Reforma Judicial: según López Obrador, ser juez no es tan difícil
El presidente desmerece la importancia del Poder Judicial
La propuesta de reforma al Poder Judicial, impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha generado un intenso debate en la esfera pública. Para muchos, esta reforma representa una amenaza directa a la independencia judicial, un pilar fundamental de cualquier democracia
López Obrador dice que con la reforma al Poder Judicial cualquiera puede ser juez, porque ser juez no es difícil. Según él, el derecho no es complicado; basta con cursar la carrera y listo. López Obrador desmerece la importancia de la carrera judicial, que será sepultada una vez que se apruebe la reforma al Poder Judicial, al igual que la independencia judicial, que también se verá afectada si la reforma se aprueba en los términos en que está planteada.
Cualquiera podrá ser juez, magistrado o ministro. El único requisito será ser abogado y ser electo por el pueblo para actuar con rectitud. Según él, tampoco es tan complejo el derecho.
Basado en esos argumentos, suposiciones y creencias muy personales, López Obrador impulsó la reforma al Poder Judicial en los términos en que lo hizo.
El IMPACTO DE LA REFORMA JUDICIAL
La independencia judicial no es un concepto abstracto. Es lo que permite que los jueces tomen decisiones basadas en la ley y no en presiones políticas o populares. En cualquier democracia sólida, el Poder Judicial actúa como un contrapeso necesario frente a los otros poderes. La reforma que promueve el presidente López Obrador, al abrir la elección de jueces a un proceso de votación popular, amenaza con desvirtuar esta independencia.
Si los jueces comienzan a depender de la aprobación popular, es probable que sus decisiones se vean influidas por las corrientes políticas del momento, en lugar de por un análisis jurídico profundo. Esto podría llevar a un debilitamiento de la protección de los derechos fundamentales, especialmente de aquellos que podrían ser impopulares entre las mayorías.
Un llamado a la reflexión
Como país, debemos considerar seriamente las implicaciones de esta reforma. No se trata solo de un cambio en la forma de seleccionar jueces; se trata de preservar la esencia misma de la justicia. La independencia judicial es uno de los pilares que sostiene nuestra democracia, y cualquier intento de erosionarla debe ser evaluado con cuidado y sin prisa.
La reforma al Poder Judicial no solo podría cambiar el sistema, sino que podría debilitarlo gravemente. La justicia debe seguir siendo imparcial, independiente y basada en la ley, no en la popularidad o en intereses políticos.