Estos cambios podría ver México si Kamala Harris se convierte en presidenta de EE.UU
¿Qué significa para México una presidencia de Kamala Harris?
Si Kamala Harris llega a la presidencia de Estados Unidos este 5 de noviembre, esto podría traer cambios significativos para México en términos de seguridad, economía y migración.
La candidata ha tenido una relación cercana con el gobierno mexicano, promoviendo políticas que aborden la migración desde sus causas estructurales en Centroamérica y favoreciendo una cooperación económica sólida basada en el T-MEC.
Su enfoque en el comercio justo y la equidad laboral, especialmente para las mujeres en la frontera, podría impulsar apoyo a pequeñas empresas, fomentando el desarrollo económico local.
Respecto a la seguridad, ha abogado por una lucha contra el narcotráfico más integrada, priorizando el respeto al estado de derecho y el debido proceso. Esto podría incluir una mayor colaboración con México para controlar el tráfico de armas y drogas, uno de los puntos de fricción más destacados en la relación bilateral actual.
La postura de Harris sobre temas ambientales también marca una clave de diferencia. Su respaldo a políticas como el Green New Deal y su interés por la energía limpia podrían alinearse a Estados Unidos y México en la búsqueda de objetivos ambientales compartidos, lo que se traduciría en beneficios conjuntos a largo plazo.
En conjunto, su liderazgo podría representar una relación más equilibrada y colaborativa, enfocada en los problemas sociales y económicos de ambas naciones.
Aspectos clave en la relación entre México y EE.UU.
Política migratoria: Harris busca atacar las causas estructurales de la migración, como la pobreza y la violencia en Centroamérica, promoviendo inversiones en estos países para reducir el flujo migratorio hacia el norte. Podría equilibrar entre apoyar programas sociales y económicos en Centroamérica y fortalecer la vigilancia en la frontera. Esto implicaría para México la necesidad de colaborar más en temas de migración segura, y podría impulsar programas que reduzcan la presión migratoria en la frontera compartida.
Comercio y cooperación económica: Como presidenta, Harris apoyaría el T-MEC y podría poner énfasis en reducir la desigualdad, especialmente en áreas fronterizas. Esto incluiría programas de capacitación y financiamiento para mujeres empresarias, abordando temas de disparidad salarial y promoción de emprendimientos femeninos en zonas de frontera.
Seguridad y tráfico de armas: Fortalecer el estado de derecho con acuerdos más efectivos para reducir el tráfico de armas y drogas entre los dos países.
Cambio climático y energías renovables: Transición hacia energías limpias, lo que podría acercar a ambos países en el desarrollo de proyectos conjuntos de energía verde. Esto sería especialmente relevante en el contexto del T-MEC, ya que México podría aprovechar el interés de Estados Unidos en energías renovables para atraer inversión en el sector.
En general, una presidencia de Kamala Harris podría significar un enfoque progresista y de derechos humanos en la relación bilateral, con un enfoque en género, economía sustentable y justicia social, temas que han sido recurrentes en sus políticas y discursos recientes.
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