El mapa oculto del narco en Michoacán: ¿dónde operan los 12 cárteles prioritarios del gobierno?
Los mapas criminales elaborados por Ejército, FGR y FGE muestran concentración en la zona conocida como Tierra Caliente del estado
Luego de los asesinatos del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, y del líder citrícola Bernardo Bravo, el Gobierno federal y estatal delinearon una nueva ofensiva contra al menos doce organizaciones criminales que dominan el territorio.
En este panorama de alerta, Gobierno de México lanzó una ofensiva contra una docena de organizaciones criminales que, según mapas de inteligencia, fragmentan el control territorial en Michoacán. La estrategia fue definida en la XXI Zona Militar de Morelia en una reunión entre el Secretario de Seguridad Federal Omar García Harfuch, mandos de la Sedena, Marina y el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla.
¿Quiénes son los 12 grupos?
Las autoridades federales y estatales incluyen en su lista a los grupos que históricamente han disputado rutas, territorios y economías locales: Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cártel de Tepalcatepec, Los Blancos de Troya, Los Viagras, Cártel de Los Reyes, Los Caballeros Templarios, Cártel de Acahuato, Cártel de la Costa, La Familia Michoacana, Cártel de Zicuirán, Pueblos Unidos y Cártel de Los Correa. Fuentes oficiales señalan que la nómina podría ampliarse conforme avance la investigación.
Dónde concentran su poder
Los mapas criminales elaborados por Ejército, FGR y FGE muestran concentración en tres ejes: Tierra Caliente (Apatzingán y municipios aledaños), la región de Uruapan y la franja costera —incluido Lázaro Cárdenas—. En estos corredores se disputan no sólo rutas de trasiego, sino también el control de actividades legales como la agricultura y el transporte.
Despliegue y capacidades: números sobre el terreno
Para confrontar a estos grupos, el Gobierno desplegó más de 10,500 efectivos entre Ejército y Guardia Nacional en zonas de “alta prioridad”, y unos 1,781 elementos de Marina para operaciones en la costa. El operativo, bautizado por medios como Plan/Operativo Paricutín, busca combinar inteligencia, patrullajes y acciones regionalizadas.
Por qué se acelera la ofensiva
La intervención federal ocurre tras una ola de violencia que incluyó el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, y del líder citrícola Bernardo Bravo, casos que detonaron el reclamo social por resultados concretos en seguridad. Autoridades vinculan algunos de estos homicidios con disputas entre el CJNG y Los Caballeros Templarios, y con la pugna por el control del limón en Tierra Caliente.
El reto real: fragmentación y economía criminal
Analistas consultados y los propios informes oficiales advierten que no se trata de un enemigo monolítico sino de múltiples bandas con estructuras y alianzas cambiantes. Esa fragmentación complica el diseño de operaciones: algunos grupos extorsionan cadenas productivas (como las 40,000 hectáreas de limón en la región), otros controlan puertos y rutas, y varios operan con grados distintos de violencia y operación local.
Lo que queda por ver
El anuncio supone un despliegue masivo y una intención política clara, pero la experiencia histórica muestra que el impacto dependerá de inteligencia sostenida, coordinación civil-militar y medidas para proteger a la economía local y las comunidades. En Michoacán, donde el narco se superpone con lo social y lo productivo, la pregunta sigue siendo la misma: ¿podrá el Estado erradicar la presencia de grupos criminales y brindar seguridad duradera para las y los michoacanos?