La historia de Walter González, el "pescador de cadáveres": el crimen organizado ahoga Chiapas
¿Qué está pasando en el río Suchiate? Pescadores ya no encuentran peces, sino cuerpos

"Venimos a ver si hay pescadito… y encontramos un cadáver". La frase resume el horror cotidiano que enfrenta Walter González, un pescador de 54 años del ejido Miguel Alemán, en Suchiate, Chiapas, donde la violencia ha transformado los ríos en tumbas clandestinas.
Desde hace seis años, Walter dejó de buscar sólo tilapias para dedicarse, casi por mandato moral, a recuperar cuerpos humanos en descomposición arrastrados por el río Suchiate, frontera natural entre México y Guatemala. La creciente presencia del crimen organizado en la región convirtió su oficio en una labor humanitaria: la de un pescador de muertos.
Walter declaró a Milenio que su primera motivación es que “todos somos humanos” y no puede permitir que un cuerpo quede abandonado así, nada más a su suerte.
Un hallazgo macabro
A principios de mayo de 2025, pescadores que faenaban en la desembocadura del Suchiate encontraron un cuerpo mutilado: le faltaban la cabeza, un brazo y una pierna. Avisaron a Walter, quien junto a su hijo y un ayudante llamado Abdimar, se dirigió en su lancha a inspeccionar la zona. La Fiscalía General del Estado de Chiapas llegó horas después, pero sólo recogió el torso. Los restos restantes —una pierna y una mano— fueron enterrados por Walter y su equipo ante la negligencia de las autoridades.
“Era un ser humano. ¿Cómo lo íbamos a dejar allí?”, se pregunta mientras observa con una mezcla de rabia y resignación al río, de acuerdo con El País.

Un río convertido en fosa
Este hallazgo no fue aislado. Desde 2023, Chiapas ha vivido una ola de violencia ligada a la disputa de cárteles por el control del tráfico de migrantes, extorsiones y rutas del narcotráfico. Tapachula, epicentro del conflicto, fue señalada por el INEGI como la ciudad con mayor percepción de inseguridad en México durante los primeros tres meses de 2025.
El gobernador Eduardo Ramírez Aguilar, de Morena, presumía avances en el combate al crimen organizado, pero los hechos narran otra historia: cuerpos maniatados, con huellas de tortura, aparecen cada vez con más frecuencia en los ríos Suchiate y Cahoacán.

Un trabajo que nadie pidió, pero alguien tenía que hacer
Walter comenzó su labor tras un encuentro inesperado. Una noche, al caminar entre los tallos de plátano cerca del río, creyó pisar un tronco. Al iluminar con su linterna, descubrió que se trataba de un cuerpo humano hinchado y sin vida. Desde entonces, y movido por un profundo sentido de humanidad, ha recogido restos para entregarlos a las autoridades… cuando estas deciden actuar.
“Todos merecemos una sepultura digna”, insiste. Pero no siempre es posible. Algunas veces, los cuerpos aparecen decapitados, atados con alambre o con señales de tortura. Da aviso a la Fiscalía de Chiapas, quienes llevan los restos al forense para ser identificados.
En lo que va de 2025, Walter por sí solo ha recuperado seis cadáveres. Algunos llegan flotando desde Guatemala; otros, desde comunidades chiapanecas sumidas en el terror. “Ahorita hay demasiada delincuencia. Matan a las personas, las arrojan al río, y el mar las escupe”, narra.
Un tiradero clandestino
En junio, los ríos Suchiate y Cahoacán se convirtieron en vertederos humanos. En menos de tres semanas, fueron localizados al menos cinco cuerpos —tres en la desembocadura del Suchiate y dos en el Cahoacán, con evidentes signos de tortura. La presión de las comunidades llevó a la Secretaría de Seguridad Pública y a la Fiscalía General del Estado a implementar un operativo disuasivo el 15 de julio, con más de 100 agentes, incluidos policías estatales, municipales y la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal.

Pero lejos de disminuir la violencia, el operativo pareció desatarla aún más. Horas después, el cuerpo de una mujer apareció envuelto en cartones en pleno centro de Tapachula. La fiscalía emitió un escueto comunicado: “los hechos están siendo investigados”.
Días más tarde, el 18 de julio, en la ranchería Israel, fue hallado el cuerpo semidesnudo de un hombre con señales de tortura. Al día siguiente, balseros grabaron una cabeza flotando en el río Suchiate. Walter vio el video en su teléfono y supo que el resto del cuerpo probablemente seguía atorado entre piedras aguas arriba. “Si no llueve, el río no arrastra. Se quedan allí, atrapados”, explica.
Entre la lluvia que no llega y la violencia que no se va
Para Walter, la sequía también significa malas noticias: si el agua no corre con fuerza, los cadáveres no son arrastrados y se acumulan río arriba. Pero cuando llueve, los cuerpos son liberados de su escondite natural y llegan hasta la bocabarra, una reserva cercana al mar. Ahí patrulla Walter con frecuencia, con la esperanza de no encontrar nada.
“Hace seis meses hallamos una cabeza sin orejas y con la lengua cortada. La enterramos en la playa antes que las aves la comieran. No se la podíamos dejar a los zopilotes”, dice, con una mezcla de dolor y determinación.

Un llamado al silencio institucional
El viernes 25 de julio, un pescador de la comunidad El Tesoro descubrió más restos humanos en el río Cahoacán. El fiscal de distrito, Arturo Pablo Liévano Flores, fue contactado por periodistas para conocer si hay investigaciones abiertas, pero no respondió.
Para los pobladores no hay duda: los cuerpos no son arrojados allí, sino que el agua los arrastra desde otros puntos. Las zonas son de difícil acceso y nadie ha visto actividades sospechosas en los alrededores. Pero el miedo sigue latente: “la violencia no se fue, sólo se escondió un tiempo”.
“Todos somos humanos”
Walter continúa patrullando el río en su lancha de 35 años, con la esperanza de no encontrar más “muertitos”, como él dice. Pero sabe que el crimen organizado no descansa, y mientras las autoridades se afanan en declarar la paz, los ríos siguen hablando por sí solos.
“Nadie quiere hacer este trabajo, pero alguien debe hacerlo”, concluye, mientras se alista para una nueva jornada. No por los peces, sino por la dignidad de los cuerpos olvidados.
Únete al canal de WhatsApp y recibe en tu celular lo más importante de México y el mundo con el análisis y la voz de Guillermo Ortega Ruiz.