Así se vivió el terremoto de 6.9 en Filipinas: derrumbes, incendios y pánico captados en VIDEO

Alejandra Jiménez 30 septiembre, 2025

El sismo, con epicentro frente a la isla de Cebú y a solo 10 kilómetros de profundidad, desató el pánico entre la población, provocó evacuaciones, daños estructurales y mantiene en alerta a las autoridades

 ©EFE - En distintas localidades, familias se refugiaron en plazas y espacios abiertos.

Un terremoto de magnitud 6.9 sacudió la costa central de Filipinas este martes, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). El epicentro se localizó en el mar, frente al extremo norte de la isla de Cebú, cerca de la ciudad de Bogo, con más de 90.000 habitantes, y a solo 10 kilómetros de profundidad, según datos del Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología (Phivolcs).

El temblor, registrado sobre las 22:00 hora local, fue descrito como un movimiento tectónico de alta intensidad, especialmente sentido en las zonas de San Fernando y Cebú, donde numerosas familias abandonaron sus hogares por temor a réplicas y posibles derrumbes.

“El temblor fue muy fuerte. Vimos cómo nuestro casillero se movía de un lado a otro, nos sentimos mareados por un momento, pero ahora estamos bien”, narró a AFP Joey Leeguid, bombero de la localidad de San Fernando.

Alerta en las costas y riesgo de olas inusuales

El Phivolcs advirtió de una posible “leve alteración en el nivel del mar”, por lo que exhortó a los residentes de Leyte, Cebú y Biliran a mantenerse alejados de la costa. Aunque el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico precisó que “no hay amenaza de tsunami”, las autoridades recomendaron a la población permanecer en zonas elevadas y extremar precauciones.

En la turística isla de Bantayan, Martham Pacilan, de 25 años, relató: “Escuché un fuerte estruendo proveniente de la iglesia y luego vi caer piedras de la estructura. Por suerte nadie resultó herido, pero el pánico fue total”.

Testimonios de miedo y daños estructurales

En Iloílo, en la isla de Panay, numerosos residentes fueron evacuados tras el sismo. Allí, se reportaron grietas en viviendas y caída de objetos.

“Se sentía como si todos fuéramos a caer. Es la primera vez que experimento algo así”, dijo Agnes Merza, cuidadora de 65 años, quien describió cómo las baldosas de su cocina se agrietaron tras el movimiento telúrico.

En distintas localidades, familias se refugiaron en plazas y espacios abiertos. Niños y adolescentes, siguiendo protocolos de seguridad, se escondieron debajo de mesas o escritorios durante el temblor.

Filipinas, golpeada por desastres naturales consecutivos

Este nuevo desastre ocurre apenas dos días después de que Filipinas enfrentara la furia de tres fenómenos meteorológicos simultáneos: la tormenta tropical Opong, el supertifón Nando y la depresión tropical Mirasol, que dejaron 26 muertos y 33 heridos, además de 2.8 millones de personas afectadas en todo el país.

El Gobierno declaró el estado de calamidad en 53 zonas, lo que permite movilizar fondos nacionales, congelar precios de productos básicos y habilitar 2,680 centros de evacuación para más de 163,000 personas desplazadas.

La concatenación de fenómenos naturales ha aumentado la presión sobre las autoridades y los equipos de emergencia, que ahora deben atender simultáneamente las consecuencias de tormentas e intensos sismos.

Un país en el “Anillo de Fuego”

Filipinas se ubica en el “Anillo de Fuego del Pacífico”, una de las regiones más activas del mundo en cuanto a actividad sísmica y volcánica. Los temblores son frecuentes y, aunque muchos pasan inadvertidos, los terremotos fuertes ocurren de forma repentina y sin posibilidad de predicción.

Las autoridades insisten en la necesidad de que la población mantenga la calma, siga los protocolos de seguridad y se prepare ante la probabilidad de réplicas en las próximas horas.

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