UNAM revela el verdadero origen de la tragedia en el Puente de la Concordia: ¿Fue una explosión?
El incidente ha dejado un saldo de 30 personas fallecidas

A casi quince días del incendio que convirtió al Puente de la Concordia en un escenario de horror, la versión oficial comienza a transformarse. Lo que en un inicio se explicó como la explosión de una pipa de gas LP, en realidad tuvo un origen distinto, silencioso y aún más peligroso.
Así lo reveló Carlos Antonio Rius Alonso, profesor de la Facultad de Química de la UNAM, quien asegura que el tanque nunca estalló y que el desastre se generó por un fenómeno químico conocido pero mal entendido: la formación de una nube de gas inflamable.
El 10 de septiembre, una pipa de la empresa Silza circulaba sobre la vialidad cuando comenzó a liberar gas LP líquido debido a una fuga. El contacto del combustible con el aire generó un enfriamiento súbito y, con ello, la expansión de una nube blanca que rápidamente se desplazó con el viento. Este fenómeno, captado en videos por automovilistas y vecinos, fue en realidad la chispa que detonó la tragedia.
✂️ Luis, el barbero sobreviviente de la explosión de pipa en Iztapalapa que ofrece cortes gratis a personas en rehabilitación pic.twitter.com/rLN4cyFEgT
— Guillermo Ortega Ruiz (@GOrtegaRuiz) September 25, 2025
¿Flamazo o explosión? Una diferencia mortal
Según el análisis de Rius Alonso, compartido por Fuerza Informativa Azteca, esa nube, casi imperceptible en su inicio, era una auténtica bomba de tiempo. Al mezclarse con el oxígeno y extenderse por decenas de metros, quedó a la espera de un punto de ignición que, al aparecer, provocó un flamazo devastador. Lo que muchos confundieron con una explosión fue en realidad la combustión instantánea de ese gas disperso.
La confusión inicial fue comprensible, pues la intensidad de las llamas y el estruendo hicieron pensar que el tanque había estallado. Sin embargo, el experto aclara que no hubo una onda expansiva típica de una explosión. Lo ocurrido fue la propagación del fuego a lo largo del área donde se había acumulado el gas.
Mientras una explosión libera energía de manera súbita y concentrada, un flamazo es la ignición de una nube inflamable que puede extenderse a lo largo de cientos de metros. En este caso, la nube se dispersó en un radio de hasta 800 metros, lo que explica las llamas que alcanzaron más de 30 metros de altura y el gran número de personas atrapadas sin posibilidad de escapar.
Rius Alonso subrayó que, de haber explotado el tanque metálico de la pipa, las consecuencias hubieran sido todavía más catastróficas, pues la onda expansiva habría alcanzado una mayor distancia y generado destrucción estructural. Aun así, el flamazo fue suficiente para dejar una de las tragedias más mortales en la historia reciente de la capital.
🇲🇽 Mexicanos unidos ante las tragedias, desde el sismo de 1985 hasta la explosión de la pipa de gas en Iztapalapa. pic.twitter.com/SajEnJ616d
— Guillermo Ortega Ruiz (@GOrtegaRuiz) September 12, 2025
El saldo humano de la tragedia
En medio de la investigación técnica, la cifra de víctimas continúa aumentando. En los últimos días se confirmó la muerte de Geovana, una joven de 21 años que permanecía hospitalizada en estado crítico. Su fallecimiento elevó la lista oficial a 30 personas que perdieron la vida por el incendio.
Familias enteras quedaron marcadas por el desastre. Algunas de las víctimas murieron calcinadas en cuestión de segundos, mientras otras fueron trasladadas con quemaduras graves a hospitales de la Ciudad de México. A pesar de los esfuerzos médicos, varios pacientes no lograron sobrevivir debido a la magnitud de las lesiones.
Vecinos que vieron la nube blanca extenderse por la vialidad recuerdan cómo en cuestión de segundos todo se transformó en un infierno. Testimonios coinciden en que las llamas parecían perseguirlos, lo que ahora se entiende gracias a la explicación científica sobre la dispersión del gas.