Con un cerebro artificial y células madre “reviven” a un famoso músico
A cuatro años de su muerte, podrá seguir componiendo, lo que ha generado una fuerte polémica

Una partitura compuesta en tiempo real por un "minicerebro" cultivado en laboratorio. Esa es la experiencia que propone Revivificación, una instalación sonora y escultórica que homenajea al fallecido compositor experimental Alvin Lucier, quien murió en 2021. El proyecto, inaugurado el 5 de abril en la Galería de Arte de Australia Occidental, busca explorar los límites entre vida, arte y tecnología, según The Guardian.
Lucier, pionero de la música experimental y autor de la influyente obra Music for Solo Performer (1965), fue el primer artista en utilizar ondas cerebrales para generar sonido en vivo. Décadas después, y ya diagnosticado con Parkinson, donó su sangre en 2020 para un proyecto que buscaba preservar su legado creativo mediante neurociencia de vanguardia.
El equipo multidisciplinario responsable de Revivificación —compuesto por los artistas Guy Ben-Ary, Matt Gingold y Nathan Thompson, junto con el neurocientífico Stuart Hodgetts— logró reprogramar células sanguíneas del compositor para convertirlas en células madre pluripotenciales. Estas fueron desarrolladas en laboratorio hasta formar organoides: estructuras neuronales que imitan ciertas funciones del cerebro humano.
Una sala que respira sonido
La instalación presenta 20 placas de latón curvadas como antenas parabólicas adheridas a las paredes. Detrás de cada una, un transductor y un martillo vibran en respuesta a las señales eléctricas emitidas por el "minicerebro". El resultado es una sinfonía fragmentada de zumbidos, traqueteos y trinos, que rebotan en una sala oscura como si una orquesta se afinara desde otra dimensión.
“Al mirar hacia abajo, hacia ese pedestal central, estás cruzando un umbral”, explicó Nathan Thompson. “Estás viendo algo vivo, pero no de la misma manera que tú”.
En el centro del recinto, bajo una lupa, los visitantes observan dos pequeñas manchas blancas: el órgano cerebral creado con células de Lucier, que aún genera actividad neuronal y, por ende, sonido.
¿Puede una mente persistir en el tiempo?
El proyecto plantea preguntas provocadoras: ¿podría la esencia creativa de una persona sobrevivir a través de células reprogramadas? ¿Existen trazos de memoria o intención en esa actividad neuronal? Aunque los organoides no son cerebros completos, sí emiten señales eléctricas similares a las de una mente humana primitiva.
“Revivificación es un intento de arrojar luz sobre las posibilidades —a veces inquietantes— de prolongar la presencia de una persona más allá de la muerte”, señaló el equipo en un comunicado.
Ciencia, arte y ética
El llamado “monstruo de cuatro cabezas” —como se autodefinen los creadores— lleva más de dos décadas investigando las intersecciones entre biología y expresión artística. En esta ocasión, contaron con la colaboración directa de Lucier, quien participó activamente en las discusiones conceptuales hasta poco antes de su fallecimiento.
La instalación estará disponible por tiempo limitado en la Galería de Arte de Australia Occidental. Mientras tanto, el debate sobre las implicaciones éticas y filosóficas del arte biotecnológico continúa creciendo.
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