¿Qué pasó un día como hoy, 4 de septiembre? Madre Teresa de Calcuta, la polémica que marcó su canonización
Canonización exprés: cómo la Madre Teresa se convirtió en santa en tiempo récord en imágenes

El 4 de septiembre de 2016, el papa Francisco canonizó a la Madre Teresa de Calcuta en una ceremonia multitudinaria en la Plaza de San Pedro. Con este acto, la religiosa albanesa nacida en 1910 como Agnes Gonxha Bojaxhiu fue elevada oficialmente a los altares como Santa Teresa de Calcuta, convirtiéndose en una de las figuras espirituales más influyentes y controversiales del siglo XX.

Una vida entre la fe y la polémica
La Madre Teresa fundó la congregación de las Misioneras de la Caridad, dedicada a servir a los “más pobres entre los pobres” en la India. Su misión trascendió fronteras, expandiéndose a más de 130 países, donde miles de hermanas continúan su labor. Su legado le valió reconocimientos internacionales como el Premio Nobel de la Paz en 1979.
Sin embargo, no toda su historia estuvo libre de críticas. Escritos y diarios personales revelaron sus dudas de fe y su “noche oscura del espíritu”. Además, periodistas como Christopher Hitchens cuestionaron el origen de las donaciones que recibía su congregación y la calidad de la atención médica brindada en sus casas de acogida. Para algunos, más que “amiga de los pobres”, fue “amiga de la pobreza”.

“Ven, sé mi luz”
A los 18 años dejó su hogar para ingresar al Instituto de la Beata Virgen María en Dublín. Poco después llegó a la India, donde enseñó durante dos décadas. El 10 de septiembre de 1946, aseguró haber recibido la “llamada dentro de la llamada”: una revelación de Jesús pidiéndole ser “su luz” entre los más marginados. Ese momento cambió el rumbo de su vida y la llevó a abandonar su congregación inicial para fundar las Misioneras de la Caridad.
Con su característico sari blanco con bordes azules, se convirtió en un símbolo de compasión y solidaridad. Su figura inspiraba a líderes políticos y religiosos; incluso el secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, la presentó en 1985 como “la mujer más poderosa del mundo”.
Una santa en tiempo récord
Tras su muerte en 1997, su fama de santidad creció rápidamente. Apenas dos años después, el papa Juan Pablo II autorizó abrir su proceso de canonización, algo inusual en la Iglesia católica. Fue beatificada en 2003 y canonizada en 2016, un lapso considerado muy breve para los estándares eclesiásticos.

Entre luces y sombras
El reconocimiento a su “heroica virtud” no borró los debates sobre su figura. Para sus admiradores, Teresa de Calcuta fue un ícono de la fe vivida a través de la acción concreta, alguien capaz de entregar la vida por los más vulnerables. Para sus críticos, encarnó una visión conservadora de la pobreza y el sufrimiento, al considerar estas condiciones como “regalos de Dios” que debían aceptarse con alegría.

Un legado que trasciende fronteras
A pesar de las controversias, la canonización de Teresa de Calcuta selló su lugar en la historia como una de las grandes humanitarias del siglo XX. Hoy, su obra sigue viva en miles de religiosas que mantienen sus casas de misión en más de 120 países, recordando su frase más sencilla y poderosa: “Tal vez no hable su lengua, pero puedo sonreír”.
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