenidos por el crimen organizado, otros a medio camino son interceptados, algunos más en las ciudades fronterizas del norte. Mientras que los menos afortunados simplemente desaparecen, caen víctimas de los sicarios. 

Aquellos que se rebelan del dominio de los cárteles encuentran –en su mayoría– la muerte, así sean un gran grupo, como se cree que ocurrió en San Fernando, Tamaulipas, en 2010, cuando fueron encontrados 72 cuerpos, en lo que ahora se califica como una masacre. 

En tiempos más recientes, Tijuana, Baja California, es el centro de la tragedia, decenas de cuerpos se encuentran en la frontera con EE.UU. todos con disparos en la cabeza, al estilo ejecución, se cree que son migrantes que viajaban solos, que se negaron a pagar a los cárteles o se rebelaron de su maltrato. 

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