De mito a realidad: INAH descubre antiguo cementerio bajo una escuela primaria en Zacatecas
Se encontraron restos óseos de ocho menores y un adulto, lo que indica que el sitio funcionó como un antiguo espacio funerario

Lo que durante años fue solo un rumor entre alumnos y maestros, se volvió realidad en Zacatecas: bajo una escuela, arqueólogos del INAH encontraron restos humanos, confirmando el uso funerario del lugar. Mientras se realizaban obras de rehabilitación en la Escuela Primaria Valentín Gómez Farías, el 24 de abril de 2025, se descubrieron restos óseos que podrían pertenecer al siglo XIX, según reportó el Instituto
Durante las labores de restauración en un inmueble del siglo XVII, fueron localizados restos óseos pertenecientes a ocho infantes y un adulto, lo que refuerza la evidencia de que el sitio funcionó como espacio funerario en el pasado. El edificio cuenta con una destacada trayectoria histórica, al haber operado anteriormente como convento y hospital bajo la administración de la Orden de San Juan de Dios.
El hallazgo se dio en el contexto de un proyecto de rehabilitación llevado a cabo por la Secretaría de Obras Públicas del estado, en coordinación con el Instituto Zacatecano para la Construcción de Escuelas. Las tareas de rehabilitación, que comenzaron el 10 de septiembre de 2024 y finalizaron el 30 de abril de 2025, incluyeron la excavación de dos pozos destinados al estudio de la mecánica del suelo.
#ÚLTIMAHORA 🚨 Estudio de suelo revela osamentas humanas del siglo XIX en Zacatecas
— INAH (@INAHmx) May 13, 2025
🔺Los restos óseos de ocho infantes y dos huesos de un adulto reposaban al interior de la Escuela Primaria Valentín Gómez Farías.
Entérate: https://t.co/bSzjiZ66fo
📸 Juan Carlos Basabe, INAH. pic.twitter.com/weTCu87bhe
Detalles del hallazgo
En uno de esos pozos, de 80 centímetros cuadrados, se halló un ataúd de madera adornado con grabados de rombos azules. El féretro, de 80 centímetros de largo y 35 de ancho, contenía los restos de un niño envuelto en una mortaja color café, siendo el único esqueleto encontrado en condiciones casi intactas y con una excelente conservación.
Según la antropóloga física Lilian Ivette García Maya, la disposición del ataúd, con los pies del niño apuntando al sudeste, es atípica, ya que la tradición católica establece que los cuerpos deben enterrarse con los pies hacia el este.
Este hallazgo sugiere que, por razones aún no esclarecidas, no se realizó el ritual funerario tradicional. Sobre el ataúd inicial se encontraron los restos de cuatro niños, además de un fémur completo y un calcáneo de un adulto.
En niveles inferiores, se descubrieron tres entierros adicionales con esqueletos infantiles. Según el INAH, las osamentas muestran un estado de conservación moderado.
Aún no se han efectuado análisis osteológicos ni morfoscópicos para determinar factores como la edad, el sexo o posibles enfermedades, pero se estima que los niños tenían edades que variaban entre el periodo perinatal y los seis años.
La arqueóloga Baudelina Lydia García Uranga indicó que será necesario un estudio más exhaustivo para determinar la fecha precisa de los restos. No obstante, la presencia de una moneda fechada en 1862 y otros artefactos encontrados en el sitio sugieren que las osamentas podrían datar del siglo XIX.
Entre los objetos recuperados se incluyen botones, fragmentos de tela, cerámica, metales y un pedazo de papel con inscripciones en un idioma aún no identificado.
Estos artefactos y los restos óseos serán conservados en el Museo de Guadalupe para su posterior análisis durante el segundo semestre de 2025.
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