Susan Saravia denunció a sus agresores en un VIDEO, uno era su amigo: "no salí con desconocidos"
“Mis agresores son tres y tienen muchos contactos en la fiscalía", acusó la joven en TikTok

El caso de Susan Saravia, una joven de 22 años originaria de Campeche, ha conmocionado al país. El 30 de marzo de 2025, Susan salió de fiesta con amistades a un bar en San Francisco, Campeche, y más tarde acudieron a un after en su departamento. Ahí, tres hombres, entre ellos un amigo suyo, aprovecharon su estado de vulnerabilidad para abusar de ella en grupo. Desde entonces, ella y su madre han librado una batalla contra la impunidad y la indiferencia institucional.
La agresión y el silencio institucional
La joven presentó su denuncia formal el 31 de marzo en el Centro de Justicia para la Mujer de la FGE de Campeche. La agresión fue clasificada como violación equiparada tumultuaria, y se abrió la carpeta CI-2-2025-448. A pesar de que el 15 de abril se giraron órdenes de aprehensión contra Yeshua "N", Jorge "N" y Ángel "N", solo este último fue detenido el 10 de julio.
La FGECAM informa que fue vinculado a proceso a Ángel “N”, a quien se le impuso la medida cautelar de prisión preventiva justificada, por todo el tiempo que dure el proceso, como probable responsable del delito de violación equiparada tumultuaria, en concurso real homogéneo. pic.twitter.com/rBhszWsrR4
— Fiscalía General del Estado de Campeche (@fgecam) July 15, 2025
La madre de Susan, Liz Rodríguez, denunció que presuntamente los agresores tienen vínculos con funcionarios estatales y que hubo intentos de soborno para frenar el proceso. Asegura que uno de los implicados es hijo de una trabajadora del área de comunicación del Gobierno del Estado y que los tres estuvieron vinculados a la campaña de una excandidata municipal.
“Mis agresores son tres y estas tres personas tienen muchos contactos en la fiscalía, cuentan con personas que los encubren. Nuestra única forma de poder alzar la voz fue por medio de redes sociales, por eso es que se dice el público. Obviamente yo no quería, no por nada malo, simplemente por pena, por miedo”, expuso Susan en su video.
La decisión de hablar públicamente
Inicialmente, para proteger su identidad, Proceso la identificó como "Cielo". Sin embargo, ante la inacción de la FGE y la revictimización institucional, Susan decidió mostrar su rostro y relatar su historia en redes sociales. En TikTok, denunció que sus agresores estaban siendo encubiertos y tenían contactos dentro de la fiscalía.
“Yo no quería que me vieran como una víctima, pero es lo que soy. Y eso es algo que me toca afrontar y el día de hoy estoy aquí por eso. La lástima a mí no me va a llegar a sanar y simplemente quiero justicia y quiero que esto acabe”, expuso la joven.
“Tuve que hacerlo público para que la sociedad me ayudara a encontrar a los agresores de mi hija”, declaró su madre a Azucena Uresti. Liz, quien vivió en Playa del Carmen, vendió su casa para mudarse a Campeche y acompañar a su hija en el proceso.
🚨 Liz Rodríguez, mamá de víctima de violación, pide al @UCSCampeche, @fgecam, justicia para su hija, así como la detención del resto de sus agresores.
— Azucena Uresti (@azucenau) July 25, 2025
🔺 "No había respuesta, me acerqué a la gobernadora @LaydaSansores, y dijeron que todo es voto de confianza, que los deje… pic.twitter.com/9KQdCOGY3Z
La campaña de odio y la revictimización
Tras hacer público el caso, Susan fue blanco de una campaña de desprestigio. Personas cercanas a los agresores crearon una página de Facebook para exhibir su rostro y culparla de la agresión. Ha recibido amenazas y mensajes de odio por continuar con su vida, salir con amigas o no mostrarse destruida.
"Tenemos malamente normalizado que una víctima es representación de tristeza, cuando no es así. Una víctima también puede representar fuerza", dijo Susan, quien actualmente asiste a terapia psicológica y se encuentra en proceso de recuperación.
VIDEO de Susan Saravia
Un caso que revela patrones de impunidad
La opinión pública ha bautizado el caso como "La Manada de Campeche" por sus similitudes con el caso ocurrido en España en 2016. Sin embargo, Susan y su madre advierten que este tipo de referencias pueden trivializar la violencia sexual. Otras jóvenes han revelado que también fueron víctimas de estos mismos agresores, pero no denunciaron por temor o vergüenza.
Susan no solo ha enfrentado el dolor de la agresión, sino también el abandono institucional. En múltiples ocasiones, su madre solicitó audiencia con la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, sin recibir respuesta. Organizaron una marcha el 20 de mayo al Palacio de Gobierno, en busca de atención y justicia.
Justicia estancada
El 30 de junio se cumplieron 90 días desde la agresión sexual. Solo uno de los tres implicados ha sido detenido. Mientras tanto, Susan y su madre continúan su trabajo. Han escrito incluso a la presidenta Claudia Sheinbaum con la esperanza de que intervenga.
“Mi hija tiene un temple fuerte. Es valiente, se levantó y denunció porque no podía permitir que siguieran haciendo esto a más jóvenes”, declaró Liz Rodríguez.
La historia de Susan Saravia no es un caso aislado, sino el reflejo de un sistema que falla a las mujeres. Su voz, firme y valiente, sigue exigiendo justicia.
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