¿Quién era Doña Mari? Abuelita que murió en la Central Camionera esperando el regreso de sus hijos
La adulta mayor aseguraba tener 3 hijos, pero las autoridades nunca pudieron contactarlos

Este viernes 25 de julio se dio a conocer el fallecimiento de María de Jesús Mundo, conocida por todos como Doña Mari, quien a diario se podía encontrar en la Central de Autobuses de Puebla (CAPU). Según medios locales, la adulta mayor era vista sentada en la misma banca cada día, con su bastón, su pequeña bolsa y la esperanza intacta, aguardaba el regreso de sus hijos.
La mujer solía cantar en el lugar para conseguir unas monedas, de igual manera aceptaba con agradecimiento la comida que le ofrecían y dormía en el mismo lugar donde la mañana del 24 de julio fue hallada sin vida.
Doña Mari tenía alrededor de 80 años y vivía en situación de calle desde hacía varios años, luego de haber perdido su hogar tras un desalojo en Tehuacán. A pesar de la insistencia de autoridades del DIF y otras instituciones que le ofrecieron albergue, siempre se negó.
💔Muere doña Mari en central camionera de Puebla. Espero, por tres años, que sus hijos llegaran por ella. ¡Sin palabras! pic.twitter.com/rjQ4Rn0tcW
— Videos y más (@VideosFacil2022) July 25, 2025
¿Por qué Doña Mari vivía en la Central de Autobuses de Puebla?
La mejor no aceptaba recibir apoyo de las autoridades, puesto que decía que sus hijos vendrían por ella, que no podía moverse de ahí. Por ello prefería permanecer en el lugar, con todo y las enfermedades que sufría. Aparentemente, Doña Mari tenía una grave infección en la pierna, inflamación en la vejiga, además del cansancio habitual de estar sentada en la Central de Autobuses.
En entrevistas breves, mencionó que tenía tres hijos: Víctor Manuel, que vivía en Estados Unidos, y dos hijas, María Guadalupe y Alma, supuestas habitantes de algún municipio en Puebla. Fue gracias a estas declaraciones que en 2024 se viralizó un video donde aparecía hablando con sencillez de su espera, lo que impulsó una campaña pública del DIF Estatal para intentar localizar a su familia.
Nunca fueron localizados los hijos de Doña Mari
Sin embargo, las autoridades nunca lograron encontrar a los presuntos hijos de la mujer. Trabajadores de la Central de Autobuses y usuarios habituales la cuidaron como pudieron. Algunos le llevaban pan, cobijas o ropa; otros simplemente la saludaban cada mañana. Con el paso del tiempo, la mujer se volvió una especie de símbolo de la terminal.
Cuando el personal de seguridad y algunos usuarios se percataron de que Doña Mari no se movía, llamaron a emergencias. Los paramédicos confirmaron su fallecimiento. El cuerpo fue retirado con cuidado por personal del Servicio Médico Forense y, hasta el momento, permanece sin ser reclamado. La Fiscalía General del Estado acordonó la zona mientras se realizaban los protocolos legales.