Más hijos, menos ingreso: madres numerosas son las que menos ganan

Metzli Escalante 30 julio, 2025

La maternidad en México tiene un precio: el ingreso de las mujeres cae drásticamente con cada hijo, revela ENIGH 2024

 ©Cuartoscuro. - Madre con su bebé en CDMX.

Entre más hijos, menos ingreso. Ese es el patrón que confirma la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024: las mujeres con cuatro o más hijas o hijos son el grupo con menor ingreso monetario en todo el país, con un promedio de apenas $17,236 trimestrales, es decir, alrededor de $5,745 mensuales.

Este dato, aunque revelador, no sorprende. Refleja con crudeza cómo la carga desproporcionada de cuidados y la falta de políticas públicas efectivas siguen profundizando la feminización de la pobreza en México.

¿Qué es la ENIGH y por qué importa?

La ENIGH, elaborada por el INEGI, mide cuánto ganan y gastan los hogares mexicanos, además de ofrecer datos sociodemográficos detallados. En 2024, se estimaron 38.8 millones de hogares en el país, con un promedio de 3.4 personas por hogar.

Las que menos ganan: El castigo económico de maternar en plural

La ENIGH 2024 reveló una tendencia alarmante en el ingreso monetario promedio trimestral:

  • Las mujeres con un solo hijo tienen el ingreso más alto entre madres: $28,027 trimestrales.

  • Con 2 hijos/as: 24,499 pesos.

  • Con 3 hijos/as: 21,188 pesos.

  • Las madres con cuatro o más hijos perciben $17,236 trimestrales, una diferencia de casi $11,000.

  • Es el ingreso más bajo de todos los subgrupos de mujeres analizados.

Esta brecha ilustra cómo el número de hijas e hijos influye directamente en la capacidad económica de las mujeres, especialmente en contextos donde el Estado no garantiza servicios de cuidado infantil, empleos dignos o redes de apoyo comunitario.

La carga de cuidados impacta directamente en la capacidad de las mujeres para generar ingresos.

 ©Inegi. - Las que menos ganan: madres con cuatro o más hijas e hijos. Tabla.

¿Y los hombres? La desigualdad también se nota

Para los hombres, la tendencia es diferente:

  • El ingreso más alto en 2024 se registró en padres con dos hijas(os): $45,908 trimestrales.

  • El ingreso más bajo fue para hombres sin hijos, con $31,847 trimestrales.

Es decir, mientras para ellos la paternidad no implica un declive económico, para las mujeres sí representa un castigo financiero.

Empocrecimiento, género y ruralidad: una triple desventaja

Además del número de hijos, hay otros factores que agravan la precariedad femenina:

  • En zonas urbanas, el ingreso promedio fue de $85,550 trimestrales.

  • En zonas rurales, apenas llegó a $48,004.

  • Las mujeres indígenas hablantes de lengua indígena ganan en promedio solo $12,479 trimestrales, lo que equivale a solo 4,159 pesos al mes. En contraste, los hombres hablantes de lenguas indígenas ganan 21,146 pesos trimestrales (7,048 mensuales).

Es decir, una mujer indígena gana apenas el 59% de lo que percibe un hombre en su misma situación lingüística.

Estas cifras revelan una realidad estructural: ser mujer, madre, pobre e indígena en México implica vivir en condiciones económicas sistemáticamente adversas.

 ©Cuartoscuro. - Madre indígena en Acapulco.

¿Cuánto ganan las mujeres mexicanas según su educación?

El ingreso también varía fuertemente por nivel educativo:

  • Posgrado completo/incompleto:

    • Mujeres: 77,189 pesos trimestrales

    • Hombres: 112,895 pesos

  • Primaria completa (o menos):

    • Mujeres: 12,095 pesos

    • Hombres: 19,940 pesos

La brecha salarial de género es evidente en todos los niveles, pero especialmente entre personas con mayor formación académica.

 ©Cuartoscuro. - Madre trabajadora.

El ingreso de las mujeres por edad

  • 40 a 49 años: mujeres ganan 30,205 pesos trimestrales

  • 12 a 19 años: mujeres ganan apenas 6,954 pesos trimestrales

Esta caída en los extremos de la edad activa muestra también cómo la precarización impacta más a adolescentes y mujeres mayores.

 ©Inegi. - Cuánto ganan las mujeres mexicanas. Tabla.

La carga invisible: los cuidados que nadie paga

La ENIGH también muestra que el gasto en salud apenas representa 3.4% del gasto total de los hogares, mientras que alimentos y transporte siguen concentrando la mayoría del presupuesto. Pero el trabajo no remunerado del cuidado —realizado en su mayoría por mujeres— ni siquiera se contabiliza como ingreso o actividad económica.

Esta omisión invisibiliza millones de horas de trabajo doméstico que sostienen la economía nacional pero no generan ingresos para quienes las realizan.

¿En qué gastan las mujeres mexicanas?

En qué se va el dinero. El gasto corriente monetario trimestral por hogar fue de 61,309 pesos, con los siguientes rubros como prioridad:

  • Alimentos, bebidas y tabaco: 17,982 pesos trimestrales (37.7% del gasto total)

  • Transporte y comunicaciones: 9,480 pesos (19.5%)

  • Salud: 1,605 pesos (apenas 3.4%)

Es decir, 4 de cada 10 pesos se destinan a comida, y solo 3 de cada 100 a cuidados de salud, un rubro crítico para mujeres que sostienen a sus familias.

 ©Inegi. - En qué gastan las mujeres mexicanas. Tabla.

¿Cómo revertir esta desigualdad?

La evidencia es clara: se necesita una reforma urgente del sistema de cuidados en México, que incluya:

  • Guarderías públicas accesibles y de calidad.

  • Apoyo económico directo a madres cuidadoras.

  • Flexibilidad laboral con perspectiva de género.

  • Reconocimiento del trabajo doméstico en políticas fiscales y laborales.

El empobrecimiento de las mujeres no es una casualidad individual, sino una consecuencia directa de un modelo económico que penaliza la maternidad y sobrecarga.

Un país que no cuida a sus cuidadoras

Mientras no se garantice el acceso igualitario al empleo, la educación, la salud y los servicios de cuidado, millones de mujeres seguirán atrapadas en un ciclo de pobreza estructural. Y como lo confirma la ENIGH 2024, las más vulnerables son aquellas que más dan: las madres de muchos hijos.

Empobrecimiento feminizado: una deuda estructural

Los datos de la ENIGH 2024 reflejan con claridad lo que las mujeres han denunciado por décadas: maternar empobrece, especialmente cuando no hay redes de apoyo ni políticas públicas que reconozcan el trabajo de cuidados.

Las mujeres con más hijas e hijos no solo ganan menos, sino que enfrentan mayores dificultades para acceder a servicios de salud, educación y transporte. Y aún así, sostienen la vida.

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