Julieta Fierro: ¿Quiénes son sus hijos, esposo y la familia de la científica mexicana?
De la UNAM al corazón de su familia: así es la familia de Julieta Norma Fierro Gossman, la “rockstar” de la ciencia mexicana
La muerte de Julieta Norma Fierro Gossman, astrónoma, divulgadora y una de las científicas más reconocidas de México, marcó un momento de luto nacional. Falleció el 19 de septiembre de 2025 a los 77 años, y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), institución en la que desarrolló gran parte de su trayectoria, confirmó la noticia con un mensaje que destacó su legado:
“Con su voz y dedicación acercó la ciencia a varias generaciones, dejando una huella que trasciende fronteras y tiempo”.
Más allá de sus aportes académicos y su lugar como “rockstar de la divulgación científica”, Julieta Fierro también fue hija, hermana, madre y abuela. Su historia personal revela la otra cara de la científica que inspiró a miles.
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Su infancia y los primeros retos familiares
Julieta Fierro nació el 24 de febrero de 1948 en la Ciudad de México. Creció en una familia marcada por la ciencia, pero también por la adversidad. Era la segunda hija de un médico conservador y de Joan, su madre estadounidense, a quien perdió cuando tenía apenas 13 años.
“Mi padre se quedó viudo con tres adolescentes y dos bebés”, recordó en entrevista con la revista ¿Cómo ves? de la UNAM.
Julieta creció junto a sus cuatro hermanos:
Carmen (1947), la mayor.
Héctor.
Rafael.
Miguel, el menor, quien nació con síndrome de Down y se convirtió en una de sus más grandes inspiraciones.
De Miguel aprendió que la enseñanza debía ser clara, divertida y cercana:
“Él me enseñó a explicar fácil las cosas: bonito, divertido, interesante”.
En una generación de 80 estudiantes de Física, solo cinco eran mujeres. Esa experiencia reforzó su convicción de abrir espacios para las niñas y mujeres en la ciencia.
Julieta Fierro y su esposo Ángel Rayo
La astrónoma estuvo casada con Ángel Rayo, con quien compartió un proyecto de vida que se extendió más allá de la academia. Aunque en su infancia soñaba con tener una familia numerosa de 12 hijos, la vida la llevó por otro camino: formó una familia pequeña, pero profundamente significativa para ella.
En entrevistas, Fierro habló poco de su relación, pero siempre con ternura hacia el papel que jugaron su esposo e hijos en su vida.
Los hijos de Julieta Fierro
Con Ángel Rayo, Julieta tuvo dos hijos, quienes hoy viven en Estados Unidos y no siguieron caminos tan distintos a la científica:
El mayor, Agustín Rayo Fierro, es filósofo y trabaja en Boston desarrollando metalenguajes lógicos para evitar contradicciones en las computadoras.
El menor, Luis Rayo Fierro, es economista y radica en Chicago, especializado en economía estratégica.
Ambos fueron siempre motivo de orgullo para la científica. En entrevistas expresó que, aunque la distancia física era grande, mantenían un vínculo cercano.
Además, Julieta Fierro fue abuela. Su nieto, aseguró, fue uno de sus grandes maestros de vida, pues la inspiró a descubrir nuevas formas de acercar la ciencia a la infancia a través de juegos y actividades físicas.
Una científica sin fronteras
Julieta Fierro estudió Física y Astrofísica en la UNAM. Fue profesora, investigadora y escritora. Es autora de numerosos libros y artículos, y recibió reconocimientos nacionales e internacionales, entre ellos el Premio Kalinga de la UNESCO.
Su ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua confirmó su lugar como referente cultural y científico del país.
Su pasión siempre fue la divulgación: quería que las niñas, niños y jóvenes sintieran la ciencia como algo cercano y fascinante.
Los gustos y sueños personales de Julieta Fierro
Aunque su nombre quedó ligado a la ciencia, Julieta Fierro también compartió sus pasiones personales:
De niña soñaba con ser cirquera.
Le gustaba bailar mambo, salsa y tomar clases de ballet.
Su libro favorito era La guerra y la paz de León Tolstói.
Prefería la comida sin chile.
Disfrutaba de la música clásica y de escribir.
En sus propias palabras, quería seguir divulgando la ciencia hasta el final de su vida.
El legado de Julieta Fierro
Julieta Fierro dejó una herencia doble: la de la científica que llevó el universo a las aulas, los medios y las plazas públicas, y la de la mujer que encontró en su familia —sus hijos, su esposo y su nieto— un motor para seguir compartiendo el conocimiento.
En su memoria se cruzan el rigor de la física con la maternidad y el compromiso feminista de abrir la ciencia a quienes históricamente habían sido excluidas: las mujeres y las niñas.
Su vida fue un puente entre la intimidad y la universalidad, entre el cielo y la tierra.
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