De “Los Panchitos” al "CJNG": mapa criminal en Apatzingán tras caso del delegado Agustín Solorio

Elena Martínez 11 diciembre, 2025

Es una de las zonas con mayor concentración de grupos delictivos en Michoacán

 ©Cuartoscuro. - Se trata de una zona de interés para los grupos criminales.

El hallazgo sin vida de Agustín Solorio Martínez, delegado distrital del Partido del Trabajo (PT) en Apatzingán, reavivó las alertas sobre la complejidad criminal que atraviesa la región de Tierra Caliente. Autoridades de seguridad confirmaron que el exdiputado fue localizado dentro de su vehículo, luego de cinco días de búsqueda.

El político había sido reportado como desaparecido el 5 de diciembre, fecha en la que su última señal conocida lo ubicó cerca de Jalisco, presuntamente en tránsito hacia Guadalajara.

La investigación sigue abierta y hasta ahora no se ha difundido información oficial sobre las circunstancias de su muerte ni el sitio exacto donde fue encontrado. Su desaparición generó pronunciamientos públicos del PT, que solicitó una investigación amplia y coordinada para esclarecer el caso.

El hecho ocurrió en una de las zonas con mayor concentración de grupos delictivos en Michoacán, donde múltiples organizaciones compiten por rutas, extorsión y control territorial. Su desaparición y posterior localización ocurre en un entorno donde Apatzingán funge como un nodo estratégico para el traslado de mercancías legales e ilegales, además de ser un punto de paso hacia la sierra y el corredor Pacífico–Bajío.

Apatzingán, epicentro de varios grupos delictivos

El análisis más reciente elaborado por especialistas en seguridad pública confirma que Apatzingán es el municipio de mayor concentración de grupos delictivos en Michoacán. En esta zona coinciden ocho organizaciones, desde estructuras de alcance nacional hasta células locales con influencia regional. Su coexistencia ha derivado en ciclos de enfrentamientos, imposición de pagos ilegales y disputas por corredores carreteros.

Entre los grupos con mayor presencia destaca el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), extendido en 110 de los 113 municipios del estado, lo que lo posiciona como la organización dominante. Su presencia en Apatzingán se refuerza por operadores vinculados a la estructura de Nemesio Oseguera Cervantes, y por redes de control logístico sobre rutas que conectan con Nueva Italia, Coalcomán y la región serrana.

A esta organización se suman células de Los Viagras, la Nueva Familia Michoacana, remanentes de Caballeros Templarios, el Cártel de Tepalcatepec, además de grupos locales como los Blancos de Troya, el Cártel de Acahuato y facciones más pequeñas que mantienen influencia en colonias, comunidades rurales y puntos carreteros.

En este entramado también operan agrupaciones menores como Los Panchitos, Los Correa, Pueblos Unidos, Los Revuelta y Los Pájaros de la Sierra, actores que, aunque con menor capacidad armada, participan en extorsiones, resguardo de rutas y actividades de apoyo a organizaciones mayores. Su presencia incrementa la fragmentación territorial y dificulta la intervención institucional.

 ©PT. - El partido lamentó su deceso.

¿Por qué Apatzingán es una zona importante para el crimen?

La ubicación de Apatzingán dentro del corredor que enlaza la sierra con el pacífico y con los estados colindantes facilita la diversificación de actividades delictivas: desde laboratorios clandestinos hasta trasiego de mercancías. Este panorama, amplificado por la disputa entre alianzas como Cárteles Unidos y el CJNG, genera un ambiente donde la movilidad política y social puede verse comprometida.

La región muestra además un historial de alteraciones en su estructura criminal desde la disolución de los Caballeros Templarios, cuya fragmentación dio paso a la multiplicación de células. La intervención de autodefensas, el reacomodo de grupos y el retorno de organizaciones previamente expulsadas contribuyeron al escenario actual, donde los municipios funcionan como fronteras móviles de control.

Dentro de este contexto, Apatzingán mantiene un nivel de riesgo elevado para figuras públicas locales, empresarios, líderes comunales y transportistas. Casos como el de Agustín Solorio Martínez ocurren en un entorno donde la movilidad entre entidades, la disputa por rutas y la presencia de múltiples actores delictivos generan dinámicas de vulnerabilidad.

Las autoridades continúan las investigaciones para determinar los movimientos previos del delegado, los puntos vinculados a su trayecto y los posibles móviles relacionados con su desaparición y muerte. El caso se integrará en un expediente que requiere colaboración entre fiscalías de distintos estados y fuerzas federales debido a que involucra más de una entidad y un territorio dominado por organizaciones en disputa.