Eduardo Romero Armas: así despidieron al joven de la INE, víctima 20 de explosión en Iztapalapa

Metzli Escalante 18 septiembre, 2025

“Se quedó despierto para despedirse”: así velaron a Eduardo Romero Armas, víctima de la pipa en Puente de la Concordia

 ©Especial. - Velorio de Eduardo Romero Armas.

La tragedia en el Puente de la Concordia, Iztapalapa, sumó la víctima mortal número 20 el 17 de septiembre de 2025. Tras seis días de luchar por su vida en el Hospital de Traumatología “Victorio de la Fuente Narváez”, Eduardo Romero Armas, un joven repartidor de 30 años, falleció a causa de las graves quemaduras que sufrió durante la explosión de la pipa de gas LP.

Eduardo vivía en Azcapotzalco, donde era conocido como un hombre trabajador y dedicado a sus tres hijos, hoy en la orfandad. Ese día, circulaba en motocicleta por el distribuidor vial cuando la onda expansiva lo alcanzó. Horas después, su identidad fue vinculada al hallazgo de su credencial del INE, quemada, entre los restos del siniestro.

La última lucha de Eduardo

Durante una semana, la familia de Eduardo pidió donadores de plaquetas y mantuvo la esperanza de que sobreviviera. Su hermano, David Romero, lo describió como un hombre “demasiado luchón” que se mantuvo consciente hasta poder despedirse de sus seres queridos.

Sin embargo, la gravedad de las lesiones fue irreversible. La Secretaría de Salud de la CDMX confirmó su deceso la mañana del 17 de septiembre, elevando a 20 el número oficial de víctimas mortales por la explosión.

Funeral en Azcapotzalco

El velorio de Eduardo Romero se realizó en su casa de la colonia Nueva España, en Azcapotzalco. Vecinos y familiares abarrotaron la calle Nueva Galicia, donde se colocó una carpa. Entre música de banda, aplausos y lágrimas, lo despidieron con un homenaje que reflejó el cariño de su comunidad.

“Se aventó seis días luchando y todavía se quedó despierto para que nos despidiéramos de él”,
recordó su hermano en medio del dolor.

Indignación por falta de apoyo

La familia denunció que ninguna autoridad ni la empresa responsable de la pipa se ha acercado a ofrecer apoyo económico o legal. “Más allá de la atención médica, nadie nos ha ayudado. Eduardo deja tres hijos que dependían de él”, reclamó su hermano David en entrevista.

El caso de Eduardo ha encendido la indignación social, pues su historia refleja la vulnerabilidad de las víctimas y la ausencia de protocolos claros para garantizar justicia y reparación a los afectados.

Una tragedia que marcó a la capital

La explosión de la pipa, ocurrida el 10 de septiembre de 2025, dejó hasta ahora 20 personas fallecidas, más de 30 hospitalizadas y decenas de familias afectadas. Entre las víctimas están estudiantes, trabajadores, adultos mayores y el propio conductor de la unidad, Fernando Soto Munguía, señalado por la Fiscalía de la CDMX como responsable por exceso de velocidad y falta de pericia.

En Iztapalapa, vecinos han levantado un memorial ciudadano con flores, veladoras y mensajes de solidaridad en honor a quienes murieron. Allí también recuerdan a Eduardo Romero Armas, el joven padre de familia que se convirtió en símbolo de la exigencia de justicia y memoria colectiva.

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