Cártel del Golfo impone su propia aduana con impuestos clandestinos en la frontera
Los criminales exigen hasta $1,200 por cisterna de gasolina a transportistas
El Cártel del Golfo (CDG), una de las organizaciones criminales más antiguas de México, ha impuesto un sistema de extorsión en la frontera norte que afecta directamente el comercio entre México y Estados Unidos. Ciudades como Matamoros, Reynosa y Miguel Alemán, en el estado de Tamaulipas, se han convertido en puntos clave para este esquema ilegal que genera millones de dólares para el cártel.
Las rutas comerciales que cruzan el Río Bravo son esenciales para la economía binacional, con un intercambio total de bienes y servicios valuado en 855 mil millones de dólares en 2022. Sin embargo, quienes desean importar productos hacia México desde Estados Unidos deben enfrentar un nuevo obstáculo: las cuotas impuestas por el CDG, revela un artículo del periodista Ioan Grillo en Crashoutmedia.
Estas cuotas se aplican a una amplia variedad de bienes. Por ejemplo, se cobra $200 por cada caja de cosméticos, $300 por cada caballo y $400 por motos acuáticas. Incluso los camiones cisterna que transportan gasolina refinada, un producto vital que México importa en grandes cantidades, enfrentan tarifas exorbitantes que han aumentado de $300 a $1,200 por unidad en los últimos años.
Aunque tradicionalmente se asocia al CDG con el narcotráfico, particularmente con el tráfico de cocaína, esta actividad ha perdido relevancia en su modelo de negocio en los últimos años. Hoy, el cártel obtiene ingresos significativos de tres fuentes principales:
1. Extorsión comercial: Cobro de cuotas a empresas y pequeños negocios en Tamaulipas.
2. Tráfico de migrantes: Explotación del flujo de personas que buscan cruzar ilegalmente hacia Estados Unidos.
3. Control de hidrocarburos: Impuestos clandestinos a transportistas de gasolina y diésel refinado.
Esta diversificación refleja la capacidad del CDG para adaptarse y maximizar sus ganancias en un entorno cada vez más competitivo entre los cárteles mexicanos.
El impacto de estas actividades es devastador tanto para la economía local como para la vida cotidiana de los ciudadanos. Las constantes disputas internas entre las facciones del CDG y los enfrentamientos con las fuerzas armadas mexicanas generan un clima de violencia que paraliza ciudades enteras.
Un residente de Matamoros expresó su frustración en declaraciones a Grillo: "El Cártel está matando a la gallina de los huevos de oro. Nos están ahogando". Estas palabras reflejan el sentimiento generalizado de quienes ven cómo la actividad criminal sofoca el desarrollo económico y social de la región.
Cártel del Golfo: originado en la frontera
El Cártel del Golfo tiene sus raíces en la época de la Prohibición en Estados Unidos, cuando su fundador, Juan N. Guerra, comenzó a contrabandear alcohol hacia el norte. En las décadas siguientes, la organización se consolidó como una de las principales redes de tráfico de drogas, especialmente cocaína, hacia Estados Unidos.
Sin embargo, la estructura del CDG ha cambiado drásticamente con el tiempo. Hoy opera como una federación de células armadas que utilizan vehículos blindados caseros, conocidos como “monstruos”, para proteger sus intereses y territorios.
El dominio del CDG en la frontera norte representa una amenaza significativa para el comercio internacional y la seguridad en la región. Mientras las autoridades luchan por contener su influencia, el cártel continúa expandiendo sus operaciones y generando ganancias a costa de comunidades vulnerables y del comercio binacional.
Así el crimen organizado en México ha evolucionado más allá del narcotráfico, adoptando un enfoque empresarial que combina violencia, corrupción y control territorial para sostener su poder económico.
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— Guillermo Ortega Ruiz (@GOrtegaRuiz) November 20, 2024