¿Quiénes eran "Las Poquianchis" y por qué son consideradas parte de la historia más turbia del país?
El estreno de la serie "Las Muertas" en Netflix ha revivido el recuerdo de las crueles hermanas

Con el próximo estreno de Las Muertas, una miniserie de Netflix que llega a la plataforma el 10 de septiembre de 2025, el caso de Las Poquianchis ha vuelto a cobrar relevancia. La serie, basada en la novela de Jorge Ibargüengoitia y con la dirección de Luis Estrada, propone una mirada satírica y corrosiva sobre un episodio real y grotesco en la historia criminal mexicana.
La sinopsis oficial de Netflix describe la trama así: "En los años 60, dos hermanas ambiciosas convirtieron una red de burdeles en un imperio. Lo que siguió fue una historia tan grotesca que solo podía ser contada como una sátira mexicana. Basada en la obra maestra de Jorge Ibargüengoitia, Las Muertas, la primera serie de Luis Estrada, es tan desmesurada como la realidad que retrata".
La adaptación estará a cargo de Mezcala Films y representa fielmente el tono crítico e irónico de la novela de Ibargüengoitia, reconstruyendo un escenario estremecedor que aún resuena con fuerza, pero ¿en qué caso real se basa este audiovisual?
El horror real: ¿quiénes fueron Las Poquianchis?
Las Poquianchis, sobrenombre que popularizó la prensa sensacionalista, eran en realidad cuatro hermanas de la familia González Valenzuela: Delfina, María del Carmen, María Luisa (apodada “Eva”) y María de Jesús. Operaron entre 1945 y 1964, principalmente en San Francisco del Rincón (Guanajuato), y enterraron sus víctimas en Purísima del Rincón.
Fueron responsables del secuestro, prostitución forzada y asesinato de mujeres —además de clientes y bebés nacidos de sus víctimas de trata—, con un número confirmado de al menos 91 víctimas, aunque algunas estimaciones sugieren que podrían haber sido entre 150 y más de 200. De hecho, Guinness World Records las reconoció como la “sociedad asesina más prolífica” en México.
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🔴 Momento en el que un niño es atropellado por una camioneta en San Jerónimo Caleras, Puebla, mientras su mamá estaba con el celular.
— Guillermo Ortega Ruiz (@GOrtegaRuiz) September 1, 2025
El menor fue trasladado a un hospital con heridas de gravedad. pic.twitter.com/3sPUy0GDEz
El fin de la pesadilla y sus consecuencias
En 1964, Catalina Ortega, una de las mujeres forzadas a trabajar en sus burdeles, logró escapar y denunció el horror ante las autoridades de León, Guanajuato. Esto desató las investigaciones que culminaron con la detención de Delfina y María de Jesús; María Luisa logró escapar inicialmente. Las investigaciones revelaron cuerpos enterrados clandestinamente en sus propiedades, incluyendo asesinatos por aborto y de recién nacidos.
Fueron llevadas al penal de Irapuato y, tras un largo juicio, Delfina, María Luisa y María de Jesús recibieron 40 años de prisión por homicidio calificado, secuestro y lenocinio. Según los registros, María del Carmen murió de cáncer en 1949, antes del juicio.
Delfina falleció en prisión en 1968 tras un accidente —le cayó una cubeta con cemento sobre la cabeza—; María Luisa murió en 1984 por cáncer hepático, también en prisión; María de Jesús fue la única que salió en libertad y murió en la década de los 90.

Legado cultural e impacto
El horror que generó Las Poquianchis inspiró numerosas adaptaciones: desde la película Las Poquianchis (1976), dirigida por Felipe Cazals, hasta la novela Las muertas (1977) de Jorge Ibargüengoitia. Aunque también aparecieron representaciones en televisión, como en la serie Mujeres Asesinas (2011).
Este caso ha sido retratado como un símbolo del abuso, la corrupción institucional y la violencia sistemática contra mujeres pobres. Algunos críticos señalan que los medios de la época exageraron detalles para dramatizar la historia y vender más, agregando elementos mitológicos como satanismo o brujería.
¿Por qué sigue siendo parte de la historia más turbia del país?
El caso de Las Poquianchis marcó a México por varias razones:
Supuso una de las trampas criminales más atroces contra mujeres vulnerables —explotadas, torturadas, asesinadas y enterradas clandestinamente—.
Reveló una red de complicidad institucional, donde las autoridades estaban al tanto y guardaban silencio a cambio de favores sexuales y sobornos monetarios.
Generó un impacto mediático y cultural duradero, evidenciado en películas, libros y ahora una serie de alto perfil.
Sigue siendo un espejo de conflictos actuales: trata de personas, violencia de género, impunidad, desigualdad social.
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