El explosivo cierre de la presidencia de Noroña en el Senado: la renuncia a la austeridad y la riña con Alito

Redacción 28 agosto, 2025

El senador abandonará el cargo en los próximos días, pero su salida quedó marcada por críticas

 ©Cuartoscuro. - El cierre explosivo de Noroña frente al Senado.

El final de la presidencia de Gerardo Fernández Noroña al frente del Senado, previsto para el próximo 31 de agosto, dejó más ruido que conciliación. El legislador, conocido por su estilo confrontativo, se despidió envuelto en dos controversias que lo colocaron nuevamente en el centro del debate público.

Por un lado, el senador de Morena recibió fuertes críticas a su gestión por abandonar la bandera de la austeridad al darse a conocer que compró una casa valuada en 12 millones de pesos y por la riña que protagonizó con Alejandro “Alito” Moreno, este 27 de agosto. Ambos episodios marcan la salida de Noroña como presidente de la Mesa Directiva del Senado.

La primera polémica surgió en torno a la austeridad que Morena ha estado impulsando desde el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Durante años, Noroña se proyectó como un defensor de la austeridad republicana, una de las banderas más visibles de la llamada Cuarta Transformación. Sin embargo, en los últimos meses de su gestión como presidente de la Mesa Directiva del Senado se multiplicaron los señalamientos por haber autorizado gastos que, a ojos de sus críticos, contradecían ese principio.

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Los señalamientos incluyeron la contratación de asesores adicionales, remodelaciones en oficinas y la asignación de viáticos considerados excesivos para giras internacionales. A esto se sumó la controversia de la compra de una casa valuada en 12 millones de pesos ubicada en Tepoztlán, Morelos.

Según su declaración patrimonial, la residencia se adquirió mediante crédito hipotecario, el cual está pagando con sus ingresos como senador y de su canal de YouTube. La propiedad está construida en un terreno de 1,201 m², con jardines amplios y espacios decorados con artesanías mexicanas, reliquias globales y una estética rústica muy cuidada.

Los críticos no tardaron en señalar la contradicción entre esta adquisición y el discurso de "austeridad republicana", que Noroña ha defendido públicamente en repetidas ocasiones. En respuesta, él defendió su decisión diciendo que no tenía que ser austero: "Yo no tengo ninguna obligación personal de ser austero", una declaración que lo llevó a recibir fuertes críticas al cierre de su periodo frente al Senado.

Legisladores de oposición aprovecharon la coyuntura para subrayar lo que consideraron un “abandono de la austeridad” y una muestra de incongruencia.

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A esa controversia se sumó la que terminó por definir su salida. Se trata del enfrentamiento con Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI y senador. El episodio, ocurrió este miércoles 27 de agosto durante una sesión de la Comisión Permanente y derivó en un intercambio físico de empujones y manotazos que rápidamente se viralizó.

En las imágenes se observó a Moreno reclamándole a Noroña por negarle el uso de la palabra, lo que derivó en un forcejeo en el que incluso colaboradores y legisladores de ambos bandos terminaron involucrados. El hecho fue ampliamente difundido en redes sociales y medios, generando un debate sobre los límites de la confrontación en el Congreso.

Para el bloque priista, la agresión evidenció la intolerancia del oficialismo y sirvió para denunciar lo que llaman el “cerco de Morena” contra la oposición. En contraste, Morena y aliados defendieron a Noroña, argumentando que únicamente se defendió ante una provocación y que el verdadero responsable del desorden fue Moreno, a quien acusaron incluso de lanzar amenazas de muerte. En ese cruce de versiones, lo cierto es que el Senado volvió a convertirse en escenario de riñas que empañaron la labor legislativa.

El cierre explosivo de Noroña frente al Senado

El hecho de que estas dos polémicas coincidieran al cierre de su gestión amplificó la percepción de un final caótico. Mientras la oposición celebra el fin de un periodo que calificaron de autoritario e incongruente, sus seguidores resaltan que, a pesar de los tropiezos, Noroña mantuvo su identidad combativa y no cedió a las presiones del bloque opositor.

De cualquier forma, la presidencia en el Senado de Fernández Noroña no pasó desapercibida y sus últimos días en el cargo serán recordados por los escándalos que cuestionaron la congruencia de su discurso y las limitaciones al diálogo.