Nuevo León, Tabasco y otros estados que han intentado independizarse de México
A lo largo de la historia del país, varios estados han intentado independizarse de México por inconformidades con el régimen político
En los últimos años, varios estados como Jalisco y Nuevo León han expresado su descontento con el gobierno federal por la forma en que distribuyen los recursos y han amenazado con salirse del Pacto Fiscal. Sin embargo, este tipo de problemáticas no son nuevas. Si revisamos la historia del país, podemos ver que, durante el gobierno centralista de Antonio López de Santa Anna, varios estados estuvieron en desacuerdo y en ese entonces, su inconformidad los llevó a querer independizarse de México.
Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas
Entre el 17 de enero y el 6 de noviembre de 1840, los estados mexicanos de Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila, junto con una porción del sur de Texas, formaron la República del Río Grande, un intento de país independiente con capital en Laredo. El movimiento nació en un contexto de descontento popular debido a las políticas centralistas del gobierno mexicano, encabezado por el presidente Antonio López de Santa Anna.
La nueva nación se autoproclamó como un acto de rebelión contra el centralismo que consideraban desatendía las necesidades de la región y fue impulsada por líderes como Antonio Canales Rosillo. La República del Río Grande fue creada el 7 de enero de 1840, tras una convención constitucional en el Rancho Oreveña, cerca de lo que hoy es Zapata, Texas. Su objetivo era ofrecer una salida ante las restricciones impuestas por las “Siete Leyes” de Santa Anna, que centralizaban el poder en la Ciudad de México y limitaban la autonomía de las regiones del norte.
Aunque el movimiento fue apoyado por la población local y algunos colonos texanos, no logró reconocimiento oficial ni en México ni a nivel internacional. En su corta existencia, la república se identificó con un fuerte sentimiento nacionalista y se convirtió en un símbolo de resistencia frente al gobierno central. El conflicto culminó en noviembre de 1840, cuando el ejército mexicano, liderado por el general Mariano Arista, derrotó a los rebeldes de la República del Río Grande.
Yucatán, Campeche y Quintana Roo
En los primeros años de la independencia de México, Yucatán, que concentraba también el territorio de Quintana Roo y Campeche, intentó independizarse varias veces de México, principalmente por las políticas centralistas de Santa Anna. Entre 1823 y 1840, las tensiones surgieron debido al aislamiento geográfico de la península y la falta de beneficios del sistema político, que solo imponía impuestos sin ofrecer beneficios.
Este descontento se profundizó al considerar que el gobierno mexicano no respetaba los derechos de autonomía de Yucatán, los cuales habían sido acordados durante la independencia. A partir de 1836, los yucatecos comenzaron a ver el sistema centralista como una forma de tiranía, lo que condujo a la proclamación de independencia de Yucatán en 1841, aunque no duró mucho.
Tras varias tensiones y enfrentamientos, en 1843, el gobierno de Santa Anna acordó una reincorporación temporal de Yucatán a México, otorgándole ciertos derechos de autonomía. A pesar de los tratados firmados, la situación continuó siendo frágil y Yucatán nuevamente trató de independizarse. Sin embargo, tras varias derrotas militares y una crisis interna, especialmente con el estallido de la Guerra de Castas en 1847, Yucatán finalmente se reincorporó a México en 1848.
Tabasco
A lo largo de la historia del país, el estado de Tabasco ha intentado independizarse tres veces de México por desacuerdos con el régimen político. Desde la época de la independencia, el estado vivió intensos enfrentamientos entre los federalistas, liderados por figuras como Agustín Ruíz de la Peña, quienes luchaban por una mayor autonomía estatal, y los centralistas, comandados por Marcelino Margalli, quienes buscaban concentrar el poder en la presidencia de la República.
En 1839, bajo el lema "Federación o muerte", los federalistas tabasqueños, liderados por Fernando Nicolás Maldonado, hicieron una alianza con el gobernador de Yucatán y el almirante estadounidense E.W. Moore, para liberar al estado del control centralista. En 1841, tras varios enfrentamientos, el Congreso de Tabasco declaró la independencia del estado y proclamó la República de Tabasco, con José Víctor Jiménez como su primer presidente, aunque meses después se reincorporaron a México.
En 1846 ocurrió el último intento de independencia de Tabasco durante la invasión estadounidense, cuando el general Juan Bautista Traconis declaró la tercera separación de Tabasco. Sin embargo, el descontento popular y las presiones del presidente Antonio López de Santa Anna lo llevaron a renunciar, lo que terminó en la reincorporación definitiva de Tabasco a la República Mexicana.
Zacatecas
En 1835, también durante el gobierno de Antonio López de Santa Anna, el estado de Zacatecas se levantó en armas contra las políticas centralistas. El gobernador de Zacatecas, Francisco García Salinas, encabezó la rebelión con un ejército de aproximadamente 4 mil hombres, buscando proclamar la independencia del estado y reafirmar la vigencia del sistema federal. Este movimiento fue una respuesta directa a las modificaciones constitucionales que restringían los poderes de los estados, fortaleciendo el control central del gobierno federal.
La rebelión fue rápidamente sofocada cuando Santa Anna, al enterarse de la revuelta, se trasladó personalmente a Zacatecas para enfrentar a los insurgentes. En la Batalla de Zacatecas, las fuerzas de García Salinas fueron derrotadas, lo que resultó en una victoria decisiva para el gobierno centralista. Como castigo por el levantamiento, Santa Anna despojó a Zacatecas de una porción significativa de su territorio, que fue utilizado para crear el nuevo estado de Aguascalientes, formalmente constituido en ese mismo año.