Lo que revela el caso de Noelia, la niña de 4 años hallada muerta tras el feminicidio de su madre en Oaxaca
La infancia en medio del poder criminal: La verdad detrás del asesinato de Noelia Daylen tras el ataque armado en el que mataron a su madre, Adilene García
El 11 de noviembre, Oaxaca volvió a estremecerse. En un domicilio de la colonia La Planta, en Juchitán de Zaragoza, fue localizada sin vida Noelia Daylen, una niña de apenas cuatro años, reportada como desaparecida tras el ataque armado en el que asesinaron a su madre y a dos personas más el día anterior.
El hallazgo provocó una ola de indignación social. Colectivas feministas, organizaciones civiles y miles de usuarios en redes exigieron justicia y denunciaron el abandono del Estado frente a la violencia que golpea a la niñez en México.
Cronología del crimen
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), la mañana del 10 de noviembre, Noelia salió de su casa junto a su madre, Adilene García, de 21 años. Horas más tarde, ambas dejaron de tener contacto con sus familiares.
Esa misma tarde se reportó un triple homicidio sobre la avenida Vicente Guerrero, a la altura de la agencia Guiguyita. Las víctimas fueron identificadas como Adilene “G.L.”, madre de Noelia; Karla “V.S.”, y Carlos Eduardo “A.M.”.
La niña no fue hallada en el lugar del ataque. Desde ese momento, familiares y vecinos iniciaron una búsqueda desesperada. En redes sociales, la abuela de Noelia difundió un mensaje que conmovió al país:
“Que me ayuden a encontrar a mi nieta, Noelia Daylen... Ayer asesinaron a mi hija y desde entonces no sabemos nada de la niña. Solo quiero que se despida de su mamá, que le dé un beso antes de enterrarla. Lo pido con todo mi corazón”.
El hallazgo y las detenciones
La búsqueda terminó trágicamente la tarde del 11 de noviembre, cuando la FGEO confirmó el hallazgo sin vida de Noelia dentro de un domicilio particular de la colonia La Planta. En el mismo operativo fueron detenidas tres mujeres:
R.E.B.N., originaria del Estado de México
M.G.S.P. y R.I.P.G., ambas de Chiapas
Las tres están señaladas por su presunta participación en la desaparición y homicidio de la niña, y también son investigadas por el asesinato de las tres víctimas del ataque armado del 10 de noviembre.
De acuerdo con la Fiscalía, las detenidas podrían pertenecer a una célula delictiva con presencia en la región del Istmo. Por razones de seguridad, tanto ellas como el cuerpo de la menor fueron trasladados a una ubicación distinta para continuar con las diligencias ministeriales “en condiciones óptimas y de respeto a los derechos humanos”, según el boletín oficial.
Indignación y exigencia de justicia
El fiscal general de Oaxaca, Bernardo Rodríguez Alamilla, afirmó que el caso se investiga con perspectiva de género e infancia, y con la participación de áreas especializadas en criminología, psicología y derechos humanos.
El gobernador Salomón Jara Cruz expresó su consternación por el crimen y aseguró que “la pérdida de Noelia nos duele profundamente y refuerza el compromiso de que este crimen no quede impune”.
Organizaciones del Istmo y colectivas feministas como Ges Mujer “Rosario Castellanos” exigieron justicia inmediata, pues hasta el 10 de noviembre de 2025, 74 mujeres habían sido asesinadas violentamente en Oaxaca, la mayoría sin que se haya identificado a los responsables.
Estoy profundamente consternado por el atroz asesinato de N.D.S.G., de tan solo 4 años de edad. Este es un crimen que entristece nuestros corazones y ha conmovido a toda la comunidad de Juchitán y a la sociedad oaxaqueña en su conjunto.
— Salomón Jara Cruz (@salomonj) November 11, 2025
Instruí a las instancias de seguridad a…
La infancia en medio del poder criminal
El asesinato de Noelia no puede entenderse como un hecho aislado. Expertas en violencia de género señalan que los crímenes contra niñas y niños forman parte de una estrategia criminal que utiliza la violencia extrema como herramienta de control social.
Cosificación: los cuerpos infantiles se usan como objetos de venganza o dominio.
Terror social: matar a una niña paraliza a la comunidad; el mensaje es que “nadie está a salvo”.
Economía criminal: los grupos delictivos actúan como microestados que imponen su ley por la fuerza.
Deshumanización total: asesinar a una niña es visto como demostración de poder absoluto.
Violencia interseccional: afecta principalmente a madres jóvenes, pobres e indígenas, invisibilizadas por el sistema.
En México, la impunidad convierte estos ataques en tácticas eficaces para sembrar miedo. El caso de Noelia es hoy un espejo de esa desprotección estructural.
La violencia contra mujeres y niñas, en cifras
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), hasta julio de 2025 se han registrado 513 feminicidios en México, de los cuales 45 corresponden a menores de edad.
Entre enero y marzo del mismo año, se documentaron 570 homicidios de niñas, niños y adolescentes; las entidades con más casos fueron Guanajuato (77), Michoacán (65), Oaxaca (48) y Jalisco (45).
De 2015 a 2025, México ha registrado 123 feminicidios con arma de fuego de niñas y adolescentes. Los estados más afectados son Nuevo León, Chiapas, Oaxaca y Sinaloa, que concentran más de un tercio de los casos.
Aunque los feminicidios con arma de fuego disminuyeron ligeramente en 2025, las cifras siguen reflejando una realidad devastadora: la infancia femenina sigue sin estar protegida frente al crimen organizado ni por el Estado.
Un país que sigue sintiéndose inseguro
El Inegi, a través de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) de junio de 2025, reveló que 63.2% de la población mexicana considera inseguro vivir en su ciudad.
La percepción es mayor entre las mujeres (68.5%) que entre los hombres (56.7%).
Las ciudades con mayor percepción de inseguridad fueron Culiacán (90.8%), Ecatepec (90.7%), Uruapan (89.5%), Tapachula (88.1%) y Ciudad Obregón (88%).
En contraste, los municipios con menores índices fueron San Pedro Garza García (11%), Piedras Negras (16.9%) y Benito Juárez (22%).
Noelia, símbolo de un reclamo
El feminicidio de Adilene y el de su hija Noelia representan algo más que dos nombres en una estadística: son un recordatorio del costo humano de la impunidad y del abandono institucional.
Su historia ha despertado una exigencia colectiva: proteger a la infancia, garantizar justicia y detener el ciclo de violencia que convierte a niñas y niños en víctimas de guerra.
Oaxaca llora a Noelia. México también.
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