¿Quién era Ernesto Baltazar Hernández Vilchis? El sacerdote hallado muerto en canal de Nextlalpan

Metzli Escalante 13 noviembre, 2025

Era querido por su comunidad: Así piden por el sacerdote Ernesto Baltazar Hernández Vilchis, desaparecido en Tultepec y asesinado

 ©Especial. - Sacerdote Ernesto Baltazar Hernández Vilchis.

Ernesto Baltazar Hernández Vilchis dedicó más de dos décadas de su vida al servicio religioso. Era un sacerdote querido, cercano y comprometido con su comunidad en el municipio de Tultepec, Estado de México (Edomex). Su fe lo llevó a diferentes parroquias, su voz guiaba misas y su presencia acompañaba los días difíciles de cientos de feligreses. Hoy, su nombre encabeza una investigación por homicidio que ha sacudido a la Diócesis de Cuautitlán.

El padre Ernesto, de 43 años, desapareció el 27 de octubre de 2025. Fue visto por última vez en la colonia Ampliación La Piedad, en Tultepec. Días después, la esperanza de hallarlo con vida se apagó: su cuerpo fue encontrado el 12 de noviembre en un canal de aguas negras del municipio de Nextlalpan.

 ©Especial. - Ernesto Baltazar Hernández Vilchis.

La desaparición de un sacerdote querido

Tras perder contacto con él, la Diócesis de Cuautitlán emitió una alerta e inició la búsqueda formal ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM). Durante días, las comunidades donde había servido se unieron en oración. Apenas el 11 de noviembre, los feligreses habían convocado un rosario para pedir su regreso con vida. Al día siguiente, se confirmaba lo peor.

El sacerdote había ejercido su labor pastoral en varias parroquias mexiquenses: San Pedro Apóstol en Nicolás Romero, San Bartolomé en Hueypoxtla, San Judas Tadeo en Tultitlán y la parroquia de Hacienda de Cuautitlán, antes de ser asignado a la iglesia de la Santa Cruz en Tultepec, donde era muy apreciado por su cercanía y compromiso.

Los hallazgos y la investigación

De acuerdo con las investigaciones, Ernesto Baltazar habría convivido la noche de su desaparición con dos personas: María Fernanda “N” y su pareja, Brandon Jonathan “N”. Según la Fiscalía, el encuentro se dio en una vivienda del municipio de Tultitlán, donde consumieron bebidas alcohólicas y estupefacientes. En algún momento, Brandon Jonathan “N” presuntamente atacó al sacerdote con un arma blanca, provocándole la muerte.

Los agresores habrían intentado ocultar el cuerpo envolviéndolo en bolsas plásticas y colocándolo dentro de un sillón. Días después, el 30 de octubre, trasladaron los restos hasta Nextlalpan, donde los abandonaron en un canal de aguas negras conocido como La Compañía.

 ©Especial. - María Fernanda “N” y Brandon Jonathan “N”.

La detención de los sospechosos

Agentes de la Policía de Investigación detuvieron a María Fernanda “N” y a Brandon Jonathan “N” por su presunta participación en la desaparición y homicidio del sacerdote. Él fue trasladado al penal de Cuautitlán; ella, al Centro Penitenciario de Tlalnepantla. Brandon Jonathan “N” ya contaba con antecedentes penales: había cumplido una condena de 18 años por robo con violencia.

Durante el cateo de su vivienda, en la Unidad Habitacional Morelos, Tercera Sección, en Tultitlán, las autoridades hallaron ropa del sacerdote, objetos personales, una estola religiosa y rastros de sangre. También se aseguraron objetos punzocortantes que habrían sido utilizados en el ataque.

 ©Especial. - Pertenencias del sacedorte.

Las pruebas y el hallazgo del cuerpo

El cuerpo del sacerdote fue localizado el 12 de noviembre por personal de la Fiscalía mexiquense. Estaba en avanzado estado de descomposición, flotando dentro del canal, envuelto en bolsas negras y amarrado al interior de un sillón.

Tras el levantamiento, el cuerpo fue trasladado al anfiteatro regional para realizar la necropsia y pruebas genéticas, las cuales confirmaron la identidad de Ernesto Baltazar en las primeras horas del 13 de noviembre.

Los análisis forenses determinarán las causas oficiales de la muerte y las circunstancias exactas del crimen, mientras la FGJEM continúa con la integración de la carpeta por homicidio.

Un crimen que conmocionó a la comunidad

La noticia causó profunda indignación entre los fieles y la comunidad religiosa. La Diócesis de Cuautitlán expresó su tristeza y exigió justicia para que el caso no quede impune.

 ©Captura de pantalla. - Comentarios en redes sociales sobre el padre.

En Tultepec, donde el padre Ernesto celebraba misa cada domingo, los feligreses colocaron veladoras frente a la parroquia de la Santa Cruz y elevaron oraciones por su alma.

El padre Ernesto Baltazar Hernández Vilchis medía 1.68 metros, tenía ojos verdes, tez blanca, rostro redondo y complexión robusta. Fue descrito por quienes lo conocieron como un hombre amable, paciente y dedicado al servicio de los demás. Su vida fue de entrega; su muerte, un llamado a la justicia.

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