Estrategias militares contra el narco que prometieron seguridad y sembraron violencia: De Fox a AMLO

Giovanni Mac 10 noviembre, 2025

Cuatro sexenios: Fox, Calderón, Peña Nieto y López Obrador, y cuatro estrategias de seguridad distintas, pero con un componente esencial: los militares

 ©Foto: Especial - Laas estrategias de seguridad de Fox a López Obrador.

Desde el año 2000, los presidentes mexicanos y sus encargados de seguridad han adoptado diversas estrategias para combatir la violencia y al crimen organizado en el país. Todas, en distintos niveles, han tenido un grado de militarización y confrontación contra el narcotráfico.

De acuerdo con un informe reciente de la organización Human Rights Watch, Claudia Sheinbaum “heredó un país asolado por casi dos décadas de violencia” y “con una impunidad casi total”. Aunque en su discurso ha sostenido que su estrategia atiende las causas sociales mediante programas sociales, y se han registrado avances en algunas cifras y estadísticas, su política también mantiene un componente militarista, según diversos expertos.

Vicente Fox y su Policía Federal Preventiva

Aunque los grupos del crimen organizado aún eran incipientes y no tenían la estructura trasnacional que hoy poseen, durante el sexenio de Vicente Fox comenzaron a consolidar su poder. La corrupción en las corporaciones policiales y en el sistema judicial ya era profunda.

Durante su gobierno se creó la Agencia Federal de Investigación (AFI), inspirada en el FBI de Estados Unidos, cuya función principal era combatir los delitos de alto impacto. También se fundó la Policía Federal Preventiva.

Aunque su administración no se caracterizó por la militarización, sí destacó por la alta corrupción e infiltración del narcotráfico en las instituciones de seguridad.

Un evento emblemático de ese periodo fue la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán del penal de Puente Grande, ocurrida el 1 de enero de 2001. En ese entonces, Guzmán era poco conocido, pero tras su escape se convirtió en una figura central del narcotráfico nacional e internacional.

La “guerra contra el narco” de Felipe Calderón

El expresidente Felipe Calderón asumió el poder en medio de una crisis de legitimidad, derivada de las acusaciones de fraude electoral lanzadas por su principal opositor, Andrés Manuel López Obrador.

Expertos coinciden en que esa crisis fue una de las razones por las que Calderón decidió lanzar su “guerra contra el narcotráfico”, desplegando más de 45 mil militares en todo el país.

Durante su sexenio, el número de cárteles aumentó de seis a dieciséis. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los homicidios pasaron de 10,452 en 2006 a 25,967 en 2012, un incremento del 148%. El acumulado total durante su gobierno superó los 120 mil homicidios.

Un punto clave fue la permanencia de Genaro García Luna como secretario de Seguridad Pública durante los seis años de la administración. Hoy está preso en Estados Unidos, acusado de narcotráfico por sus vínculos con el Cártel de Sinaloa.

En su gobierno se registró una de las masacres más graves de la historia reciente: la de Allende, Coahuila, ocurrida en 2011, cuando Los Zetas arrasaron con el municipio tras una supuesta filtración de información de la DEA. Aunque las víctimas se estiman entre 60 y 300, el hecho fue ocultado y solo se conoció públicamente hasta 2014.

La Gendarmería y el fracaso de Peña Nieto

A diferencia de su predecesor, Enrique Peña Nieto buscó alejarse del enfoque de confrontación directa contra los cárteles. El político priista prometió cambiar hacia una estrategia integral de prevención.

Se creó el Programa Nacional de Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia (Pronapred), que pretendía atender las causas sociales de la violencia: pobreza, desempleo, deserción escolar y falta de espacios públicos, entre otras. Sin embargo, la estrategia se quedó en el discurso: nunca se presentaron métricas claras ni resultados medibles, y el programa fue desmantelado al final del sexenio.

Otro de los pilares de su política fue la creación de la Gendarmería Nacional, una de sus promesas de campaña. Este cuerpo de seguridad tenía como misión proteger las actividades económicas estratégicas —como el turismo, el transporte, la infraestructura, la agricultura y la energía— del crimen organizado. No obstante, la falta de resultados y de continuidad institucional llevó a su disolución, y finalmente la Gendarmería fue integrada a la Policía Federal.

Un caso emblemático de ese periodo fue la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrida en 2014, que sigue sin esclarecerse plenamente hasta la fecha.

“Abrazos, no balazos” de López Obrador

El presidente Andrés Manuel López Obrador definió su política de seguridad bajo el lema “abrazos, no balazos”, con la intención de priorizar las causas sociales de la violencia sobre la confrontación armada.
El objetivo central era “atender las raíces” del crimen —la pobreza, la desigualdad, la falta de empleo y de educación—, en lugar de intensificar la guerra contra el narcotráfico.

Uno de los ejes principales fue la implementación de programas sociales como Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida y diversas becas educativas, destinados a brindar oportunidades a los jóvenes y evitar su reclutamiento por parte del crimen organizado.

Otro elemento clave de su estrategia fue la creación de la Guardia Nacional, que sustituyó a la Policía Federal. Aunque inicialmente se planteó como una corporación civil, en 2022 pasó formalmente al control de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), lo que ha sido interpretado por analistas como una profundización de la militarización de la seguridad pública.

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