Las nuevas pistas en el asesinato de Alberto Prieto, "El Prieto", en Zapopan y lo que destapan
Drones habrían espiado a “El Prieto” días antes del ataque: las nuevas líneas de investigación que han comenzado a tomar fuerza
El asesinato de Alberto Prieto Valencia, conocido como “El Prieto” o “Don Beto”, no fue un acto improvisado. A un día de la emboscada que le costó la vida al empresario, a su hija Sara Paola de 16 años y a uno de sus escoltas, Florencio, una nueva línea de investigación ha comenzado a tomar fuerza: el uso de drones para vigilar la zona días antes del ataque.
La tarde del lunes 29 de diciembre, la colonia Santa Eduwiges, en los límites de Zapopan y Guadalajara, se transformó en un campo de batalla. Durante varios minutos, ráfagas de armas largas retumbaron entre avenidas y calles residenciales. El saldo fue devastador: tres personas muertas, cuatro escoltas heridos y una escena marcada por más de 200 casquillos percutidos.
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Vigilancia aérea antes del crimen
Vecinos de la colonia Residencial Victoria advirtieron a un mando policial sobre la presencia de dos hombres que presuntamente vigilaban la zona con drones días antes del atentado.
“Son los que traen el dron. Échame la mano”, y señalaron a un Nissan Versa blanco con placas del estado de Michoacán.
De acuerdo con información confirmada por autoridades estatales, esas mismas placas fueron detectadas el día del ataque en una camioneta Cross Sport, presuntamente utilizada por uno de los gatilleros que participaron en la emboscada. El dato ha encendido las alertas: la posibilidad de que el crimen haya sido planeado con reconocimiento aéreo previo abre nuevas rutas de investigación y confirma el nivel de organización del grupo agresor, de acuerdo con Nmás.
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🔴 Las claves del asesinato de Alberto Prieto, “El Prieto”: el Lamborghini Urus y las rifas colombianas en Zapopan https://t.co/7V0Vj84zNK
— Guillermo Ortega Ruiz (@GOrtegaRuiz) December 30, 2025
Un ataque planeado, no fortuito
La Fiscalía de Jalisco confirmó que más de 30 sicarios participaron en el ataque, movilizándose en al menos siete vehículos. Cuatro de estas unidades ya fueron aseguradas. Tres portaban placas de Michoacán y una más circulaba sin registro, lo que refuerza la hipótesis de una operación criminal estructurada y coordinada.
Alberto Prieto viajaba en un Lamborghini Urus color naranja, acompañado por su hija y protegido por siete escoltas privados, varios de ellos exmilitares. El vehículo no estaba blindado. Cuando el convoy fue interceptado, los escoltas respondieron al fuego, lo que derivó en un enfrentamiento que se prolongó por varios minutos, sin presencia inmediata de autoridades.
Un video captado desde el lado contrario al ataque muestra a al menos ocho hombres armados, con pasamontañas, chalecos tácticos y rifles de alto poder, resguardándose a unos 50 metros del sitio donde quedó el vehículo deportivo perforado por disparos.
Un antecedente que vuelve a escena
Este no fue el primer episodio violento en la vida de Alberto Prieto. El 21 de mayo de 2024, el empresario fue víctima de un ataque armado al salir de un consultorio médico en la colonia Arcos Vallarta, en Guadalajara. En aquella ocasión, dos hombres armados intentaron despojarlo de su vehículo. Sus escoltas repelieron la agresión: uno de los atacantes murió, otro resultó gravemente herido y un repartidor de plataforma fue alcanzado por una bala perdida. Prieto salió ileso.
Hoy, las autoridades analizan si ambos hechos están relacionados o si aquel ataque fue el primer aviso de un riesgo que escaló hasta la emboscada mortal de 2025.
Rifas colombianas y otras líneas abiertas
El secretario de Gobierno de Jalisco, Salvador Zamora, confirmó que existen múltiples líneas de investigación. Entre ellas destaca la posible relación del crimen con las llamadas rifas colombianas ilegales que operan en el Mercado de Abastos, donde Prieto tenía bodegas de semillas y cereales y dirigía la empresa transportista Transportes Odal.
Estas rifas, ligadas a esquemas de extorsión y préstamos “gota a gota”, han sido señaladas como foco de conflicto entre comerciantes y grupos criminales. Aunque no se ha confirmado la participación directa de Prieto en estas actividades, las autoridades investigan si su postura, de resistencia, denuncia o desacuerdo, pudo convertirlo en objetivo.
Operativos y un mensaje de fondo
Tras el ataque, el Gabinete de Seguridad de Jalisco se reunió en la Quinta Región Militar. Se acordaron operativos diarios, vigilancia reforzada y la participación coordinada del Ejército, Guardia Nacional y policías estatales y municipales.
La agresión ocurrió a menos de seis meses de que Guadalajara sea una de las sedes del Mundial de Futbol 2026, en plena temporada vacacional. Para las autoridades, el mensaje es claro: el crimen organizado está dispuesto a exhibir su capacidad operativa, incluso bajo los reflectores.
Mientras la investigación avanza, la pista de los drones utilizados para vigilar la zona se perfila como una de las claves más reveladoras del caso: una señal de que el asesinato de Alberto Prieto no solo fue un ataque directo, sino una ejecución planeada con anticipación, tecnología y precisión.
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