Ismael “El Mayo” Zambada: de humilde campesino a acusado por liderar el más grande cártel mexicano
Parecía imposible de localizar, pero una supuesta traición lo llevó frente a la justicia
En la historia del narco en México muchos son los nombres que se han escrito, cientos de capos han participado en las páginas negras de nuestro país, pero algunos han cobrado mayor relevancia debido a sus acciones sanguinarias o la manera en que logran burlar a las autoridades por años. En el último rubro estaba Ismael “El Mayo” Zambada, exlíder y cofundador del Cártel de Sinaloa, la organización criminal más grande del mundo según la agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA).
A diferencia de otros narcos de han tenido “renombre”, Zambada no exhibía sus lujos, era discreto y optaba por la no confrontación, lo que le valió ganar muchos adeptos, mismos que le ayudaron a evadir a las autoridades por cinco décadas, usando el monte como su hogar y refugio. Pero las leyendas que giraban en torno al también conocido como “El Señor del Sombrero”, llegaron a su fin el 25 de julio de 2024, cuando fue detenido en EL Paso, Texas.
Una presunta traición que desató una guerra
Cuando se dio a conocer la detención de “El Mayo” Zambada, se dijo que se había entregado de manera voluntaria a la justicia estadounidense, la cual lo tenía como objetivo prioritario. Se barajó la posibilidad de un trato, que se volvería testigo protegido, pues desde hace mucho se manejaba la versión de que su salud era frágil y enfermedades como diabetes y gota lo aquejaban, por lo que se creyó que quería terminar sus días en paz, dejándose de esconder.
Pero el propio capo desmintió esa versión a través de una carta en la que aseguró que con engaños, uno de los hijos de su amigo, compadre y exsocio, Joaquín “El Chapo” Guzmán, Joaquín Guzmán López, “El Güero”, lo llevó a una pista de aterrizaje diciendo que sostendría una reunión con políticos de Sinaloa. Pero fue sometido y vejado, lo subieron a un avión y al aterrizar fue detenido. La traición y el secuestro se hicieron presentes, lo que solo dejaba una opción: venganza.
Después de saberse el presunto, especialistas en narcotráfico apuntaron a que se desataría una guerra intestina dentro del Cártel de Sinaloa, ya de por sí fracturado en facciones desde la extradición de “El Chapo”. Pasaron días y nada, pero a mediados de septiembre llegó lo temido y en Sinaloa La violencia no para.
Acusaciones y audiencias
Otra cosa que era característica de “El Mayo”, es que nunca había sido detenido, a diferencia de otros capos que cayeron ante las autoridades, incluidos sus hijos y su hermano. De ahí nació una leyenda, pero hace unos meses el mito terminó. Estados Unidos había puesto precio a su cabeza y tenía acusaciones formales en su contra.
Fue llevado a Brooklyn, Nueva York, donde será juzgado en la misma corte que su ex socio, “El Chapo”, y uno de sus colaboradores, según avaló un jurado, el exsecretario de Seguridad, Genaro García Luna. Su próxima audiencia se realizará el viernes 18 de octubre, luego de que fuera pospuesta. El jurado determinará si lo encuentran culpable de 17 cargos por delitos como narcotráfico, delincuencia organizada, portación ilegal de armas de fuego y lavado de dinero.
La historia de “El Mayo”
No se sabe con exactitud cuándo y dónde nació, una de las tentativas fechas es el 1 de enero de 1948, en El Álamo, Sinaloa, pero la falta de certeza obedece a los múltiples alias que el capo usó durante su vida criminal. Aunque no se sabe mucho de sus orígenes, el consenso es que fueron humildes, provenían de padres campesinos y la pobreza, como en toda esa zona sinaloense, era la constante. Además de dedicarse al campo, trabajó lavando camiones, hasta que el destino lo cruzó con un hombre que lo introdujo al mundo del narco, Antonio Cruz Vázquez, mejor conocido como “Niko”, un narcotraficante cubano que se casó con Modesta Zambada, hermana de “El Mayo”.
“Nikko” se dedicaba al cultivo del opio y la amapola, le enseñó a Ismael todo lo relacionado con ese oscuro mundo, Zambada tenía 29 años, poco a poco el origen humilde iba quedando atrás, pero usó a su favor todo lo que sabía de cultivar la tierra. Sus conocimientos le fueron abriendo camino, además de su “padrino” también aprendió que los excesos eran malos, pues el cubano bebía, compraba y apostaba en exceso, hasta que fue asesinado.
Así llegó al Cártel de Guadalajara, una organización dirigida por Miguel Ángel Félix Gallardo, Ernesto Fonseca Carrillo y Rafael Caro Quintero, los narcos más “pesados” del momento, pero que cayeron ante las autoridades tras involucrarse en el asesinato del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena. Se integró en el Cártel de Juárez, era cercano colaborador de Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, quien en ese momento dominaba el narco mexicano, pero al morir su destino de ve incierto y se asocia con “El Chapo”.
Además de surgir en Cártel de Sinaloa, surge una amistad entrañable, se convierten en compadres, ven crecer a sus hijos, se apoyan, ayudan, incluso se dijo que “El Mayo” ayudó al “Chapo” a escapar de la cárcel en su fuga del penal de Puente Grande.
Así se reveló el nombre de “El Mayo”
La violencia del narco estuvo presente en varias ocasiones durante varios momentos en al historia del país, pero uno de los parteaguas para que se le diera el foco ocurrió en 1993, con el asesinato del Cardenal de Guadalajara, Juan Jesús Posadas Ocampo, que causó gran conmoción y puso de relieve el nombre de “El Chapo”. Pero antes el Cártel de Sinaloa ya había vivido episodios sangreientos, como el asesinato de los pequeños hijos y la esposa de Héctor “El Güero” Palma, en una venganza terrible.
Poco a poco se conocía más sobre el narco, los medios comenzaron a visitar las cunas de los capos, así fue como una joven Lili Telléz llegó a Ensenada, Baja California, a investigar sobre los Arellano Félix, de ahí se trasladó a Culiacán, Sinaloa, donde la gente que entrevistaba le mencionaba a un tal “Mayo” Zambada, le llamó la atención porque no era un apellido común.
Los lugareños le mostraron los lugares donde ese hombre lavaba dinero, lecherías (que operan en la actualidad), ella escribió todo en una libreta y al volver a la Ciudad de México acudió a la entonces Procuraduría General de la República (PGR) dio la información y le dijeron que en efecto, “El Mayo” Zambada era un delincuente ya ubicado por las autoridades.
Su nombre se hizo cada vez más conocido, años después él mismo solicitó una entrevista con el periodista Julio Scherer, fundador del entonces semanario Proceso, le reveló que “el monte es mi casa, mi familia, mi protección, mi tierra, el agua que bebo. La tierra siempre es buena, el cielo no”; agregó que tenía mucho miedo de ser detenido y a pregunta expresa del entrevistador, dijo que no sabía si tendría los “arrestos” de quitarse la vida en caso de ser encarcelado.
En ese momento, uno de sus hijos, Vicente Zamba Niebla, “El Vicentillo”, ya había sido detenido, no quiso profundizar pero dijo que le había llorado. Habló sobre su esposa, sus mujeres, sus hijos, nietos y bisnietos. En aquel 2010, en plena guerra contra el narco, uno de los principales capos quiso hablar, ¿la razón? Aún sigue siendo desconocida.
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