¿Cómo fue la relación del papa Francisco con México?
El papa Francisco visitó México en 2016, abordando temas clave como pobreza, violencia, corrupción y migración en sus discursos

Durante su pontificado, el papa Francisco tuvo una relación intensa y compleja con México, marcada por una cercanía con el pueblo, duras críticas a las estructuras de poder y un firme llamado a una Iglesia y comprometida con la justicia social.
Única visita a México
Su única visita oficial al país ocurrió del 12 al 17 de febrero de 2016, cuando recorrió Ciudad de México, Ecatepec, San Cristóbal de las Casas, Tuxtla Gutiérrez, Morelia y Ciudad Juárez. En cada parada, el pontífice argentino lanzó mensajes sobre temas como pobreza, violencia, corrupción, migración y la exclusión de los pueblos indígenas.
Uno de los momentos más emblemáticos de su estancia fue su oración en silencio ante la imagen de la Virgen de Guadalupe, en la Basílica del Tepeyac. Este gesto reafirmó la centralidad de la devoción guadalupana en la espiritualidad mexicana.
Jornada de Oración por la Salud del Santo Padre, el papa Francisco quien se encuentra en tratamiento debido a una infección respiratoria. Dios le conceda la salud para continuar guiando a su pueblo y nuestra Madre la Virgen de Guadalupe lo acompañe.#EnOraciónporelPapa pic.twitter.com/JBAbDsMEKI
— CEM (@IglesiaMexico) March 30, 2023
Atento a la situación en México
Desde el Vaticano, Francisco se mantuvo atento a la realidad mexicana. Emitió mensajes de condena a la violencia y la impunidad, como en el caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Sus declaraciones, aunque incómodas para algunos sectores del poder, reflejaron su compromiso con los más vulnerables.
La migración fue uno de los temas centrales en su vínculo con México. El Papa se pronunció en múltiples ocasiones contra la criminalización de los migrantes y criticó la construcción de muros fronterizos.
En su misa en Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos, pidió compasión y justicia para quienes buscan una vida mejor.
Su mensaje a los obispos mexicanos, pronunciado en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, fue uno de los discursos más contundentes de su visita.
Les urgió a abandonar los privilegios y a ejercer un liderazgo pastoral cercano al pueblo: “México no necesita príncipes, sino pastores valientes y cercanos a su pueblo”.
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