La historia del ascenso fatal de Roberto Montoya, el alpinista que murió tras caer en el Iztaccíhuatl

Metzli Escalante 24 diciembre, 2025

Una travesía que terminó en tragedia: así murió Roberto Montoya en el volcán Iztaccíhuatl; cayó en La Arista de la Luz

 ©Especial. - Rescate de Roberto Montoya.

Lo que comenzó como una travesía de alta montaña terminó en tragedia en el volcán Iztaccíhuatl, donde Roberto Montoya, un alpinista originario del estado de Puebla, perdió la vida tras sufrir una caída durante el ascenso por una de las rutas más exigentes de la montaña.

Roberto, de 28 años, formaba parte de un grupo de cuatro montañistas poblanos que el domingo 21 de diciembre iniciaron una expedición planeada para recorrer el volcán de norte a sur, ingresando por el paraje de Dos Aguas, en el Parque Nacional Izta-Popo, del lado del municipio mexiquense de Tlalmanalco.

La ruta elegida fue La Arista de la Luz, una zona restringida, técnica y de alto riesgo, ubicada a más de 4 mil 300 metros de altitud, conocida por sus barrancos, pendientes pronunciadas y condiciones climáticas extremas.

 ©Especial. - Rescate de Roberto Montoya.

La caída y el llamado de auxilio

Durante la travesía, y en medio del deterioro del clima propio de la alta montaña, Roberto Montoya sufrió una caída en un área agreste y de difícil acceso, ubicada entre el volcán Iztaccíhuatl y el cerro Teyotl. Aunque algunos reportes iniciales hablaron de una profundidad de entre 200 y 250 metros, autoridades confirmaron posteriormente que la caída fue de aproximadamente 50 metros, suficiente para provocarle lesiones fatales.

Tras el accidente, sus compañeros descendieron hasta encontrar un punto con señal telefónica para alertar al número de emergencias 911, con la esperanza de que Roberto pudiera ser localizado con vida.

 ©Especial. - Lugar de la caída de Roberto Montoya.

Un rescate marcado por el clima y la altura

El reporte fue recibido la mañana del domingo por el Centro de Mando de la Secretaría de Seguridad del Estado de México, lo que activó de inmediato un operativo interinstitucional de búsqueda y rescate.

En las labores participaron 24 rescatistas especializados, entre ellos elementos de la Policía de Alta Montaña y Agreste Valle de México, el Grupo de Rescate Agreste San Rafael, SAR-Desastres, Cruz Roja Mexicana delegación Amecameca, así como personal de Protección Civil.

El ascenso comenzó formalmente en la madrugada del lunes 22 de diciembre, alrededor de las 4:00 horas, ingresando por la ruta del Teyotl, en una maniobra compleja debido al terreno escarpado, las bajas temperaturas, la niebla y la falta de visibilidad. En la zona no existe cobertura de telefonía móvil, por lo que la comunicación se realizó únicamente por radio.

Localización del cuerpo y recuperación

Tras más de 20 horas de labores ininterrumpidas, los equipos de rescate lograron localizar a Roberto Montoya la tarde del lunes, confirmando que ya no contaba con signos vitales debido a la gravedad de la caída.

Con la autorización del Ministerio Público del Centro de Justicia de Chalco, la operación se transformó en una compleja maniobra de recuperación y descenso del cuerpo, que se extendió hasta la madrugada del martes 23 de diciembre.

Finalmente, el cuerpo fue trasladado a las inmediaciones del Parque Ecoturístico Dos Aguas, donde agentes de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México realizaron el protocolo legal correspondiente para su entrega.

Autoridades llaman a extremar precauciones

La Secretaría de Gobernación del estado de Puebla y autoridades mexiquenses informaron que el operativo se realizó bajo condiciones climáticas adversas, típicas de la temporada invernal en alta montaña.

El fallecimiento de Roberto Montoya vuelve a poner en el centro del debate los riesgos del alpinismo, especialmente en rutas técnicas como La Arista de la Luz. Las autoridades reiteraron el llamado a los excursionistas a informarse previamente, registrar sus rutas, contar con preparación técnica y equipo adecuado, y no subestimar los peligros del Iztaccíhuatl, también conocido como “La Mujer Dormida”.

Con sus 5 mil 230 metros de altitud, el Iztaccíhuatl es la tercera montaña más alta de México y un destino emblemático que, pese a su belleza, exige siempre prudencia, experiencia y respeto absoluto por la montaña.

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