¿Quién era Irma Hernández Cruz? La maestra y taxista asesinada por resistirse a la Mafia Veracruzana

Metzli Escalante 25 julio, 2025

Irma, la maestra jubilada que enfrentó la extorsión y fue asesinada en Álamo: la historia detrás del crimen que sacude a Veracruz

 ©Especial. - Irma Hernández Cruz.

Irma Hernández Cruz no fue un daño colateral. Fue una mujer trabajadora, madre, maestra jubilada y taxista, asesinada por negarse a pagar extorsión en Veracruz. Su historia, marcada por dignidad y valentía, ha sacudido a todo el país.

El viernes 18 de julio, Irma fue interceptada por un comando armado cuando circulaba por el centro de Álamo Temapache, en el norte de Veracruz. Iba al volante del taxi número económico 554 cuando fue obligada a subir a una camioneta. Desde entonces, su familia, vecinos y colegas comenzaron una desesperada búsqueda.

Días después, comenzó a circular un video estremecedor: Irma aparece arrodillada, rodeada por hombres armados, obligada a hablar frente a la cámara. Con voz forzada, pide a sus compañeros taxistas que paguen la cuota impuesta por “la mafia veracruzana”, y advierte que, si no lo hacen, terminarán como ella. El mensaje, breve pero devastador, evidenciaba que Irma había sido secuestrada como una forma de escarmiento público.

Finalmente, el jueves 24 de julio, la Fiscalía General del Estado de Veracruz confirmó lo que nadie quería escuchar: el cuerpo de Irma había sido localizado en un paraje entre los municipios de Álamo y Cerro Azul. La noticia fue devastadora para su comunidad.

 ©Captura de pantalla. - Irma Hernández Cruz y hombres armados.

¿Quién era Irma Hernández Cruz?

Irma tenía 62 años. Había nacido el 22 de diciembre de 1962. Fue una maestra de primaria jubilada, querida por su comunidad y conocida por su compromiso con la educación. Con la pensión insuficiente que recibía, decidió complementar sus ingresos trabajando como taxista en el centro de Álamo, una actividad común entre mujeres de la tercera edad en zonas rurales que buscan seguir siendo autosuficientes.

Su ficha de búsqueda señalaba que Irma requería tratamiento médico especializado. Medía 1.50 metros, tenía piel morena clara, ojos café oscuro y cabello corto, negro y lacio. Una mancha debajo del ojo izquierdo era una de sus señas particulares.

Más allá de los datos físicos, Irma representa a miles de mujeres mexicanas que, a pesar de la precariedad y la violencia estructural, siguen trabajando para sostener sus hogares. Fue justamente esa resistencia a doblegarse lo que la convirtió en objetivo del crimen organizado.

 ©Especial. - Irma Hernández Cruz.

Asesinada por no ceder ante el crimen

Irma fue asesinada por no pagar el “derecho de piso” que extorsiona a cientos de transportistas en Veracruz. Fue secuestrada y forzada a grabar un mensaje bajo amenaza de muerte. Ese video no solo sirvió como herramienta de terror: fue un acto de violencia simbólica y estructural contra una mujer que decidió no ceder ante las reglas del narcoestado.

Según la Fiscalía, su cuerpo fue hallado como resultado de los trabajos de campo y gabinete derivados de la denuncia por desaparición. La Fiscalía Regional de Tuxpan abrió una carpeta de investigación y continúa con las diligencias para identificar a los responsables.

Una comunidad en duelo, un país en alerta

Desde su desaparición, la comunidad de Álamo Temapache se volcó en su búsqueda. Vecinos, colegas y familiares la recordaban como una mujer generosa, trabajadora y valiente. El hallazgo de su cuerpo desató indignación, dolor y rabia entre quienes la conocieron.

La presidenta municipal y organizaciones locales han exigido justicia, pero también protección real para las y los trabajadores del volante, quienes cada día se enfrentan a amenazas, secuestros y extorsión.

@gortegaruiz Irma Hernández, maestra jubilada y taxista, fue víctima de un secuestro. Hoy, su familia enfrenta una pérdida irreparable #Reel ♬ sonido original - Guillermo Ortega Ruiz

Un mensaje que trasciende el miedo

Irma no se rindió. La obligaron a hablar, pero nunca eligió ser cómplice. La imagen de la maestra arrodillada, aunque atroz, revela el funcionamiento de un sistema donde el crimen manda más que el Estado, y donde las mujeres que se rehúsan a someterse terminan siendo asesinadas.

Irma Hernández Cruz no fue solo una víctima. Su historia resume el riesgo de ser mujer, trabajadora y honesta en un país donde decir “no” al crimen puede costarte la vida.

Su cuerpo fue velado este jueves en Álamo, entre lágrimas, flores y abrazos silenciosos. Pero su nombre no debe quedar sepultado en la estadística. Irma merece memoria, justicia y que el país entero se pregunte: ¿cuántas más tienen que morir por no ceder al miedo?

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