El trasfondo del acoso que vivió Claudia Sheinbaum: Sin distinción de jerarquías y seguridad presidencial
El episodio de acoso con Claudia Sheinbaum que evidencia el riesgo para todas en el país y las fallas en la seguridad
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, vivió un episodio de acoso sexual el martes 4 de noviembre, cuando un hombre desconocido se acercó a ella durante un recorrido público, intentó besarla y le tocó el pecho y la cadera. El hecho ocurrió en el Centro Histórico de la Ciudad de México (CDMX), a unos metros de Palacio Nacional, frente a decenas de personas y cámaras de teléfonos móviles.
El agresor, identificado como Uriel Rivera Martínez, después Uriel "N", fue detenido horas después y puesto a disposición de la Fiscalía de Delitos Sexuales. El ataque, sin embargo, dejó al descubierto dos realidades: la normalización del acoso hacia las mujeres en México y las fallas en el esquema de seguridad presidencial tras la desaparición del Estado Mayor Presidencial. Más allá de si se cree que es un montaje o no.
Un ataque ocurrido a plena luz del día
Sheinbaum caminaba rumbo a la Secretaría de Educación Pública cuando el sujeto, aparentemente bajo efectos de alcohol o drogas —hecho que no le quita responsabilidad ni justifica la agresión—, se le acercó por el costado. La abrazó por los hombros, intentó besarla en el cuello y realizó tocamientos en su pecho.
El funcionario Juan José Ramírez Mendoza, titular de la Ayudantía Presidencial, intervino para apartar al agresor. Aun así, la presidenta reaccionó con gentileza y accedió a tomarse una foto con él, en un acto que muchas expertas leyeron como una muestra de la presión social sobre las mujeres para minimizar agresiones incluso cuando ellas mismas son víctimas.
Un espejo del país: la violencia política de género
Claudia Sheinbaum hace historia como la primera mujer en ocupar la Presidencia de México. Sin embargo, su condición de jefa de Estado no la protegió de una agresión que, según ONU Mujeres, vive el 70% de las mexicanas mayores de 15 años.
La violencia y el acoso político contra las mujeres es un fenómeno documentado desde inicios del siglo XXI en América Latina, especialmente a partir de los esfuerzos pioneros en Bolivia y posteriormente en Asia del Sur. Este tipo de violencia incluye amenazas, agresiones físicas, chantajes, campañas de desprestigio, hostigamiento y actos destinados a limitar el ejercicio político de las mujeres por razón de género.
En México, el 44% de las parlamentarias ha reportado violencia sexista, amenazas de violación o muerte, según ONU Mujeres. en 2021.
El marco legal existe, pero la violencia persiste
México cuenta con mecanismos para atender estas agresiones:
Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia
Protocolos del INE y la FISEL para investigar violencia política de género
Tipificación del acoso sexual con penas de hasta cinco años de prisión a nivel federal y cuatro años en CDMX
Aun así, la impunidad y la normalización social continúan siendo barreras para erradicar este tipo de ataques.
Seguridad presidencial bajo escrutinio
El episodio también reabre el debate sobre la decisión presidencial —continuada desde el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) — de no contar con Estado Mayor Presidencial. En su lugar, la protección queda bajo mando de la Secretaría de Defensa y un equipo reducido de ayudantía.
La facilidad con la que el hombre se acercó generó preguntas sobre los riesgos a la integridad de la mandataria y si personas con armas podrían aprovechar estas brechas.
Voces de las mujeres: Si le pasa a la presidenta, ¿qué esperamos las demás?
Diversas figuras políticas, activistas y organizaciones condenaron el hecho:
Secretaría de las Mujeres de CDMX: “Ninguna mujer está exenta del acoso sexual”.
Diana Luz Vázquez, activista: “Si un hombre le hace eso a una presidenta, imaginemos las violencias que vivimos todas”.
Olimpia Coral Melo, impulsora de la Ley Olimpia: pidió acción inmediata contra el agresor.
Ceci Flores, madre buscadora: “Si nos va bien es acoso; si nos va mal, nos matan o desaparecen”.
Olga Sánchez Cordero, senadora: rechazo total al ataque.
Ivonne Ortega, diputada: “¿Qué pueden esperar las mujeres que viajan solas o en transporte público?”
Periodistas como Sandra Romandía y académicas como María Fernanda Rodríguez señalaron la normalización del acoso.
URIEL RIVERA MARTINEZ es el "horrible asqueroso" acosador sexual qué agredió a la presidenta @Claudiashein. Ya está detenido.
— Diana Luz (@DianaLuzVa) November 5, 2025
Ningún agresor sin castigo. El acoso no es chistoso y los violentadores no son divertidos. Agreden y violentan porque pueden hacerlo. Basta! #Mujeres pic.twitter.com/b8WQWwtgHr
El acosador de la Presidenta @Claudiashein
— Olimpia (@OlimpiaCMujer) November 5, 2025
debe estar ya detenido. Es un 4gre3sor en potencia y un peligro para la Nación.
¡Toda la fuerza a todas las mujeres que viven ac0sos s3xu4les a diario!
La respuesta institucional
Alrededor de la medianoche, la presidenta todavía no emitía un mensaje de referencia al episodio, mientras que dependencias como la Secretaría de las Mujeres y legisladoras federales y estatales expresaron su repudio. Sin embargo, este 5 de noviembre Sheinbaum informó que ya había presentado la denuncia por acoso.
Cabe mencionar que el abuso sexual es un delito de querella, lo que significa que la autoridad no puede continuar sin una denuncia formal de la víctima. Al Sheinbaum presentar la querella, el detenido puede ser vinculado en las próximas 48 horas.
El comunicado oficial subrayó la importancia de denunciar estas agresiones y erradicar actitudes que justifican o minimizan la violencia machista.
Pronunciamiento por una vida libre de violencias para todas las mujeres.
— Secretaría de las Mujeres (@mujeresgobmx) November 5, 2025
Conoce más https://t.co/QFlxzIWh5q pic.twitter.com/Qe1t15J2ES
Un país donde ser mujer sigue siendo un riesgo
En México:
70% de mujeres mayores de 15 años ha sufrido violencia alguna vez en su vida.
10 mujeres y niñas son asesinadas cada día.
45% ha experimentado acoso callejero.
Este episodio vuelve a enfatizar un hecho doloroso: ninguna mujer está a salvo del acoso, ni siquiera la presidenta. Los acosadores tienen rostro y gran parte de las mujeres han sido víctimas. Por más poder que tenga, se debe trabajar en quienes se creen dueños de los cuerpos de las mujeres.
Los cuerpos de las mujeres no son territorio disponible. Ni en la calle, ni en la política, ni en la presidencia.
En la opinión de Guillermo Ortega
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