Visita domiciliaria del SAT: Esto es lo que debes hacer si la recibes

El Servicio de Administración Tributaria (SAT) tiene la facultad legal de realizar visitas domiciliarias a los contribuyentes sin necesidad de notificación previa. Estas inspecciones buscan verificar el cumplimiento de las obligaciones fiscales y pueden efectuarse en cualquier momento del año, tanto para personas físicas como morales.

Las visitas domiciliarias del SAT están reguladas por el Código Fiscal de la Federación (CFF), específicamente en sus artículos 42, 44 y 49. El objetivo principal es revisar la contabilidad, los bienes y las operaciones de los contribuyentes para comprobar la veracidad de la información presentada en declaraciones anuales. Pueden originarse por inconsistencias detectadas, omisiones en pagos o dudas sobre el domicilio fiscal registrado.

Estas diligencias se realizan a personas físicas que desarrollan actividades económicas como asalariados, prestadores de servicios por honorarios, arrendadores, así como a pensionados y jubilados cuyos ingresos excedan los montos exentos. Las personas morales también pueden ser objeto de estas inspecciones.

Requisitos y derechos durante la visita

Los funcionarios del SAT deben identificarse correctamente al llegar, presentar la orden de visita debidamente firmada por la autoridad competente, especificar el nombre del contribuyente, domicilio fiscal, fundamentos legales y objetivos de la inspección. Si no cumplen con estos requisitos, el contribuyente puede negar el acceso a su domicilio.

Las visitas solo pueden realizarse en días hábiles, de 7:30 a 18:00 horas. Cualquier diligencia fuera de ese horario es improcedente. Además, el contribuyente tiene derecho a designar dos testigos, o el SAT puede nombrarlos, siempre que sean personas ajenas a la autoridad fiscal. Durante la visita, el personal debe entregar la Carta de Derechos del Contribuyente Auditado.

Es fundamental que los contribuyentes mantengan en orden su documentación fiscal: facturas electrónicas, declaraciones, contratos, pólizas y estados de cuenta. También deben verificar la autenticidad de las credenciales de los funcionarios a través del portal del SAT o contactando directamente a la institución. Negarse a la diligencia o intentar obstruirla puede derivar en multas o incluso en una solicitud judicial de entrada forzosa.

El contribuyente puede solicitar copias de cada acta levantada y hacer observaciones en el momento. Tiene derecho a presentar declaraciones complementarias o pagos espontáneos que ayuden a reducir multas. Si no está de acuerdo con las conclusiones preliminares, puede acudir a la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon) para buscar un acuerdo conclusivo.

Las autoridades fiscales tienen hasta seis meses para determinar las contribuciones omitidas durante la revisión; de lo contrario, se considera que no hay deuda. En caso de sanciones, el contribuyente puede pagar la multa en plazos, hasta 36 meses, o diferirla hasta 12 meses con las garantías fiscales correspondientes. El SAT también puede emitir una resolución definitiva, contra la cual es posible interponer un recurso de revocación o juicio contencioso.

No existe un calendario fijo de visitas domiciliarias, pero se realizan regularmente en función de las circunstancias fiscales de cada contribuyente. El SAT también puede visitar a terceros relacionados con el auditado si la información que proporcionen es relevante para la auditoría fiscal.

Para enfrentar una visita domiciliaria del SAT, se recomienda contar con el acompañamiento de un contador público o abogado fiscalista desde el inicio de la diligencia, asegurando la correcta defensa de los derechos del contribuyente.

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