Estudios revelan que la mirada tierna de los perros es una evolución para comunicarse con los humanos
Siglos de convivencia ha desarrollado una conexión especial, a pesar de no compartir un lenguaje común
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Uno de los momentos más felices y conmovedores que una persona puede experimentar es cuando un perrito se acerca a pedir un trozo de alimento durante la hora de la comida. Aunque uno pueda resistirse, su mirada tierna actúa como una poderosa arma, capaz de derretir cualquier corazoncito y hacer que compartas gustosamente el bocado con el doggo.
Según diversas investigaciones, fue precisamente esta mirada tierna la que jugó un papel clave en el inicio del proceso de domesticación del perro. Se cree que varios de estos ejemplares se acercaron a las fogatas de los hombres prehistóricos, buscando compartir el calor y la comida, lo que dio origen a un vínculo único entre el perro y el ser humano.
La científica Carrie Arnold sostiene que siglos de domesticación han transformado de manera significativa la anatomía de las cejas de los perros, lo que ha hecho que sus rostros, y por ende sus emociones, sean mucho más fáciles de interpretar para los seres humanos.
Al mirar a una persona, los perros tienden a elevar el músculo interno de la ceja, lo que hace que sus ojos parezcan más grandes y expresivos, lo que aumenta su atractivo ante los humanos.
Brian Hare, antropólogo evolutivo estadounidense de la Universidad de Duke, afirmó: “Esta investigación demuestra que estos cambios morfológicos evolucionaron a medida que perros y humanos interactuaron en los últimos 20 mil años”.
“Es casi seguro que no evolucionaron debido a la selección intencional, sino que dieron a los perros una ventaja en sus interacciones con los humanos”.
Según los expertos, esta mirada no solo facilita la conexión emocional, sino que también aumenta la liberación de oxitocina, la hormona del "vínculo", tanto en perros como en humanos, favoreciendo la cooperación mutua. Así, este comportamiento se ha consolidado como una estrategia para obtener alimento y afecto, fortaleciendo la relación entre perro y persona.
Juliane Kaminski, psicóloga de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido), descubrió que los perros son particularmente habilidosos para comprender los gestos humanos, superando incluso a los chimpancés. Así, los perros podrían utilizar la "mirada de cachorro" para sensibilizar a los humanos y obtener beneficios de esa conexión emocional.
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