Préstamos que se convierten en pesadilla: Así operan los extorsionistas “gota a gota”
Disfrazados de una fácil solución, estos extorsionadores llevan al límite a las personas

El caso del niño Fernando además de estremecer a todo México por la crueldad hacia un pequeño de cinco años, recordó una situación que ha dejado varias víctimas: el cobro de préstamos de dinero. El niño fue raptado el pasado 28 de julio en Los Reyes, La Paz luego de que su madre no pudo pagar una deuda de mil pesos. Y aunque en esa tragedia los cobradores eran conocidos de la mamá, hay una modalidad que ha causado daño y puede operar con impunidad: el gota a gota.
La modalidad de préstamo conocida como “gota a gota” se expande en diversas regiones de México, desde grandes urbes como la Ciudad de México hasta zonas marginadas, afectando a pequeños comerciantes, trabajadores informales y familias de bajos ingresos. Esta forma de financiamiento no regulado se caracteriza por altos intereses, pagos diarios y métodos de cobro violentos.
Los préstamos “gota a gota” —una práctica originada en Colombia— operan fuera del sistema financiero formal y, de acuerdo con autoridades mexicanas, están vinculados en muchos casos a células del crimen organizado. En lo que va del año, al menos 20 estados han reportado la presencia de estas redes.
Así operan los prestamistas gota a gota en México
Captación de víctimas: Suelen acercarse a comerciantes, vendedores ambulantes y personas que no tienen acceso al sistema bancario. Ofrecen préstamos de entre $1,000 y $10,000 pesos sin revisar buró de crédito ni pedir garantías.
Préstamo con letra pequeña: A cambio, cobran intereses que van del 20% al 30% semanal, con pagos diarios durante 20 o 30 días. Lo que parece una ayuda termina siendo una trampa.
Cobro violento o amenazante: Si el deudor se retrasa en los pagos, los prestamistas recurren al hostigamiento, amenazas, agresiones físicas o daños a negocios y hogares.
Expansión mediante redes criminales: Muchas de estas operaciones están ligadas al crimen organizado, lo que dificulta la denuncia por miedo a represalias. Incluso se ha detectado que estos grupos operan mediante aplicaciones móviles, exigiendo acceso a contactos y fotos para extorsionar.
Intereses diarios, pagos inmediatos
El esquema es simple y efectivo para los prestamistas: se otorga dinero en efectivo, sin revisar historial crediticio, sin contratos firmados, y con la condición de pagos diarios durante varias semanas. Aunque la facilidad de acceso resulta atractiva para personas sin alternativas financieras, el costo del dinero es exorbitante.
Según la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), los intereses pueden superar el 500% anual, lo que convierte el préstamo en una trampa financiera.
Los prestamistas, en muchos casos, exigen pagos directos en efectivo y recurren a tácticas de intimidación si los deudores incumplen. Se han documentado casos de agresiones físicas, destrucción de propiedad, y amenazas con armas.
Expansión con uso de apps y redes sociales
En los últimos años, las redes de prestamistas han incorporado aplicaciones móviles para extender sus operaciones. A través de estas apps, solicitan acceso a los contactos, ubicación y archivos personales de los usuarios. Cuando el deudor no cumple, estas aplicaciones son utilizadas para extorsionar y exhibir públicamente a la víctima.
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) ha identificado que varias de estas apps tienen servidores fuera del país, lo que complica su rastreo. Además, se han detectado vínculos con grupos criminales que usan los préstamos como fachada para el lavado de dinero.
Falta de regulación y denuncia
Aunque el Código Penal Federal contempla sanciones por usura y amenazas, las denuncias son escasas. La mayoría de las víctimas no acude a las autoridades por miedo a represalias o por desconocer sus derechos.
Condusef, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y autoridades estatales han lanzado campañas de concientización sobre los riesgos de recurrir a préstamos informales. Sin embargo, expertos advierten que mientras no haya alternativas accesibles de microfinanciamiento, los préstamos “gota a gota” seguirán prosperando.
Cómo protegerse
Verifique que cualquier prestamista esté registrado ante la Condusef.
Evite compartir información personal o contactos con aplicaciones no oficiales.
En caso de amenazas, denuncie al 089 o ante la Fiscalía General de la República.
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