Merari Noemí: hallaron su biblia y su maleta en el Rancho Izaguirre, pero la familia tiene la esperanza de encontrarla con vida
Familia identifica pertenencias de Merani Noemí: Deben esperar tres meses la respuesta de las autoridades
Merari Noemí García Mejía, una joven madre de 19 años, desapareció el 20 de mayo de 2024 en Zapopan, Jalisco. A casi un año de su desaparición, su familia mantiene viva la esperanza de encontrarla, a pesar del reciente hallazgo de algunas de sus pertenencias en el Rancho Izaguirre, un sitio vinculado a actividades del crimen organizado.
Una oferta de trabajo que terminó en desaparición
De acuerdo con Rubí, hermana de Merari, la joven recibió una oferta laboral con un salario atractivo que incluía hospedaje, alimentación y capacitación en defensa personal. Sin embargo, Rubí sospechó desde el inicio que podía tratarse de un engaño y le advirtió que no aceptara. "Yo le dije que no se creyera de eso. Era imposible", escribió en redes sociales.
Merari dejó de hablar del tema por un tiempo, lo que llevó a su familia a pensar que había desistido. Sin embargo, el 20 de mayo de 2024, un vehículo particular, similar a un servicio tipo Uber, pasó por ella en su domicilio. Durante el trayecto, compartió algunas fotos, pero ese fue su último contacto. Según la Fiscalía estatal, su teléfono fue rastreado por última vez en la Central Camionera de Guadalajara.
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Hallazgo en Rancho Izaguirre
El 5 de marzo de 2025, el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco recibió una llamada anónima que los llevó al Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco. En el sitio, descubrieron tres crematorios clandestinos con restos óseos calcinados, prendas de vestir y diversos objetos personales. La hermana de Merari, al ver las imágenes difundidas por el colectivo, identificó varios artículos de su hermana, entre ellos:
Un par de tenis blancos, los mismos que llevaba en su última foto.
Una maleta con pertenencias.
Una biblia gris de edición especial, regalo de su madre.
“Reconocí los zapatos de mi hermana, reconocí la maleta. Yo quise pensar que a lo mejor era de cualquier otra persona, cualquier persona tiene ese tipo de tenis, pero cuando yo veo lo de la biblia, es cuando yo, sinceramente, pierdo todas las esperanzas”, declaró para Imagen Noticias.
"No la hemos dado por muerta"
El hallazgo de estos objetos ha sido devastador para la familia, pero no ha mermado su esperanza. “Es un dolor terrible, pero no la hemos dado por muerta”, afirmó Rubí en una publicación de Facebook, pidiendo a la comunidad seguir compartiendo la ficha de búsqueda de su hermana.
En redes sociales, Rubí también desmintió versiones de algunos medios que aseguraban que Merari había aceptado un empleo en la cosecha de fresas o duraznos. “Eso no es cierto. Le ofrecieron un trabajo con un sueldo atractivo. Nunca mencionó que fuera en el campo”, señaló.
La teoría del reclutamiento forzado
Las investigaciones apuntan a que Merari podría haber sido víctima de reclutamiento forzado por parte del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). La oferta de empleo que recibió coincide con un patrón detectado por autoridades y organizaciones de derechos humanos: promesas de trabajos bien remunerados que terminan en captación forzada para actividades criminales.
“Es un infierno no saber de ella. No la vamos a juzgar por lo que sea que la hayan obligado a hacer”, expresó Rubí, haciendo un llamado a quienes se llevaron a su hermana para que la dejen regresar con su familia.
Descripción de Merari Noemí García Mejía
Edad al momento de su desaparición: 19 años
Tez: Morena clara
Cabello: Castaño ondulado
Estatura: 1.54 metros
Vestimenta: Vestido negro con rayas blancas y tenis blancos
Señas particulares: Lunares sobre el labio y en el cuello, tabique desviado, cicatrices en la mano, rodilla izquierda y pierna derecha, perforaciones en ambas orejas y en la nariz.
Tatuaje: Un corazón con la leyenda “Meredith” y las fechas “24-06-2020” y “13-04-2021” en la mano derecha.
La lucha de una familia que no se rinde
Han pasado diez meses y la familia de Merari sigue exigiendo respuestas. Mientras continúa la investigación, la madre de Merari acudió ya a la fiscalía a reclamar las pertenencias de su hija, a lo que recibió la respuesta de que debe esperar tres meses, ya que es imposible realizar pruebas de ADN con restos calcinados.
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