"Nos cayó el techo encima": el crudo relato de María Elena, sobreviviente del terremoto de 1985

Redacción 19 septiembre, 2025

La magnitud del sismo se estimó en torno a 8.1

 ©Freepik. - María Elena recuerda con miedo los hechos de 1985.

En punto de las 07:17 de la mañana del 19 de septiembre de 1985, un terremoto de gran magnitud sacudió el centro de México y convirtió la rutina de millones de personas en un desastre en cuestión de minutos. La magnitud del temblor se estimó en torno a 8.1 y tuvo una duración inusualmente larga; muchas zonas del valle sintieron sacudidas durante varios minutos, lo que multiplicó el daño en edificios y dejó una huella imborrable en la memoria colectiva.

Las cifras oficiales indican que cientos de personas murieron, mientras que decenas quedaron de heridos y un número enorme de viviendas y edificios colapsados o seriamente dañados en el centro de la Ciudad de México y municipios aledaños.

No obstante, más allá de los números, lo que quedó fueron historias personales como la de quienes quedaron enterrados bajo los escombros y las largas jornadas de rescate que se prolongaron por horas y hasta días.

"Pensaba que íbamos a morir": el relato de María Elena

María Elena, costurera de oficio, recuerda con nitidez cómo cambió todo en segundos. En entrevista para Guillermo Ortega, la mujer narró cómo se encontraba trabajando en un taller de costura en Xochimilco cuando las primeras vibraciones la sorprendieron.

“Se nos cayó el techo encima… Nada más nos oíamos como, ‘¿Quién eres tú? ¿Hay alguien aquí cerca de ti?’” De acuerdo con lo dicho por María Elena, en la oscuridad, las voces de sus compañeras, más de 30 mujeres que trabajaban como costureras en dicho edificio, fueron el hilo entre la vida y la muerte hasta que los rescatistas comenzaron a golpear desde arriba y las pequeñas luces anunciaron el rescate.

Esa espera, de más de 2 horas, según recuerda María Elena, quedó marcada para siempre en su cuerpo y en su mente: "pensaba yo que ya no nos íbamos a sacar de ahí. Ya y nos íbamos a quedar. Pensaba que, de aquí a que nos buscaran, o de aquí a que nos quitara lo que teníamos encima, que ya no nos iban a sacar. Ahí nos íbamos a quedar e íbamos a morir".

¿Por qué el sismo de 1985 se sintió tan intenso en CDMX?

La razón científica por la que la Ciudad de México pagó un precio tan alto por un sismo originado a cientos de kilómetros del epicentro tiene que ver con el subsuelo sobre el que se asienta buena parte de la capital. El Valle de México se formó sobre los restos del lago de Texcoco, lo que amplifica las ondas sísmicas de baja frecuencia.

Ese efecto de amplificación, combinado con la duración del movimiento y la coincidencia entre la “frecuencia” natural del sedimento y la de las ondas del sismo, hizo que edificios de cierta altura oscilaran con una violencia inesperada durante el temblor de 1985.

Los estudios posteriores demostraron que en la zona del antiguo lago la aceleración y la duración del movimiento aumentaron enormemente, explicando por qué muchos edificios colapsaron allí mientras otras zonas salieron con daños menores.

¿Hay una explicación científica sobre los sismos de septiembre?

Aunado al sismo del 19 de septiembre de 1985, la capital volvió a ser víctima de un intenso temblor el 19 de septiembre de 2017, lo cual causó histeria colectiva, pues la población comenzó a difundir rumores sobre una posible conexión entre ambos sismos. Al respecto, el geógrafo Óscar González Salgado, aseguró que no hay una relación y solo fue una casualidad.

“Se ha hablado mucho de que el mes de septiembre es el mes de los temblores y no debería ser así. Hay que recordar que la Tierra es un planeta dinámico y las placas tectónicas están en constante movimiento. No significa que septiembre sea el mes de los temblores… puede temblar en cualquier mes, en cualquier día y a cualquier hora", dijo. De igual manera exhortó a las personas a estar preparadas y contar con un plan de protección civil ante emergencias.

Las secuelas que dejó el sismo de 1985

Cabe mencionar que, a partir de la tragedia ocurrida en 1985, México aprendió lecciones que cambiaron su política de riesgo; se implementaron códigos de construcción más estrictos, sistemas de monitoreo sísmico, protocolos de emergencia y la instalación de una alerta temprana que busca avisar a la población segundos valiosos antes de que las ondas fuertes lleguen a la ciudad.

Sin embargo, como recuerda María Elena, las consecuencias de dicha tragedia no solo son estructurales, sino que son permanentes. Ella confiesa que desde entonces cualquier movimiento, cualquier ruido o un simulacro la transporta inmediatamente a ese momento: “me espanto mucho porque vuelvo a revivir todo eso… Cuando ya va a llegar el 19 de septiembre estoy muy triste, con ganas de llorar y con mucho miedo.”