Tratado de Aguas de 1944: 80 años de cooperación y tensiones por el agua entre México y EE.UU.

Alejandra Jiménez 11 abril, 2025

Firmado en plena Segunda Guerra Mundial, el tratado binacional ha permitido una gestión compartida del agua, aunque también ha sido foco de desacuerdos

 ©Cuartoscuro - Con el tratado, México se comprometió a entregar 432 millones de metros cúbicos del río Bravo a Estados Unidos cada año.

El Tratado de Aguas de 1944, firmado entre México y Estados Unidos, rige desde hace 80 años el reparto de los recursos hídricos de los ríos Bravo, Colorado y Tijuana, los cuales cruzan las fronteras de ambos países. Este acuerdo binacional ha permitido una gestión compartida del agua, aunque también ha sido foco de desacuerdos y presiones diplomáticas.

De 1906 al tratado de 1944: una historia de cooperación hídrica

El primer acuerdo entre ambos países data de 1906, cuando se firmó el “Tratado de Agua para el Valle de Juárez”, que otorgaba a México 74 millones de metros cúbicos anuales del río Bravo. Sin embargo, fue hasta 1944, en medio del contexto de la Segunda Guerra Mundial, cuando se firmó un tratado más amplio y definitivo.

A partir de entonces, México se comprometió a entregar 432 millones de metros cúbicos del río Bravo a Estados Unidos cada año, mientras que Estados Unidos otorgaría 1,890 millones de metros cúbicos de agua del río Colorado a México.

El tratado establece que el agua debe distribuirse entre ambos países según la ubicación de las cuencas y los flujos naturales, priorizando su uso agrícola y el abastecimiento humano.

En el caso del río Bravo, el acuerdo señala que Estados Unidos tiene derecho a un tercio del escurrimiento proveniente de seis afluentes mexicanos, incluyendo el río Conchos, principal fuente de agua del tratado.

Tensiones recientes por el cumplimiento del acuerdo

Aunque México recibe cuatro veces más agua de la que entrega, el gobierno estadounidense ha reclamado en repetidas ocasiones retrasos en las entregas previstas. Washington ha señalado que México ha incumplido parcialmente sus obligaciones, especialmente en contextos de sequía prolongada, como los vividos en los últimos años.

Uno de los puntos de mayor tensión es el uso del agua en la cuenca del río Conchos, en Chihuahua, donde los recursos también están concesionados a usuarios agrícolas mexicanos, dificultando la entrega completa al país vecino.

El tratado prevé que las entregas de agua se realicen en ciclos de cinco años. Cuando México no cumple con la cuota total, debe compensar en el siguiente ciclo, lo cual ha generado presiones diplomáticas.

Recientemente, funcionarios de ambos gobiernos, incluyendo al secretario mexicano de Agricultura, Julio Berdegué, y a la secretaria estadounidense, Brooke Rollins, reiteraron su compromiso de mantener el tratado vigente y buscar soluciones conjuntas para enfrentar el déficit hídrico y las afectaciones al campo.

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